México D.F. Lunes 19 de enero de 2004
En las primarias de la riqueza de 2003
se tomaron las decisiones importantes, dice
Las elecciones en EU se determinan por el voto del
dinero, señala analista
Arranca hoy en Iowa el proceso para definir al candidato
presidencial demócrata
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 18 de enero. La elección
presidencial arranca formalmente este lunes en Iowa, el primer concurso
para determinar a los candidatos que competirán ante las urnas en
noviembre de 2004, pero según el analista Charles Lewis, gran parte
de las decisiones más importantes se hicieron durante las elecciones
"primarias de la riqueza" el año pasado.
Estas decisiones se adoptaron cuando se determinó
quiénes serían los principales candidatos presidenciales
de los dos partidos nacionales (el Demócrata y el Republicano),
proceso en el que se establece el escenario para la persona que finalmente
triunfará en la elección.
El
proceso electoral para presidente en este país se inicia con una
serie de elecciones primarias durante los próximos meses, en las
que los votantes en cada estado, empleando diferentes métodos, deciden
a cuál de los precandidatos nominará su partido para participar
en la elección general.
En este caso, el presidente George W. Bush será
el candidato del Partido Republicano y no tendrá rival, por tanto,
eso ya está decidido.
Así, lo único en juego en estas elecciones
primarias es determinar cuál entre los precandidatos demócratas
será nominado como el aspirante presidencial del Partido Demócrata
para enfrentarse a Bush en noviembre. Iowa siempre es el lugar donde arranca
este proceso, y la noche de este lunes se conocerá por quién
optaron los votantes de ese estado.
Pero Charles Lewis cree que este proceso ya está
severamente contaminado por el dinero. "El pequeño secreto sucio
del politiqueo presidencial estadunidense es que los intereses más
ricos esencialmente realizan un referéndum privado el año
antes de la elección", escribe Lewis en su nuevo libro The Buying
of the President (La compra del presidente).
"El hecho central y más sobresaliente sobre el
proceso de selección para la Casa Blanca -un descubrimiento hecho
primero por el asesor de recaudación de fondos republicano Stan
Huckaby- es que en cada elección presidencial desde 1976, el candidato
que ha recaudado más dinero a finales del año anterior a
la elección, y ha sido elegible para fondos federales electorales,
se ha convertido en el nominado por su partido para la elección
general", escribe Lewis en su libro.
Si este análisis se comprueba de nuevo este año,
Bush (miembro de una de las dinastías políticas más
poderosas y ricas del país) se enfrentará al ex gobernador
de Vermont Howard Dean (hijo de un rico financiero de Nueva York) en la
elección general en noviembre.
Dean ya ha recaudado más de 25 millones de dólares
para su campaña electoral, mucho más que sus contrincantes.
Por otro lado, ninguno de los demócratas le llegan de cerca a lo
que Bush ya ha recaudado: 85 millones de dólares, según los
datos más recientes.
Pero las competencias electorales iniciales de Iowa y
Nuevo Hampshire podrían ofrecer sorpresas este año, ya que
hasta el momento aún hay suspenso sobre quién saldrá
adelante entre los demócratas: las encuestas demuestran un concurso
muy cerrado entre Dean, el ex general Wesley Clark, el senador John Kerry,
el senador John Edwards y el representante federal Richard Gephardt.
Pero con o sin sorpresa, para Lewis el proceso electoral
-a pesar de todos los esfuerzos para reformarlo- permanece como rehén
del dinero en todos sus aspectos, y eso es al fin de cuentas algo que determina
los resultados mucho más que el ejercicio de los votos.
Un
pequeño porcentaje de la población, unas cuantas decenas
de miles que conforman una décima parte del uno por ciento más
rico de la población, es la fuente de la mayor parte de las contribuciones
financieras electorales en la etapa inicial de la competencia. Aunque el
total gastado en las elecciones nacionales en este país se calcula
en más de mil millones de dólares en cada ciclo electoral,
estas contribuciones individuales, organizadas por grupos de interés
empresarial y algunos sindicatos, tienen un enorme efecto sobre el proceso
de selección de candidatos.
La publicidad en televisión se ha convertido en
la forma dominante de comunicación con el electorado en este país.
Pero porque los noticiarios de televisión han disminuido el espacio
dedicado a la noticia política, la propaganda pagada por candidatos
se ha convertido en un factor clave.
De hecho, las campañas electorales se han convertido
en uno de los ríos de ingresos más importantes para las grandes
empresas de medios electrónicos en este país, lo cual implica
que éstos se benefician en mantener el proceso tal como está,
sin ninguna reforma que implique menos recursos.
