Aumentan diferencias con Uruguay por reclamo respecto a desapariciones en la dictadura

Surgen en Argentina más relatos de entrenamientos militares con torturas

En 1986, varios adolescentes reclutados por fuerza fueron vejados en un campo de Neuquén

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 18 de enero. La investigación judicial ordenada por el gobierno del presidente argentino, Néstor Kirchner, tras la divulgación de fotografías sobre entrenamientos militares con uso de torturas, por parte de las fuerzas armadas y de seguridad, apunta a destapar otra de las trágicas historias nacionales, en este caso lo que podría denominarse el "huevo de serpiente", de lo que vivió Argentina durante varias décadas.

Por otra parte, aumentan las diferencias entre el gobierno argentino con su par de Uruguay, Jorge Batlle, con quien continuaba el desencuentro este domingo, luego de que la cancillería uruguaya advirtió que revisará "cuidadosamente" su relación diplomática con este país.

El jefe del ejército, general Roberto Bendini, ordenó ayer el arresto del teniente coronel retirado Emilio Nani, por criticar y "agraviar" a Kirchner al considerar que "el gobierno debió haber frenado los cuestionamientos a la instrucción militar".

En Argentina, como en otros países, la impunidad ha sido la clave para mantener en las difíciles democracias las metodologías represivas y la tortura. Desde que regresó la democracia aquí, la tortura sigue siendo protagonista en los cuarteles de policía, en el Servicio Penitenciario, y está incorporada como una trágica herencia.

La aparición de esas fotos perdidas en el tiempo fue un disparador, y así se recordó que en 1986, durante un ejercicio en Neuquén, los soldados que cumplían su servicio militar obligatorio fueron torturados en un simulacro de ser tomados prisioneros, con la aplicación de corriente eléctrica usando las baterías de un teléfono de campaña, lo que precisamente figuraba en uno de los textos de la Escuela de la Américas, que encontramos dentro de los archivos del terror en Paraguay, descubiertos en diciembre de 1992.

"Las víctimas -de los entrenamientos realizados en este caso el 11 de abril de 1986 en Neuquén- eran adolescentes reclutados en forma obligatoria y ni siquiera se les informaba lo que les ocurriría", señala el periodista Horacio Verbitsky.

Entonces hubo una denuncia de la madre de uno de estos jóvenes y la justicia militar determinó que no se cometió delito, pero se hizo cargo también la justicia federal y el oficial responsable fue finalmente dado de baja.

Asimismo, el periódico Clarín publica hoy los relatos de dos militares que realizaron los cursos de Comandos y que protegen sus nombres. Uno de ellos E.L. admite que fue golpeado y que perdió algunas piezas dentales durante el "aprendizaje" en el curso de tres días y que el concepto del curso se instaló aquí a mediados de los 60 y el "modelo" eran los boinas verdes de Estados Unidos.

En tanto, con Uruguay, aunque el presidente argentino señaló que es una "relación correcta", consideró como un "ex abrupto" el reclamo uruguayo por "80 desparecidos" de ese país durante la pasada dictadura. Precisamente una buena parte de lo que se conoce sobre el tema ha surgido de las investigaciones realizadas aquí, y el gobierno uruguayo no ha dado crédito además a las investigaciones de los organismos de derechos humanos de Uruguay, encajonando denuncias bajo la justificación de la ley de caducidad.

Kirchner señaló que en Argentina el tema está en manos de la justicia y que Batlle debiera preocuparse de que lo mismo sucediera en ese país.

Ahora se espera otra andanada de Uruguay, donde el presidente Batlle, dejó trunca la investigación sobre el lugar donde estarían los restos de María Claudia García de Gelman, secuestrada en Buenos Aires, llevada a Montevideo, en el contexto de la Operación Cóndor, y "desaparecida" después de dar a luz una niña, hallada en 2000 en manos de un policía y su familia.