México D.F. Sábado 10 de enero de 2004
Armando Jiménez
ƑCursi José Alfredo?
Cierta vez, creo que en 1962 o 1963, me invitó él a presenciar la filmación de una de sus películas. En un descanso entre una escena y otra, puso en mis manos la letra de media docena de canciones inéditas. Deseaba que yo lo ayudara en los aspectos literario y gramatical, pues él tuvo escasa instrucción.
Las llevé a mi domicilio para leerlas con calma. Algunas partes me parecieron cursis; varias hasta me recordaban al poeta del crucero, aquel fígaro de Mérida que forzaba la rima de sus versos con involuntario humorismo.
Debía yo ser sincero con él, pero no me atreví a decirle la verdad cara a cara; por teléfono se la confesé. El no se molestó, como yo suponía; me explicó que hay que juzgar las canciones no por uno de sus componentes, sino por el todo. Es decir, por el texto y por la música juntos.
Luego que colgué el aparato, arrepentido de haber sido tan franco, consulté en varios cancioneros obras que me gustan, de Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Consuelito Velázquez, María Grever y otros compositores famosos. Inclusive releí la letra de nuestro venerado Himno Nacional y -que Dios me perdone- hasta ésta me pareció anacrónica, ampulosa, grandilocuente.
Meses después, cuando escuché las canciones que José Alfredo me había dado a leer, ya grabadas en discos y cantadas en radio y televisión por Pedro Infante, Javier Solís, Miguel Aceves Mejía, Lola Beltrán y Lucha Villa, tuve que admitir la torpeza de mi opinión referente a las obras de mi primo y reconocer la indulgencia que mostró ante mis palabras.
Con un mensajero le envié mis disculpas, acompañadas por una botella de su tequila preferido y mi felicitación por el éxito de esas mismas composiciones desacertadamente criticadas por mí.
Moraleja: no califiques lo que no entiendes. ƑMé entiendes Méndez o te lo explico, Federico?
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