Howard Dean ha sido el primero que ha logrado buscar una
forma para escaparse de la dependencia de los grandes donantes, que hasta
la fecha se pensaba eran claves para una campaña nacional viable,
al utilizar la nueva tecnología de Internet tanto para recaudar
contribuciones menores pero de miles de individuos, como para comunicarse
con sus bases simpatizantes.
Ahora sus contrincantes han tenido que seguir su liderazgo.
Por primera vez en una campaña electoral, Internet se ha convertido
en una nueva herramienta que, si Dean prospera, podría cambiar la
lógica de este proceso. Pero la lana sigue siendo la clave,
llegue como llegue, para pagar los enormes costos de propaganda por televisión
y otros medios.
No es por nada Bush, quien no tiene contrincante dentro
de su partido en las primarias, ha recaudado unos 600 mil dólares
al día, en promedio, para utilizar contra el demócrata que
al final sea nominado como el candidato a la Casa Blanca.
Lewis, experto en financiamiento político, argumenta
que el gran problema con el proceso actual es que los grandes contribuyentes
de fondos electorales -empresas e individuos ricos- no ofrecen este apoyo
por patriotismo o deber cívico. La mayoría de los recursos
de Bush son de ejecutivos del gran empresariado. A lo largo de su carrera
política, el contribuyente más importante de Bush fue la
Enron Corporation, ahora en quiebra y símbolo del peor escándalo
empresarial en la historia del país, seguida por Merrill Lynch y
la empresa bancaria MBNA. Por tanto, no es sorprendente que las empresas
energéticas y las financieras figuren entre las más beneficiadas
por sus políticas.
Para los demócratas es el mismo cuento, aunque
para algunos como Gephardt, un buen porcentaje de su apoyo financiero proviene
de los sindicatos. Time Warner e IBM están entre los principales
contribuyentes a la campaña de Dean, a pesar de su imagen como campeón
del ciudadano ordinario. Time Warner, FleetBoston Financial Group y varios
bufetes de abogados empresariales están entre los principales contribuyentes
a la campaña de John Kerry, y los abogados ricos se cuentan entre
los principales donantes a la campaña de John Edwards. Citibank
encabeza la lista hasta la fecha para la campaña del general Clark,
aunque él ingresó a la competencia después que los
demás y aún no se dispone de información al respecto.
Otro problema es que estos intereses poderosos no sólo
seleccionan a los candidatos, sino también esperan que las políticas
que favorecen sean promovidas por estos políticos una vez que sean
electos. Según Lewis, este sistema funciona muy eficientemente.
El apoyo que Bush otorgó a las empresas del ramo de energía
ya está muy documentado. Tal vez menos conocido es cómo Dean,
quien recibió contribuciones importantes de las empresas de electricidad
en sus campañas electorales para la gubernatura de Vermont, aprobó
contratos que elevaron las tarifas de electricidad a un nivel que ahora
están entre las más altas del país.
Lewis
reporta que Anheuser-Busch, la cervecera de Missouri que produce la Budweiser,
entre otras cervezas, es el mayor contribuyente a las campañas electorales
del representante Gephardt, quien durante sus largos años en el
Congreso (incluso ha sido líder de la bancada demócrata)
intentó reducir los impuestos sobre el alcohol por lo menos en cinco
ocasiones.
"El proceso de campaña se ha vuelto tan caro que
limita el talento a sólo millonarios o aquellos dispuestos y capaces
de recaudar sumas sustanciosas de efectivo de los intereses ricos y poderosos
que ponen al empresariado antes que el gobierno", escribió Lewis.
Las elecciones estatales iniciales, empezando con Iowa
este lunes, ofrecerán de nuevo pruebas de esta evaluación.
Aquí empieza una competencia carísima de elecciones primarias
que incluye rondas en Nuevo Hampshire, Carolina del Sur y muchos más
estados durante las próximas seis semanas. Tradicionalmente, casi
siempre queda claro quién será el candidato del Partido Demócrata
al concluir las primarias en California, el 2 de marzo, a pesar de que
el proceso continúa hasta junio.
Dean, como el candidato con más dinero, tiene la
mayor ventaja en esta carrera inicial de seis semanas. Pero hay otros factores
que podrían cambiar el panorama, incluyendo las primarias en estados
conservadores en el sur y los industriales del centro del país,
donde el ex gobernador de Vermont cuenta con menos apoyo y donde sus contrincantes
podrían derrotarlo. Pero lo que la investigación de Lewis
demuestra de manera concluyente es que Iowa en verdad no es el punto de
arranque de este concurso democrático, sino que es sólo la
primera oportunidad donde los votantes pueden expresarse después
de que el gran dinero determinó quiénes son los candidatos
viables.
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