México D.F. Martes 13 de enero de 2004
"La política de mi gobierno hacia Irak
siempre fue muy clara: un cambio de régimen"
Reconoce Bush que desde el inicio de su mandato pensaba
en derrocar a Hussein
Fox, que se opuso a la guerra, "puede expresar su opinión
sin perder nuestra amistad", dice
ROBERTO GONZALEZ Y JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADOS
Monterrey, NL, 12 de enero. El presidente de Estados
Unidos, George W. Bush, dio por saldada la diferencia política con
el gobierno mexicano por la oposición del presidente Vicente Fox
Quesada a la invasión contra Irak en marzo pasado. El jefe de la
Casa Blanca aprovechó una conferencia de prensa conjunta para confirmar
que, desde el comienzo de su mandato, hace poco más de tres años,
"estaba en favor de un cambio de régimen" en Bagdad, una confesión
que refleja la debilidad del argumento de la búsqueda de armas de
destrucción masiva como motivo para el inicio de la guerra que acabó
con el régimen de Saddam Hussein.
"La
decisión que tomé (respecto a la invasión de Irak)
fue muy difícil", expresó Bush cuando fue interrogado sobre
la diferencia política con México al inicio de la invasión
y al acuerdo que ha mostrado el gobierno del presidente Vicente Fox respecto
a la política de posguerra. "Hemos hablado -siguió- de esta
decisión antes y después. Vicente Fox es un buen amigo y
él puede expresarme su opinión sin perder nuestra amistad.
El no estuvo de acuerdo, pero la decisión que tomé fue apropiada
para Estados Unidos y la historia demostrará que fue la correcta
para el mundo".
Después de mantener una reunión bilateral
con el mandatario mexicano, el presidente Bush anunció también
que "el trabajo" del ejército de ocupación estadunidense
en el país árabe "se está terminando", y aseguró
que después del derrocamiento y captura de Hussein "el pueblo iraquí
está mejor, Estados Unidos está mejor, México está
mejor, es un mundo que está en paz".
La prensa mexicana y estadunidense que participó
en la conferencia de ambos presidentes tuvo oportunidad de hacer dos preguntas
por medio. Para los periodistas que atienden la información de la
Casa Blanca el único tema fue Irak, no hubo interés por conocer
sobre el contenido de la bilateral.
Sobre todo, después de que este lunes los estadunidenses
se desayunaron con las revelaciones de Paul O'Neill, secretario del Tesoro
hasta el 13 de enero de 2003, quien afirmó que la Casa Blanca nunca
contó con evidencias de que Irak tenía armas de destrucción
masiva.
El ex funcionario, artífice de la estrategia que
permitió a Estados Unidos abandonar la recesión económica
de los primeros años del mandato de George W. Bush, entregó
a un periodista documentos confidenciales del gobierno en los que se demuestra
la debilidad de la argumentación para justificar la guerra, que
sirvieron para la elaboración de un libro que saldrá a la
venta esta semana.
Bush fue interrogado respecto de las revelaciones de O'Neill,
específicamente sobre la veracidad de la afirmación de que
la guerra contra Irak comenzó a ser planeada desde el comienzo mismo
de la actual administración federal estadunidense.
El presidente Bush no desmintió las afirmaciones
de su ex secretario del Tesoro y, en cambio, abundó: "la política
declarada de mi gobierno hacia Saddam Hussein siempre fue muy clara. Igual
que el gobierno anterior, estábamos en favor de un cambio de régimen".
Añadió que su gobierno, desde que inició
en enero de 2001, mantuvo una estrategia de recolectar información
de inteligencia, además de sobrevuelos sobre territorio iraquí.
"Así, quizá estábamos moldeando la política
y de golpe se dio lo del 11 de septiembre (de 2001)".
Después de la reunión con el mandatario
mexicano, el presidente Bush se reunió este lunes con presidentes
y primeros ministros de países caribeños agrupados en el
Caricom. También sostuvo un encuentro bilateral con el presidente
chileno Ricardo Lagos, donde el tema central fue un primer balance de la
aplicación del acuerdo de libre comercio entre las dos naciones,
firmado a finales del año pasado. El encuentro, de alrededor de
30 minutos, sirvió para que Bush destacara "el liderazgo" de Lagos
en la región.
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