México D.F. Martes 30 de diciembre de 2003
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Entre perdedores del TLCAN, 54 millones de mexicanos pobres
Una década de vigencia y los beneficios sociales prometidos brillan por su ausencia
POCO MAS DE DIEZ AÑOS atrás, en octubre de 1993, un apocalíptico Rudiger Dornbusch, entonces destacado integrante del Instituto Tecnológico de Massachusetts, pregonaba que si el Congreso estadunidense desaprobaba el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) la economía mexicana sufriría "un derrumbe similar al de 1982, con grandes fugas de divisas, que forzará una devaluación y recesión importantes".
EL TRATADO SE APROBO, Dornbusch murió, Salinas se exilió y de cualquier suerte la premonición de uno de los gurús del entonces inquilino de Los Pinos cumplióse a cabalidad, obsequiándole la razón -queriéndolo o no- a la tesis sostenida por algunas corrientes opositoras al libre comercio trilateral, en sentido de que, con acuerdo o sin él, ''lo más probable es que la economía mexicana fallará de todos modos".
PRESUMIDO POR SUS promotores y continuadores como la fórmula idónea para que a muy corto plazo México gozara de las suculentas mieles del primer mundo, el TLCAN cumple su primera década de operación y los masivos beneficios ofrecidos -económicos y, especialmente, sociales- brillan por su ausencia.
EL GOBIERNO DEL CAMBIO, en voz del presidente Fox, ha ratificado que el TLCAN ha sido ''muy favorable para México... Como en todos los acuerdos hay sectores ganadores y perdedores, (pero) el resultado conjunto es saludable... En conjunto los beneficios son mayores que los problemas". En ese balance, el registro de 54 millones de pobres -versión oficial- sin duda confirma que la evaluación del inquilino de Los Pinos es la correcta.
LA OPTICA PRESIDENCIAL fue recientemente redondeada por el subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales de la Secretaría de Economía, Angel Villalobos, que explicó que el TLCAN "nunca pretendió ser el milagro para México, solucionar su pobreza, aumentar su capital humano o resolver sus limitaciones financieras". Todo lo contrario. Según el funcionario, los objetivos del acuerdo se han limitado a "eliminar las barreras al comercio, impulsar la inversión y propiciar mejores condiciones de vida en la región" (La Jornada, 29 de diciembre).
COMO DIRIA EL INQUILINO de Los Pinos, "en todos los acuerdos hay sectores ganadores y perdedores" y el recuento presentado por el subsecretario Villalobos corresponde a los "sectores ganadores", porque para "los sectores perdedores" el balance es un tanto distinto: porque a juicio del funcionario "el rezago del campo es estructural y no producto del TLCAN... Diez años de tratado comercial no han reducido la brecha entre los estados del norte y del sur de México ni han beneficiado a estos últimos (...) (pero) esto se debe a que las secretarías de Desarrollo Económico de las entidades más pobres no han hecho su trabajo para modernizar tecnología y exportar más".
ASI DE SIMPLE: LA ausencia de crecimiento y desarrollo económico social, la carencia de empleo, la pérdida de poder adquisitivo, el avance de la pobreza y la marginación, la concentración de la riqueza, la crisis del campo -el real, no el de los poderosos agroexportadores presumido por Fox-, el deterioro del sector industrial, la raquítica inversión y demás bellezas que de tiempo atrás acarician al país, son resultado de que "las secretarías de Desarrollo Económico de las entidades más pobres no han hecho su trabajo para modernizar tecnología y exportar más".
PARA EL PRESIDENTE FOX, su gobierno y entidades afinas, "en conjunto los beneficios son mayores que los problemas" generados por el TLCAN, por lo que el quid es exportar más, sin importar que cada día se concentra el ya de por sí raquítico padrón de empresas exportadoras que, él sí, ha sido, es, agraciado por el TLCAN, conjunto que a lo largo de la última década en poco ha contribuido a derramar socialmente los beneficios asociados al libre comercio.
EL BALANCE DEL TRATADO de Libre Comercio de América del Norte y los resultados obtenidos por "los sectores ganadores" no pueden ser más alentadores: en un país con más de 2 millones de empresas oficialmente registradas, sólo 37 mil -no necesariamente de capital 100 por ciento mexicano, con la orgullosa excepción, hasta ahora, de Petróleos Mexicanos- son exportadoras y constituyen, de acuerdo con cifras del propio gobierno del cambio, el microcosmos victorioso, o si se prefiere, el concentradísimo padrón nacional exportador.
ESE MICROCOSMOS -"EL sector ganador"- representa 1.8 por ciento del total nacional de empresas registradas ante la Secretaría de Hacienda. Sin embargo, el desglose no termina ahí: de esos 37 mil consorcios, sólo 7 mil (0.35 por ciento del citado universo) acaparan poco más de 50 por ciento de la actividad exportadora nacional.
EN NUMEROS GRUESOS, en 2003 las exportaciones mexicanas sumaron alrededor de 165 mil millones de dólares -monto similar al reportado en 2002-, de tal suerte que poco más de 82 mil 500 millones de billetes verdes ingresaron a las arcas de 7 mil empresas -muchas de ellas trasnacionales que remiten el grueso de sus utilidades, 70 por ciento de acuerdo con la UNCTAD, a sus respectivos lugares de origen-, las que a su vez forman parte de no más de 200 grandes emporios privados dedicados a todo tipo de actividad productiva y de servicios (la financiera incluida, desde luego). La otra mitad se distribuyó -obviamente no de manera equitativa- entre otros 30 mil establecimientos.
EL ANTERIOR ES UNO de los elementos que sustentan la afirmación presidencial sobre el TLCAN: "Como en todos los acuerdos hay sectores ganadores y perdedores, (pero) el resultado conjunto es saludable... En conjunto los beneficios son mayores que los problemas".
EN VIA DE MIENTRAS habrá que esperar la llegada del hipotético día en que la actividad exportadora se desconcentre, que sus beneficios se derramen socialmente y alcancen al grueso de los habitantes de este país, y que "las secretarías de Desarrollo Económico de las entidades más pobres" realicen correctamente su trabajo "para modernizar tecnología y exportar más".
Las rebanadas del pastel:
QUE RARO: HAY LEY DE Ingresos para 2004, el presupuesto de egresos está cocinado y el país todavía no se deshace... Reflejándose en el espejo, los tímidos legisladores no se animaron a podar los elevados sueldos y prestaciones de los funcionarios del gobierno del cambio. [email protected]
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