México D.F. Lunes 19 de enero de 2004
Llama a los intérpretes a incorporar
en sus repertorios obras de autores de la región
La pianista Yleana Bautista apremia a revalorar la
música latinoamericana
Latinoamérica piano, disco que forma parte
de sus esfuerzos en esta empresa
ANGEL VARGAS
La pianista de origen cubano Yleana Bautista trata de
destacar la valía y la belleza de la música de concierto
latinoamericana, pese a que -indica- los países de la región
mantienen históricamente mayores vínculos culturales y artísticos
con Europa que entre sí, lo cual ha redundado en desdén y
desconocimiento hacia lo que se produce en esta parte del continente.
Nacionalizada mexicana hace unos años, subraya
que es obligación de los músicos locales, tanto solistas
como de orquestas, reparar en el repertorio escrito por autores de la zona
y darle prioridad, aunque sin descuidar las llamadas obras universales.
De no hacerse, sentencia, continuará prevaleciendo
la hegemonía europea en nuestras naciones, y se dificultará,
o incluso se impedirá, que los pueblos conozcan y sientan pleno
orgullo de su cultura y arte.
"En
nuestros países siempre se ha desdeñado la música
escrita por autores latinoamericanos, prefiriéndose a los europeos.
Esto no se debe sino al desconocimiento y a diversos prejuicios", agrega.
"Es nuestro deber, como artistas, hablar de lo que nos
es propio o inmediato. En el caso de la música, forma parte de nuestras
raíces. Cuando alguien llega a tocarla, la gente se da cuenta de
que es muy buena música, interesante y bella.
"Es cierto que ahora son más los compositores que
conocemos, pero aún son más los que permanecen en el anonimato.
América Latina, en términos musicales, es todavía
un subcontinente virgen para ser descubierto".
Ante tal conciencia, Yleana Bautista se ha dado a la tarea
de armar recitales integrados por partituras de procedencia latinoamericana
o de incluir algunas de estas obras en programas en los que figuran los
grandes nombres de la música occidental.
Sus esfuerzos también se han enfocado a la producción
discográfica, de lo cual han resultado un par de discos compactos:
el primero, integrado exclusivamente por autores originarios de su natal
Cuba, entre ellos Ignacio Cervantes y Ernesto Lecuona, y el segundo, de
reciente aparición, por obras que ejemplifican la música
de otros países de la región.
Este segundo álbum, intitulado Latinoamérica
piano, tiene a la danza como hilo conductor, y está integrado
por 19 piezas, la mayoría inéditas o poco escuchadas, de
los ya mencionados Lecuona y Cervantes, así como de los mexicanos
Manuel M. Ponce y Mario Ruiz Armengol, el brasileño Heitor Villa-Lobos
y el argentino Alberto Ginastera.
"Claro que hay una unidad, y ésta es el ritmo,
ese impulso vital que nos hace bailar. Cervantes y Lecuona me son muy propios
por ser yo cubana; tanto Ponce como Armengol estuvieron en Cuba y eso se
siente en su música; en Villa-Lobos se percibe la presencia negra,
con su rítmica y canto auténtico, y con Ginastera está
el movimiento, el ritmo".
La pianista reitera su convencimiento acerca de la imperativa
necesidad de aprender a valorar nuestro arte. "Ya es tiempo de conocernos
y reconocernos. Y el arte nos permite buscarnos. Debemos saber de qué
estamos hechos y comunicarnos, para poder seguir tejiendo nuestra historia.
"Me pregunto, por ejemplo, por qué en las escuelas
no hay música, o en general educación artística; por
qué le quitan a la persona el derecho de educar esa parte intangible
que también nos construye: el alma. Es como si pensáramos
que los seres humanos somos sólo vísceras y no también
espíritu".
El disco Latinoamérica piano, distribuido
por Quindecim Recordings, será presentado con un recital este viernes
a las 19 horas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Entrada libre.
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