México D.F. Lunes 12 de enero de 2004
Jolgorio por los 20 y 10 años del grupo;
presentan discos que inspiraron los rebeldes
EZLN y música, una relación amorosa
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
La música y la palabra: la canción. La lírica
que relata, que celebra, que protesta, que se burla, que acompaña,
que consuela y que subvierte ayer se sumó al jolgorio dominguero
de la Alameda Central; sacó de su marmóreo aburrimiento a
Benito Juárez, el del hemiciclo, e hizo un recordatorio: hace 20
años se fundó el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN) y hace 10 le anunció al mundo su existencia.
Verbena. Festejo. Vendimia. El entusiasmo y la
esperanza que se manifiestan desde hace un década en cada pequeño
o gran acto zapatista se esfuerzan por contrarrestar los rigores del frío
que se hace sentir aun cuando ya pasa del mediodía.
De muy buen humor, doña Rosario Ibarra de Piedra
es una desenfadada maestra de ceremonias que se congratula de estar este
domingo en el Distrito Federal. Acaba de llegar de Monterrey, ciudad sitiada
por cerca de 4 mil policías que custodian la Cumbre Extraordinario
de las Américas: "Aquí nadie nos vigila, aquí venimos
a celebrar, no necesitamos policía".
Betsy Pecanins es la primera en unir su canto a la celebración.
Y en concordancia con su profesionalismo y versatilidad, repasa varios
temas de su discografía, en en espectro que abarca de la canción
ranchera a los Beatles. Le secunda la fuerza, la intensidad, de Nina Galindo
y su voz de blues siempre dispuesta a la solidaridad. Y después
vendrá el tumbao comprometido y protestoso de Son de Maíz.
La audiencia es flotante y diversa: paseantes habituales,
zapatistas de corazón, internacionalistas, jóvenes, mujeres,
ancianos, niños. Y mientras el oído se recrea en la música,
los ojos pueden hacer un recorrido por la efímera muestra fotográfica
dispuesta en las columnas del hemiciclo. Diez años en imagénes
que eternizan días de lucha, de miedo, de sangre, de dolor, de esperanza.
La parte central de la celebración la encabezan
Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú, durante
cuya actuación se presenta el álbum 20-10 EZLN. El fuego
y la palabra, integrado por cuatro discos que recogen una muestra significativa
de la lírica musical surgida en torno al zapatismo.
Ignacio Pineda, responsable de la recopilación,
hace un acotación pertinente: "Hablar de zapatismo y de música
es hablar de una relación amorosa, afectiva".
Guillermo Velázquez y Los Leones son duchos en
esto de mezclar el buen decir con el compromiso social. Se dan vuelo y
el público les retribuye con creces.
Hacia el final de su actuación hace un paréntesis
para leer algunas cartas que personajes famosos de la arena política
dirigieron a los Reyes Magos. Están la de Vicente Fox, la de André
Manuel López Obrador, la de Elba Esther Gordillo, la de Marta Sahagún.
También obtuvieron la del subcomandante Marcos:
En Reyes Magos no creo
Ni en Santaclós paparruchos;
Sin embargo les deseo
Que hagan felices a muchos.
Yo nada voy a pedirles,
Pero desde Chiapas, pues,
Escribo para decirles
Que cumplimos veinte y diez.
Ni el gobierno contumaz,
Ni el tiempo nos atirisia;
Luchamos por una paz
Con dignidad y justicia.
Y, bueno, si esto los lleva
A juguetes en su saco,
Déjenme una pipa nueva
Y una bolsa de tabaco.
Y parafraseo a Tsekub,
Porque a Chanoc me remito:
Muchos saludos del Sub,
Del viejo Antonio y Durito.
Este fue uno de los últimos actos de la campaña
20 y 10: EZLN, el fuego y la palabra, organizada por la revista
Rebeldía para celebrar los 20 años de fundación
del EZLN y 10 de su aparición pública.
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