México D.F. Domingo 25 de enero de 2004
No descarta ir a huelga ante el relanzamiento
de ese plan por el gobierno foxista
El SME refuerza su oposición a la privatización
eléctrica
FABIOLA MARTINEZ
El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) advirtió
que reforzará su estrategia opositora a la privatización
de la industria eléctrica y no abandonará la lucha que abandera
desde 1999, cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo envió
al Congreso su iniciativa de reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales
(sobre los bienes de la nación).
Este mes, cuando casi un millar de trabajadores de Luz
y Fuerza del Centro (LFC) están constituidos en "asamblea legislativa"
para la revisión bianual del contrato colectivo en esta empresa,
el secretario de trabajo de este gremio, José Antonio Almazán
González, señala al gobierno foxista: "No intenten provocarnos
porque nos vamos a defender. Nunca nos verán de rodillas; truncaremos
los intentos de 'reforma' que el gobierno promueve en su desesperación
por atender las presiones de las grandes trasnacionales del sector".
La
advertencia ocurre en pleno proceso de revisión contractual, cuyo
emplazamiento a huelga vence el próximo 16 de marzo por un aumento
salarial de 10 por ciento y la inclusión en el contrato colectivo
de una cláusula en la que se refrende el carácter público
de LFC.
Con ello, ante una eventual aprobación de la "reforma"
al sector eléctrico, este gremio, que encabeza Rosendo Flores Flores,
podría hacer uso de la huelga al argumentar que se ha violado el
documento que rige las relaciones laborales en la paraestatal.
Como ocurre cada dos años, un numeroso grupo de
sindicalizados, representantes de unos 50 mil afiliados a esta organización,
se integra en "asamblea legislativa" para delinear el pliego petitorio
y los posibles cambios al contrato colectivo.
En esta ocasión, el proyecto de revisión
contractual tiene entre sus principales objetivos fortalecer a LFC como
empresa pública, luego de que concluyeron que el gobierno del presidente
Vicente Fox está "relanzando" la privatización mediante los
recortes presupuestales para este organismo, en particular en el gasto
corriente y en inversión productiva.
Con ello -señaló Almazán- los funcionarios
buscan deliberadamente reducir la eficiencia operativa del organismo, aun
cuando la demanda de energía eléctrica en la zona centro
del país -área de acción de LFC- continúa al
alza; lo anterior afecta también los programas para abatir las pérdidas
"técnicas y no técnicas" del fluido eléctrico, rubro
que se ubica en 28 por ciento, respecto al total de energía distribuida.
"El hecho de proponer un presupuesto raquítico
para la empresa contribuye al deterioro de la imagen pública de
ésta y a que aumente el nivel de pérdidas ante una red de
distribución obsoleta", explicó.
Por lo anterior, la "asamblea legislativa" propone, en
principio, nuevas reglas para detener el deterioro de las finanzas de LFC,
a partir de una negociación de precios de compra de energía
en bloque a la Comisión Federal de Electricidad; reforzar los programas
para recuperar la cartera vencida, y no condonar los adeudos, especialmente
en favor de empresas públicas y municipios.
En este contexto, señala el dirigente responsable
del proceso de revisión contractual, el análisis de la "asamblea
legislativa" tiene como fin encontrar las vías para "cerrar el paso"
a los administradores que aplican "una política de guerra interna"
para debilitar a esta empresa pública.
La negociación con el equipo del director de LFC,
Luis de Pablo, se inicia la segunda semana de febrero. El SME confía
en llegar a un acuerdo que evite el paro, ya que un día antes del
vencimiento concluye el plazo de negociación en gremios como el
de trabajadores del Seguro Social, donde se discute el esquema de jubilación
y el pasivo laboral de ese organismo.
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