México D.F. Martes 13 de enero de 2004
Los templos católicos, únicos
sitios transitables ayer en el centro regiomontano
Exigen 500 activistas comercio justo y repudian presencia
de George W. Bush
Saludos a Lula, apoyo a Kirchner y mención a
"AMLO", en la movilización a la Macroplaza
FABIOLA MARTINEZ Y DAVID CARRIZALES ENVIADA Y CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 12 de enero. Alrededor de 500 integrantes
de El Barzón nacional y de organizaciones sociales marcharon hoy
por las principales avenidas de esta capital para exigir un comercio más
justo entre los países de América y en repudio a la presencia
en el país del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a quien
llamaron "terrorista" y "asesino".
Conforme se acercaba la hora del encuentro entre los anfitriones
y los invitados a la Cumbre Extraordinaria de las Américas, fueron
reforzados al extremo los requisitos para ingresar en el perímetro
de la Macroplaza, aunque, pese al rigor, los organizadores decidieron hacer
una excepción. Los únicos que ingresaron sin la acreditación
correspondiente fueron los feligreses que acudieron a misa de 7 a la iglesia
del Sagrado Corazón, que se localiza en contraesquina del palacio
de gobierno.
Ellos sí pudieron entrar, y es que los templos,
como ocurrió ayer en la Catedral Metropolitana, fueron los únicos
sitios del centro de la ciudad por donde la gente se pudo mover con toda
libertad.
"Las
cumbres de organismos internacionales se realizan aquí, en el corazón
del modelo neoliberal mexicano, porque la sociedad neolonesa casi no está
organizada y la gente es muy apática", había advertido horas
antes de la magra movilización, Liliana Flores Benavides, secretaria
general de El Barzón. La declaración resultó presagio,
porque sólo un reducido número de personas, la mayoría
gente de la tercera edad, salió a la calle para protestar contra
el modelo económico vigente y las "imposiciones" del gobierno estadounidense
en el hemisferio.
No obstante, cuando el contingente se topó con
las vallas metálicas, colocadas por la Policía Federal Preventiva
en la periferia de la Gran Plaza de Monterrey, un pequeño grupo
de militantes del Partido de los Comunistas y una veintena de representantes
de organizaciones no gubernamentales lograron burlar las estrictas medidas
de seguridad y apostarse a un lado de la fuente de Neptuno, a unos 150
metros del palacio de gobierno, sitio en que el presidente Vicente Fox
ofreció dos horas después una cena de gala a los mandatarios
asistentes a la cumbre.
Con todo, los barzonistas imprimieron alegría y
creatividad a su movilización. Los más viejos militantes,
integrantes del llamado Braceroproa, arrastraron por varios kilómetros
26 monigotes, elaborados a mano, de tres metros de altura. Colocados sobre
rodillos, en la cúspide llevaba cada uno, una especie de piñatas
en forma de estrellas, en las que escribieron igual número de leyendas.
Lo mismo mensajes como "No a los subsidios gringos" o
"Amnistía migratoria" que saludos de bienvenida para el presidente
brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva; reconocimientos a la posición
del mandatario de Argentina, Néstor Kirchner, y hasta las iniciales
del jefe de Gobierno del Distrito Federal: AMLO.
Los elementos de diferentes corporaciones, casi todos
desarmados, no se dieron abasto para tratar de contener la embestida y,
desesperados, intentaban formar un muro humano ante la imposibilidad de
jalar sus vallas metálicas en medio del embotellamiento vehicular
que se formó en el cruce de las avenidas principales de esta ciudad,
Zaragoza y Padre Mier.
Para los encargados de la seguridad, en el episodio que
por un momento pareció devenir en refriega, "no se perdió
el control. Yo vine aquí a fumarme un cigarro", expresó el
general José Domingo Ramírez Garrido Abreu, ex comandante
de la Cuarta Región Militar y ex jefe de la policía del Distrito
Federal.
Parque Fundidora
Los altermundistas lograron poner en acción
las estrategias policiales por la mañana. Jóvenes anarcopunks,
neozapatistas y de diversas corrientes de izquierda también repudiaron
la presencia del presidente estadunidense.
Cerca de 200 manifestantes pretendieron llegar a las instalaciones
del Parque Fundidora, donde horas más tarde se reunirían
los mandatarios de América, pero 500 metros antes fueron contenidos
por una barrera de medio millar de policiacos federales y estatales, que
portaban cascos, escudos y chalecos antibalas.
Una valla metálica que se interponía entre
los contingentes sirvió de tarima para que, al final de la manifestación,
un joven bailara desnudo algo parecido a una batucada, mientras otros activistas
quemaron un monigote que representaba al presidente Vicente Fox Quesada.
Mientras avanzaba el contingente, decenas de elementos
de la policía regiomontana se adelantaban para pedir a los dueños
o encargados de los negocios que cerraran sus puertas y bajaran las cortinas
metálicas, ante posibles saqueos o daños en sus instalaciones,
en tanto que otros policías cubrían con sus cuerpos las instalaciones
bancarias al paso de los manifestantes. Salvo algunas "pintas" en los cristales
de negocios que no contaron con la protección policiaca, la marcha
transcurrió tranquilamente, sin daños o detenciones.
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