Aprovechan las ventajas del TLC para exportar y se adueñan del mercado local

Nuevo León, paraíso para comerciantes de origen oriental

Chinos, tailandeses y coreanos dejan fríos a los nativos, señala dirigente de sociólogos

DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL

Monterrey, NL, 27 de diciembre. Nuevo León es un estado cada vez más cosmopolita, como lo prueban los cerca de 10 mil ciudadanos provenientes de más de 90 países que residen legalmente en la entidad y desarrollan actividades empresariales, de comercio, estudiantiles y de culto religioso, entre otras.

Según la delegada del Instituto Nacional de Migración (INM), Irma María García Hinojosa, los extranjeros radicados en Nuevo León provienen, en primer lugar, de Estados Unidos, con mil 211 personas, seguido por Argentina, con 543; Colombia, con 407; Japón con 346; España con 324; Venezuela con 318; Brasil con 303; Francia con 268, y Canadá con 262.

Otras naciones de las que vienen son Cuba, con 225; Italia, con 176, Gran Bretaña, 66; e India, 63. En total, el INM tiene registrados 7 mil 383 extranjeros en calidad de empleados, así como 60 empresarios y 2 mil 484 en la categoría de estudiantes.

Los estadunidenses realizan principalmente actividades de industria y comercio, mientras los cubanos se desempeñan como entrenadores deportivos, artistas y catedráticos.

Estadunidenses, franceses, españoles, italianos, y los latinoamericanos tienen décadas de vivir en el estado, pero hay grupos que fueron atraídos recientemente, como los asiáticos y los ciudadanos de países de Europa del este, interesados en hacer negocios, sobre todo a raíz del Tratado de Libre Comercio (TLC) que México firmó hace una década con Estados Unidos y Canadá.

Salvador Hernández Sandoval, presidente del Colegio de Sociólogos de Nuevo León, comentó que uno de los factores que influyen en la atracción de ciudadanos extranjeros es que el estado vive un proceso de transición de una economía basada en la industria a una de comercio y servicios.

Por ello, explica, "puedes ver que están aflorando muchas tiendas de chinos, tailandeses y sobre todo coreanos, y es que este proceso de terciarización de la economía en Nuevo León está tomando fríos a los nativos, sin capacidad para hacer frente a este fenómeno".

Expuso que los orientales vienen a aprovechar las ventajas del TLC porque el flujo de mercancías de China a Estados Unidos es un canal exento de impuestos y desde ahí están inundando al mercado nacional, en los mercados del juguete, la electrónica y la ropa.

Lo más interesante, afirma Hernández Sandoval, es que los coreanos están explotando directamente el mercado, sin necesidad de intermediarios locales: "se encargan de producir, comercializar y llevar directamente el producto al consumidor; prácticamente tienen el control de todo el ciclo de la producción, distribución y comercialización".

Esto habla de que la población nativa, en particular el comercio organizado, está viéndose muy lento ante esta realidad, está siendo rebasado por comerciantes orientales.

"¿Para qué importar, tener una fábrica en China, Corea, o Japón, si las puedes tener en los corredores industriales de Nuevo León o de cualquier estado de la frontera norte, si al final de cuentas aquí la mano de obra puede ser igual o más barata, con excepción de China?", dijo el investigador.

Comentó que por lo general las compañías o empresas extranjeras traen a su personal directivo y de confianza desde sus países de origen y dejan las plazas peor pagadas para los obreros o empleados locales.

Ejemplificó que la empresa ibérica Gas Natural México, que tiene a su cargo el suministro del hidrocarburo en la zona metropolitana de Monterrey, deja a los técnicos e ingenieros españoles la dirección de las áreas de calidad, infraestructura, obras de mantenimiento y expansión, "pero el que cava el pozo es un albañil de San Luis Potosí, el que cambia las tuberías es un trabajador de Nuevo León y, en general, el que hace el trabajo pesado es el mexicano, pues las tareas de diseño, de investigación y de dirección se dejan en manos de extranjeros".

