México D.F. Sábado 10 de enero de 2004
El canciller sudamericano rechazó su
sola mención en la cumbre de Monterrey
La postura brasileña sobre el ALCA, punto de
roce con Estados Unidos
Ese acuerdo sólo busca beneficiar los intereses
corporativos de EU, afirman detractores
AGENCIAS
La cumbre extraordinaria de presidentes del continente
americano, que inicia este lunes en Monterrey, anticipa una batalla diplomática
entre Estados Unidos, que llega a la reunión con el interés
de promover su agenda en la región, principalmente en cuanto a la
negociación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA),
pero también con la intención de "acercarse" a los países
de la zona y los gobiernos de Brasil y Venezuela, que mantienen un fuerte
rechazo a incluir en la cita el tema comercial.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso
Amorim, rechazó categóricamente toda posibilidad de que la
declaración que surja de la cumbre de Monterrey contenga algún
párrafo sobre las negociaciones del ALCA, un acuerdo impulsado principalmente
por Washington que debería entrar en vigor en enero de 2005, indicó
un despacho de la agencia alemana de prensa Dpa, difundido desde Brasilia.
La
agencia comentó que la postura brasileña abre un nuevo punto
de roce con Estados Unidos, país que presiona para incluir el tema
del ALCA en el documento final de la Cumbre Extraordinaria de las Américas,
que al ser convocada bajo el auspicio de la Organización de Estados
Americanos (OEA) no contará con la asistencia de Cuba.
Un despacho de la agencia francesa de prensa Afp, fechado
en Monterrey, informó ayer que Brasil y Venezuela se oponen a una
propuesta de Washington de incluir el tema del ALCA en la declaración
que emitirán los jefes de Estado que se reunirán en esa ciudad
del norte de México.
La idea de negociar el ALCA surgió del ex presidente
de Estados Unidos William Clinton, quien la dio a conocer durante una cumbre
de presidentes del continente celebrada a finales de 1994 en Miami. Este
tipo de acuerdo ha sido denunciado por múltiples grupos sociales
como una mera extensión del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN), del que participan Estados Unidos, Canadá y México.
Según los opositores, en una posición que comparten parcialmente
algunos gobiernos, el ALCA sólo busca beneficiar los intereses corporativos
y geopolíticos de Estados Unidos.
Esta cumbre extraordinaria se celebra en momentos en que
existe el sentimiento de que Estados Unidos ha desplazado de su agenda
de prioridades la relación con América Latina, ocupado el
gobierno de ese país en gestionar la invasión a Irak.
Según la Afp, en un despacho fechado en Washington,
el presidente estadunidense George W. Bush, quien asistirá a la
cumbre de Monterrey, nunca se olvidó de América Latina, pese
a los ataques del 11 de septiembre de 2001, según expresó
Condoleezza Rice, consejera de seguridad nacional de la Casa Blanca.
"Creo que existe una percepción de que de alguna
manera tras el 11 de septiembre Estados Unidos perdió interés
en cualquier cosa que no se relacionara con el terrorismo y con el 11 de
septiembre. Eso simplemente no es cierto", apuntó Rice.
También la cumbre se celebra en momentos en que
una creciente polémica entre Estados Unidos y varios países
latinoamericanos ha cobrado fuerza. Las pugnas van desde las críticas
del secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, al presidente argentino,
Néstor Kirchner, por el acercamiento del país sudamericano
con el régimen cubano; o los cuestionamientos a Brasil por la decisión
de fotografiar y tomar registro dactiloscópico de los ciudadanos
estadunidenses que llegan a los aeropuertos brasileños, en reciprocidad
con las medidas de registro adoptadas a su vez por Washington
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