México D.F. Lunes 26 de enero de 2004
Es "abortiva" y fomenta la "irresponsabilidad",
advierte la jerarquía católica
Condena la Iglesia aprobación del uso de la
píldora del día siguiente
Llama a autoridades del sector salud a "no colaborar
a establecer una sociedad más destructiva"
La anticoncepción postcoital quita su
"verdadera dimensión" a la sexualidad: Martín Rábago
MARTIN DIEGO Y JOSE ANTONIO ROMAN CORRESPONSAL
Y REPORTERO
Luego de condenar la decisión del gobierno federal
de aprobar el método de anticoncepción hormonal postcoital
como una opción de planificación familiar, el presidente
de la Conferencia del Episcopado Mexicano y obispo de la diócesis
de León, José Guadalupe Martín Rábago, convocó
a las autoridades en materia de salud a "no colaborar a establecer una
sociedad más destructiva".
El prelado dijo que el método recién aprobado
en la Norma Oficial Mexicana NOM-005-SSA2-1993 -a 10 años de su
creación- es una píldora abortiva que interrumpe el proceso
de una vida. "Se trata de un ser humano que está en desarrollo y
que tiene todos los derechos, como el derecho fundamental a la vida. Yo
haría una reflexión mayor sobre estas técnicas que
se están utlizando", puntualizó.
En conferencia de prensa, al final de la homilía
dominical en la catedral de la diócesis de León, consideró
que la difusión que se da a los métodos anticonceptivos mediante
políticas públicas está lejos de ser un hecho educativo
y fomenta la irresponsabilidad. "Hay un mensaje implícito: démosles
la oportunidad de disfrutar sin responsabilidad de la sexualidad, anímense
a todo, tengan emociones fuertes y sólo eviten las implicaciones
y los riesgos que todo esto supone. Eso no es lo que lleva a elevar el
sentido de la sexualidad humana como expresión de amor compartido
entre una mujer y un hombre", expresó.
Martín
Rábago consideró que los métodos anticonceptivos "le
quitan la verdadera dimensión a la sexualidad y, en consecuencia,
contribuyen a una pérdida de valores". Convocó a las autoridades,
"porque tienen el poder de decidir, a que lo piensen en serio y no colaboren
a establecer una sociedad destructiva no sólo de los valores, sino
de lo más elemental, que es la vida humana".
Asimismo, la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar
re-chazó la decisión de la Secretaría de Salud. A
esta condena se sumó el arzobispo primado de México, cardenal
Norberto Ri-vera Carrera, quien señaló que con ese método
se "asesina" a "inocentes".
En un documento, la citada comisión insiste en
que "la anticoncepción hormonal postcoital es claramente abortiva,
en cuanto que elimina directa y voluntariamente la vida de un ser humano
recién concebido". Recuerda que "el aborto es un acto gravemente
ilícito por cualquier método que se realice".
La jerarquía eclesiástica ad-vierte que
la "peligrosa" combinación de hormonas puede actuar "impidiendo
la implantación de un óvulo ya fecundado o embrión
en la pared del útero, con lo cual se produce un aborto y se impide
que pueda continuar con su desarrollo". En los hechos, advierte, este método
representa un serio peligro para la salud de las adolescentes, pues "la
literatura especializada re-porta contraindicaciones y efectos secundarios
que no están previstos en esta norma".
Por su parte, el cardenal Rivera Carrera recordó
que su tarea es señalar con precisión cuál es la doctrina,
no solamente de la Iglesia católica, sino del mandamiento de Dios
"de no matar, y de no matar inocentes".
La Comisión de Pastoral Familiar expresó
su preocupación por el "grave problema" de los embarazos de adolescentes,
y propuso impulsar la educación para un ejercicio responsable de
la sexualidad con base en valores éticos, objetivos y universales,
y no en la simple información y en la distribución y promoción
de este tipo de productos, "que no hacen si- no poner en riesgo la salud
de las mujeres, especialmente de las adolescentes".
Advierte que la difusión de la anticoncepción
hormonal postcoital muestra claramente "cómo los confines entre
anticoncepción y aborto son cada vez más sutiles y son productos,
ambos, de una mentalidad antivida, fruto de la cultura de la muerte contraria
al evangelio".
"Orientación" política
La Iglesia católica cumplirá su tarea de
anunciar el evangelio y orientar a los fieles en todos los campos de la
actividad humana, inclusive en el político y en el económico,
aseguró el cardenal Rivera Carrera, quien aclaró que la jerarquía
"no se meterá al juego de partidos", pero sostuvo que los laicos
están llamados a transformar la sociedad.
Luego de su misa en la Catedral Metropolitana, en la que
estuvieron presentes las reliquias de Santa Clara de Asís, que en
peregrinación desde diciembre pasado han recorrido una veintena
de diócesis de todo el país, recordó que por la naturaleza
misma de su ministerio ningún sacerdote puede inclinarse por algún
partido político, pues como ministros de culto "debemos ser para
todos, y en todos los partidos políticos hay fieles católicos".
Asimismo, se refirió a los "avances significativos"
que ha tenido la relación de la Iglesia católica y el Estado
tras las reformas constitucionales de hace 12 años, impulsadas por
el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. No obstante, el jerarca
católico expresó su deseo de que se den nuevos avances, sobre
todo para poder hablar de una "auténtica libertad" religiosa.
"La relación de la Iglesia y el Estado era ya una
exigencia en la sociedad actual, pues México no podía quedar
retrasado con unas leyes persecutorias de una religión", indicó.
Después de la misa, en la que también se
celebró el 25 aniversario de la primera visita del papa Juan Pablo
II a tierras mexicanas, Rivera Carrera detalló que para continuar
con los festejos de esa primera visita, el próximo 15 de febrero
habrá una celebración especial en la Basílica de Guadalupe,
a la que asistirán directivos del Consejo del Episcopado Latinoamericano,
los presidentes de las 22 conferencias episcopales de toda la región
y algunos cardenales de Roma.
Ya por la tarde, sin la presencia del cardenal Rivera
Carrera, los pequeños restos del cráneo de Santa Clara de
Asís, en el aniversario 750 de su muerte, fueron llevados en procesión
desde la Catedral Metropolitana a la iglesia de San Francisco de Asís,
en las calles de Madero, donde permanecieron hasta las 22 horas. En los
próximos días, las reliquias serán llevadas a varias
parroquias de la arquidiócesis de México, en una peregrinación
que concluye el próximo 7 de febrero, para regresar a Italia.
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