Ventajas del comercio mundial

Los comerciantes e industriales mexicanos "se quejan mucho, pero ellos tienen gran parte de la culpa, porque no saben aprovechar las ventajas del comercio mundial, y es que estamos viviendo la globalización con reglas fiscales de corte medieval y, salvo una minoría de grandes empresas, pretendemos competir con maquinaria que tiene 40 años de retraso", señala.

En el mero centro de Monterrey, en el área comprendida entre las calles de Juan Ignacio Ramón, Juárez, Cinco de Mayo y Cuauhtémoc, desde hace unos dos años se ha ido formando un barrio comercial donde decenas de orientales y su sonrisa fácil dominan el panorama, sobre todo en materia de precios y clientela.

Pero no obstante su gesto amable, son muy herméticos cuando se les pide una entrevista. Además, la mayoría conoce pocas palabras en español, lo cual no ha sido obstáculo para que vayan adaptándose a esta tierra y sus costumbres, a tal grado que hasta pretenden parecer del país, como un joven de ojos rasgados que dijo "ya casi" ser mexicano y llamarse "Luis".

La mayoría son originarios de Corea y parece que llegaron para quedarse. Los primeros vinieron contratados por empresas que se asentaron en México para aprovechar las oportunidades del TLC, otros están aquí por aquellas compañías que se hicieron cargo de algunos trabajos en la refinería de Cadereyta.

Al paso de los meses se trajeron a su familia, inscribieron a sus hijos en escuelas privadas y vieron en el comercio una oportunidad de obtener ingresos.

Son dueños de locales donde venden artículos de importación, como anteojos, relojes, agendas, calculadoras y ropa, que no solamente ofrecen al público regiomontano, sino también a los ambulantes locales que ocupan la calle Colegio Civil, a cien metros del territorio que ya han hecho suyo y no hay quien les haga sombra.

Son los asiáticos quienes atienden los negocios, con ayuda de tres o cuatro empleados nacionales, sobre todo mujeres, que aseguran recibir mejor sueldo que en cualquier otro comercio de la ciudad.

En el propio local realizan algunas partes del proceso productivo, con máquinas bordadoras de diseños y letras, que ocupan menos de un metro cuadrado, lo que les permite contar con cachuchas, camisetas y chamarras con los nombres de los equipos más populares del futbol mexicano.

Sus estrategias de mercado son ofrecer mejor precio entre mayor número de piezas adquiera el cliente, y pueden vender una prenda entre 30 y 50 por ciento más barata que sus competidores, sin poner reparos la calidad del producto.

Ubaldo Ortiz de los Santos, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Monterrey atribuye el fenómeno a la bonanza del mercado regiomontano; pero pidió a las autoridades de Hacienda y Migración estar muy atentas a la entrada de extranjeros que vienen como turistas y luego se dedican a trabajar, además de estar pendientes de la posible venta de productos de contrabando.

"Hay gente del extranjero que viene a ofrecer productos a México; como andan de turistas no te das cuenta si andan legal o ilegalmente. Son comunidades que se protegen mucho, no es fácil entrar a su círculo, más allá de que permitan a algún mexicano ofertar sus productos al público", añadió.

Expuso el dirigente de los comerciantes que en muchos de los casos las empresas extranjeras que se establecen en México traen su propio abastecimiento y hasta sus empleados, como en caso de los coreanos que trabajaron en la refinería de Cadereyta; "toda su gente de confianza y los técnicos provenían de Corea; terminó la obra y se fueron".

Además, dijo, la mayoría de las empresas extranjeras se llevan las utilidades de México, porque consolidan resultados en sus países de origen, "de hecho aquí nada más maquilan los productos y se llevan la derrama económica fuerte".

Sin embargo, datos de la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno estatal indican que Nuevo León recibió de 1997 a mayo de 2003 un total de 9 mil 204 millones de dólares de inversión extranjera directa, que permitieron el establecimiento de 442 empresas y la generación de más de 75 mil empleos.