México D.F. Martes 13 de enero de 2004
Asegura especialista que también trabajadores
de la iniciativa privada presentan patologías
El temor al despido incrementa enfermedades entre burócratas
En las dependencias del gobierno los empleados se niegan
a hablar sobre la situación laboral
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Están temerosos, angustiados. Se niegan a hablar
de su situación laboral. Tienen pavor de perder su trabajo. A quienes
se les acercan, los remiten con sus delegados. Son los empleados públicos
que enfrentan sicosis por el miedo a un posible cese, y eso les ha generado
enfermedades como estrés, ansiedad, depresión, problemas
nerviosos, gastritis, neuralgias, histeria, etcétera, afirma Jorge
Fernández Osorio, especialista en medicina del trabajo.
El
investigador, considerado el pionero en México en temas de medicina
relacionada con el trabajo, establece en entrevista que la incertidumbre
que se ha generado entre los burócratas y los trabajadores que laboran
en empresas privadas, por la posible pérdida de su empleo, ha desarrollado
toda una patología laboral que se manifiesta en diversas enfermedades.
No obstante, éstas son consideradas "normales",
no se les relaciona con la situación laboral, indica Fernández
Osorio. Explica que si se aplicara un estudio médico a los trabajadores
en riesgo de perder su plaza, arrojaría en primer término
repetidos cuadros de enfermedad, la mayoría relacionados con la
situación neurológica.
Y es que en un recorrido realizado por diversas dependencias
públicas se evidenció que estos trabajadores temen hablar
de su situación laboral. Se limitan a remitir a quienes les preguntan
sobre el tema con sus "delegados" sindicales, y a éstos no se les
encuentra. No quieren dar testimonios. Unicamente hablan los que ya recibieron
la notificación de que serán cesados.
Así, han llegado a este periódico copias
de las demandas y escritos que han presentado trabajadores -que ya recibieron
el aviso oficial de que han sido despedidos- ante las oficialías
mayores de sus dependencias. Los textos son de empleados de Hacienda, ISSSTE,
Sedeso, INEGI, Seguro Social, Lotería Nacional -en su mayoría
de confianza, pero también hay sindicalizados-, entre otras dependencias,
a quienes se les informó en las últimas semanas del año
pasado que estaban dados de baja, con el argumento legal de que "sus funciones
no han sido cumplidas con la máxima diligencia, cuidado y esmero".
La amenaza presidencial que pende sobre ellos, de que
serán despedidos 50 mil burócratas este año, no es
nueva. Durante el transcurso de la actual administración federal
el gobierno ha recortado a miles de trabajadores mediante diversos programas,
como el de retiro voluntario o el cese discrecional.
En este sentido el especialista, quien acaba de recibir
un reconocimiento por sus 50 años dedicados a la medicina del trabajo,
indicó que el estado de salud no sólo se analiza por las
condiciones laborales, sino también por el entorno económico
y social. Añade que esa situación de incertidumbre generalizada
ha acelerado algunas enfermedades, tanto entre quienes tienen angustia
por no perder el empleo como entre los que han sido despedidos.
Sobre el tema, la Federación de Sindicatos de Trabajadores
al Servicio del Estado (FSTSE) informó ayer que ha logrado "avances
sustanciales en la negociación con Hacienda, para evitar el despido
masivo de empleados públicos federales"; sin embargo, en un comunicado
reconoce que continuará el Programa de Retiro Voluntario, pero que
"sólo dejarán de laborar quienes así lo deseen".
Las reuniones entre la dirigencia y las autoridades hacendarias
han sido positivas. En ellas se dejó en claro que la instrucción
del Congreso al gobierno fue ahorrar 30 mil millones de pesos este año,
pero no mediante la reducción de la planta de trabajadores públicos.
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