México D.F. Sábado 27 de diciembre de 2003
En 2001 se destinaron 52 mil 400 mdd al rubro, 8 mil 200 menos que en 1991
Disminuye la ayuda a la educación en los países pobres, revela la UNESCO
Alemania, Francia y Japón, entre las naciones que redujeron su colaboración
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
La ayuda para educación prestada por los países ricos y los organismos financieros internacionales a las naciones pobres ha disminuido en los últimos 12 años, a pesar de que estas regiones concentran los mayores índices de rezago en analfabetismo, niños sin escolarizar y deserción de las aulas.
De acuerdo con el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2003/04, editado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), en 1990 la ayuda ascendió a 60 mil 600 millones de dólares, mientras que en 2001 fue de apenas 52 mil 400 millones de dólares.
El documento, analizado en la reciente reunión de los países más poblados del mundo, entre los que se encuentra México, señala que la falta de financiamiento es preocupante porque puede impedir el cumplimiento de los compromisos del Foro Mundial sobre la Educación de Dakar (Senegal, 2000) que promueve la educación para todos los infantes.
Indica que la ayuda prestada por la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial disminuyó desde mediados del decenio de 1990. La porción total de los préstamos destinados a la educación también se redujo en los recientes años, y se concentró sólo en Africa subsahariana y Asia meridional.
La ayuda para educación básica de otros organismos multilaterales disminuyó también durante los bienios 1998-1999 y 2000-2001, debido a la reducción del apoyo prestado por los bancos regionales de desarrollo.
"En resumen, la ayuda bilateral y multilateral a la educación disminuyó globalmente en 1998-1999 y 2000-2001, aunque en la dispensada a la educación básica se registró un avance positivo", señala el informe de Educación para Todos.
Sin embargo, advierte que el nivel actual de ayuda a la educación básica, unos mil 500 millones de dólares, sigue siendo bajo si se compara con la ayuda suplementaria -unos 5 mil 600 millones de dólares anuales- que se estima necesaria para alcanzar las metas de Dakar.
Hubo un retroceso de la ayuda a Asia Oriental y el Pacífico, y un leve aumento de la destinada a Africa subsahariana y Asia meridional y oriental.
De igual forma, los flujos bilaterales de ayuda a la educación disminuyeron en la década de los 90, pasando de casi 5 mil millones de dólares a principios del decenio a algo menos de 4 mil millones de 2001.
Aunque hubo alguna mejora en 2001 en comparación con el año anterior, el apoyo las instituciones a la educación descendió 16 por ciento, y pasó de 10 a 8 por ciento de la ayuda.
Los principales países que brindan apoyo son: Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón, Países Bajos y Reino Unido. No obstante, Alemania, Francia y Japón figuran entre los que redujeron la colaboración.
El documento explica que los apoyos se han concentrado en educación básica y que los organismos multilaterales han privilegiado a aquellos países cuyos "sistemas de educación son más eficientes". Por ejemplo, en un estudio de 77 países se pone de manifiesto que la cantidad de ayuda por niño no escolarizado aumenta con el nivel de escolarización neta.
Del mismo modo, en 120 países que disponen de datos a este respecto se observa una relación positiva entre los índices de alfabetización y la ayuda por adulto analfabeto.
Señala que los compromisos mundiales están impulsando en el plano internacional iniciativas, fondos y otras actividades innovadoras con respecto a la financiación del desarrollo.
Una de ellas es la iniciativa de "financiación acelerada", ideado por el Banco Mundial. Desde noviembre de 2002 se aceptó financiar a Burkina Faso, Guinea, Guyana, Honduras, Mauritania, Nicaragua y Níger.
Sin embargo, este programa se encuentra en una "coyuntura crítica", porque las proyecciones se han hecho basándose en la hipótesis de que los gobiernos estén en condiciones de lograr que los nuevos maestros acepten sueldos más bajos.
También se cuestiona el hecho de que las propuestas presentadas para beneficiarse de la iniciativa sean realmente las de los países, debido a la fuerte participación de asociados exteriores en la elaboración de los planes sectoriales en los que se basan las propuestas.
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