México D.F. Domingo 25 de enero de 2004
Planta a diplomático de EU
Patriarca ortodoxo condena el bloqueo contra Cuba
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 24 de enero. El patriarca ortodoxo Bartolomé
I cenó con Fidel Castro, condenó el bloqueo económico
contra Cuba y desairó a la oposición y al jefe de la misión
diplomática estadunidense, en una ráfaga de sorpresas en
que se ha convertido su visita a la isla.
La
estancia del líder religioso mundial en Cuba se volvió singular,
porque su programa se conoce día tras día y se ha salpicado
con cambios súbitos y tramos de suspenso.
La gira adquirió matices políticos en la
víspera, cuando trascendió que el patriarca estaba invitado
a una recepción que ofrecería hoy la oficina diplomática
de Estados Unidos en La Habana y a la cual, paralelamente, también
fueron convocados activistas opositores.
Bartolomé I cenaba el viernes en la noche en el
hotel Nacional con un grupo de feligreses ortodoxos, entre ellos el ex
rey de Grecia Constantino, cuando Castro llegó sorpresivamente.
El banquete se prolongó hasta pasada la medianoche y los dos dignatarios
tuvieron una conversación "animada y cordial", dijo el vocero del
patriarca, Benjamin Leavenworth.
En la mañana del sábado el programa oficial
señalaba la apertura de una exposición del artista plástico
griego Dimitris Talaganis. La hora del acto casi coincidía con la
del ágape en la residencia del jefe de la Sección de Intereses
de Estados Unidos, James Cason.
Bartolomé I fue al centro histórico a inaugurar
la exposición. Ahí evocó el "aislamiento de este país
por el bloqueo comercial", y dijo que Cuba "tiene derecho a respirar libremente
tanto en su interior como en su exterior, en sus relaciones comerciales
y culturales con los demás países de la comunidad interacional".
Al otro extremo de la capital, Cason recibió a
sus invitados, entre ellos el arzobispo ortodoxo Dimitrius de Nueva York,
a varios de los opositores que permanecen en libertad y a esposas de algunos
disidentes encarcelados el año pasado.
Fuentes de la misión estadunidense manifestaron
su "decepción" por la ausencia de Bartolomé I. "Fue una oportunidad
perdida para manifestar solidaridad con un sector de la sociedad civil
y con la causa de los derechos humanos", expresó un funcionario.
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