Oye, amigo, ¡te sacaste
la lotería!
Mario Reyes
Rosenberg López Amayoa tiene 37 años
de edad, es contador público y también abogado. Se enteró
de su seropositividad en 1995 en Tapachula, Chiapas, de donde es originario.
Después de pasar por momentos muy difíciles a causa del estigma
y la discriminación de que fue objeto por parte del personal médico
del Hospital General de esa ciudad, decidió viajar a la capital
mexicana para informarse sobre el VIH/sida, aunque eso le significó
problemas económicos y profesionales. Ahora, desde el Frente Nacional
de Personas Afectadas por el VIH/sida (FrenpaVIH, apoya a quienes son portadores
para que enfrenten los prejuicios que conllevan a una pérdida de
autoestima y calidad de vida.
"La noticia de mi seropositividad me la dieron de una
manera tremenda, el médico me dijo: 'oye, amigo, te sacaste la lotería,
tienes sida y te vas a morir'. En ese momento inició un proceso
de desgaste debido a que carecía de información objetiva.
Al enterarme no experimenté etapa de negación alguna, sino
un gran coraje por la forma en que me dieron el resultado. Cada vez que
acudía al hospital el médico me mataba psicológicamente.
Llegué a estar muy grave, el doctor sólo decía que
era normal y que poco a poco iba a morir.
"Sin embargo, un día 'me cayó el veinte'
y dije 'no puedo quedarme así', pensé en buscar una salida,
una solución. En el Distrito Federal contacté a Hugo Estrada,
quien en ese entonces presidía el FrenpaVIH, donde me ayudaron a
empoderarme, mi actitud se modificó. Como portador lo primero que
tienes que hacer es informarte, pues estoy convencido de que el proceso
de recuperación depende en 80 por ciento de tu estado emocional
y el resto de los medicamentos.
"Actualmente trato de que a las personas que viven con
el VIH no les falten los medicamentos y que tengan una buena atención
médica. Pertenezco al grupo Una mano amiga en la lucha contra el
sida, conformado mayoritariamente por personas seronegativas de diversas
profesiones como psicólogos, comunicólogos, químicos,
pedagogos y yo, que me encargo de la cuestión de los derechos humanos.
"Me he recuperado gracias a mi espíritu de lucha
y a que procuro mirar siempre hacia adelante, ahora tengo dos años
de vivir con una carga viral indetectable. Soy un ser humano con ganas
de hacer muchas cosas, trabajo, hago activismo, a veces me olvido de que
vivo con VIH/sida. Hay quienes aún piensan que estar infectado significa
el fin de la vida personal. En mi caso ésta no se ha alterado, no
he dejado a un lado el aspecto sentimental, que es un derecho como el de
cualquier otra persona; puedes ejercer tu sexualidad como tú quieras
pero siempre con responsabilidad.
"Mi perspectiva de vida consiste en vivir y apoyar a las
personas que lo necesitan, incidir en las políticas estatales y
nacionales que remarquen nuestro derecho a la salud, queremos que esta
epidemia se termine, es parte del compromiso moral que tenemos. Es decir
que ya no haya personas que se estén infectando y que las que ya
lo están tengan una vida de calidad y calidez."