México D.F. Lunes 19 de enero de 2004
"Violenta los derechos humanos de los jóvenes", afirma
El examen único ha contribuido a la deserción escolar, asegura especialista
La disminución de los recursos destinados a la educación superior y al desarrollo de la ciencia "no es una medida coyuntural, sino una política sistemática de recorte presupuestal impulsada tras la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que generó una propuesta de enseñanza que tiene como objetivo preparar a la fuerza de trabajo para las maquiladoras, y no el de generar instituciones de educación superior que realicen investigaciones de alto nivel", aseguró Hugo Aboites, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Esta política, afirmó, provoca no sólo el abaratamiento de la educación superior, sino que la ciencia sea entendida cada vez más "como el desarrollo tecnológico de algunos elementos científicos para mejorar la producción del sector empresarial y la creación de profesionistas de manual que tengan habilidades laborales, sin que sea una prioridad el impulso a una ciencia propia y a las instituciones donde ésta se realiza", pues los lineamientos educativos impulsados tras la firma del TLCAN "buscan simplemente crear competencias laborales entre los jóvenes para insertarlos rápidamente en el mercado laboral, sin importar su formación."
Luego de dar a conocer en conferencia de prensa la presentación formal de una denuncia ante Amnistía Internacional para que analice la violación a los principios básicos de acceso a la educación de miles de jóvenes, aseguró que a pesar de obtener un certificado que acredita sus conocimientos, los jóvenes son excluidos de la educación pública "por no alcanzar determinado número de aciertos en el examen único".
Aboites, especialista en temas educativos e integrante de la Coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública, indicó que con la aplicación del examen único de ingreso al nivel medio superior no sólo se viola el derecho de acceso a la educación, sino que "además se promueven medidas coercitivas, ya que los jóvenes no tienen más remedio que incluir en su solicitud instituciones a las que no les interesa asistir, lo que contribuye a hacer más difícil la permanencia de los estudiantes en el nivel medio superior".
La deserción, agregó, "se ha incrementado de manera dramática desde 1996, año en que comenzó a aplicarse el examen único, pues de 17.8 por ciento registrado como promedio anual pasó a 24.4 por ciento, lo que significa que 100 mil estudiantes abandonan la escuela cada año".
Esta presión para canalizar a los jóvenes a disciplinas o instituciones que no les interesan "contribuye a generar un clima de ansiedad y frustración, donde los suicidios son la indicación más fuerte y evidente de que ese clima ha alcanzado niveles alarmantes".
Ante esta situación, los integrantes de la coalición exhortaron a las instituciones de educación media superior que colaboran con el examen único a que revisen la conveniencia de continuar participando en un procedimiento "en el que se violentan los derechos humanos de los jóvenes".
Hacemos un llamado, reiteraron, a no proceder este año con el examen único, retornar a las pruebas por institución y crear una comisión independiente y plural que analice y proponga otros procedimientos menos agresivos para los derechos de los jóvenes. LAURA POY SOLANO
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