México D.F. Sábado 27 de diciembre de 2003
OBSERVATORI0 CIUDADANO DE LA EDUCACION
Comunicado No. 114
Equidad y gestión
Claroscuros en materia de equidad en educación
básica
¿Funcionan esquemas de participación?
AL PARTICIPAR EN el Encuentro Nacional de la Sociedad
Civil para las Políticas Educativas, llevado a cabo el pasado 1º
y 2 de diciembre en la ciudad de México, Observatorio tuvo
oportunidad de discutir de manera abierta y plural con los representantes
de 40 organismos no gubernamentales de 19 estados del país, los
avances y retrocesos del Programa Nacional de Educación 2001-2006
(PNE). Asistieron dos funcionarios de la SEP: Silvia Schmelkes y Lorenzo
Gómez Morín, coordinadora de Educación Intercultural
Bilingüe y subsecretario de Educación Básica y Normal,
respectivamente. Se discutieron los tres objetivos estratégicos
del PNE, a saber: calidad, equidad y gestión. En otra entrega ya
se trató el tema de calidad (Comunicado 111, 16/11/2003),
así que en esta ocasión nos ocuparemos de los dos objetivos
restantes: equidad y gestión.
EQUIDAD. La política de equidad trata de
garantizar el derecho a la educación expresado como igualdad de
oportunidades para el acceso, permanencia y logro educativo de los niños
y jóvenes del país. En educación básica la
equidad ha sido señalada por Fox como uno de los "principales propósitos
y compromisos del gobierno federal", sobre todo a partir de la promoción
de programas compensatorios que permitan atender diferenciadamente a las
poblaciones vulnerables y con ello igualar las oportunidades educativas.
LOS PROGRAMAS COMPENSATORIOS son administrados
tanto por organismos pertenecientes al sector educativo como por entidades
públicas -como Sedesol- y pretenden mejorar la calidad de la educación
mediante el ofrecimiento de determinados apoyos destinados a las escuelas
y a sus maestros, a las familias y a los niños.
EN EL TERCER INFORME DE gobierno de Fox se reporta
que en el ciclo escolar 2002-2003 se dotó de útiles escolares
a 4 millones 500 mil alumnos, se asesoró en términos pedagógicos
a casi 40 mil escuelas y a 122 mil docentes y se entregaron apoyos económicos
a las asociaciones de padres de familia de 12 mil 9 jardines de niños
y 47 mil escuelas primarias, superando en 5 mil apoyos los otorgados en
el ciclo escolar anterior. Este esfuerzo gubernamental seguramente sí
ha incidido en el aumento de la matrícula en educación básica,
sobre todo en secundaria. El número de estudiantes registrados en
secundaria ha crecido, de 2000 a la fecha, 8.7 por ciento mientras el incremento
de la matrícula en prescolar y en primaria ha sido de 2 por ciento
y 0.1 por ciento, respectivamente. Ahora hay casi medio millón de
jóvenes más estudiando la secundaria de los que había
al principio del sexenio y esto se debe, en parte, a la expansión
de los programas compensatorios. Pero aún están pendientes
de discutir dos aspectos. El primero es investigar si los programas compensatorios
contribuyen a que los niños de los estratos más desfavorecidos
adquieran habilidades, tengan resultados y reciban un "valor agregado"
al parejo que sus contrapartes de los sectores sociales más favorecidos.
El segundo es si el notable aumento en la matrícula de telesecundaria,
en contraste con otras modalidades de educación secundaria, asegurará
un aprendizaje de calidad. Varios estudios han evidenciado el bajo desempeño
académico que desafortunadamente obtienen los jóvenes que
asisten a este tipo de secundarias.
DESDE HACE DOS AÑOS, Observatorio
subrayó la necesidad de conducir estudios que evalúen el
funcionamiento y efectividad de los programas compensatorios. En 1995 se
detectó que la contribución del PARE (ahora PAREIB) al mejoramiento
de los aprendizajes de los niños fue muy pequeña. Las calificaciones
obtenidas por los niños que asistían a las escuelas beneficiadas
por este programa fueron insuficientes para aprobar los cursos (Comunicado
5, 26/03/1999). Con base en las evaluaciones realizadas hasta el momento,
¿se puede corroborar o rechazar este preocupante antecedente? Además,
es poco claro el futuro y enfoque de los programas compensatorios: ¿acaso
serán eternos? ¿Qué repercusiones habría para
los niños y jóvenes beneficiados si por alguna razón
se cancela la ayuda compensatoria?
SI ATENDEMOS A QUE EXISTEN límites en la
educación para mejorar las condiciones de vida de la población
y dar solución a problemas estructurales de pobreza y, por el contrario,
estas condiciones imponen determinantes para el mejor desempeño
educativo, ¿no sería mejor empezar a promover medidas integrales,
más allá de la experiencia exclusiva de los programas compensatorios,
que contribuyan a abatir las desigualdades estructurales del país?
EXISTEN TRES TEMAS sobre equidad presentes en el
PNE que merecen mención especial y de los cuales poco o nada se
conoce aún, así como sobre las acciones concretas que se
estén llevando acabo para materializarlos. En primer lugar, el modelo
de educación básica para la población infantil migrante,
que está orientado a brindar servicios de educación primaria,
en 2006, a todos los hijos de jornaleros agrícolas migrantes (PNE,
p. 132). En México hay entre 400 mil y 700 mil niños en esta
difícil situación. En segundo lugar, la puesta en marcha
de un modelo pedagógico que atienda las necesidades educativas de
los niños en situación de calle, que se supone iniciaría
desde el 2002 (PNE, p. 132). Y en tercer lugar, el tema indígena,
que si bien es objeto en el PNE de dos políticas en el nivel básico
-que a su vez involucran a 9 programas y a cerca de 23 metas específicas
a cubrir en el sexenio-, constituye uno de los rezagos ancestrales y peor
atendidos de nuestro sistema educativo. Para muestra, algunas metas planteadas:
duplicar en 2006 la cobertura de educación inicial indígena,
lograr en 2006 que 95 por ciento de los niños indígenas de
6 años ingresen a la primaria, aumentar índices de aprobación
y de eficiencia terminal en las escuelas primarias interculturales bilingües,
mejorar el aprendizaje de las competencias básicas de niños
y jóvenes indígenas, asegurar en 2004 que 95 por ciento de
los maestros bilingües hablen la lengua indígena predominante
en la comunidad a la que sirven y que cuenten con licenciatura, que en
2004 se incorpore la lengua indígena como asignatura en la educación
bilingüe intercultural (PNE, p. 134). Sobre este último tema
la inquietud que surge es saber cuáles han sido sus resultados efectivos,
ya que en el Informe de Ejecución 2002 y en el tercer Informe de
gobierno poco se dice sobre ellos.
GESTI0N DEL SISTEMA EDUCATIVO. Uno de los puntos
relevantes para conocer el avance del gobierno foxista en gestión
educativa se refiere a la participación de la sociedad en los asuntos
educativos.
EL PNE DESTACA QUE la introducción de mecanismos
de consulta y participación de la sociedad constituye uno de los
aspectos centrales para reformar la gestión del sistema educativo
y propone tres líneas generales de acción: a) Promover
formas variadas de participación en el nivel local de manera que
la comunidad se involucre en el desarrollo educativo. b) Promover
la construcción de formas nuevas de participación social
en el ámbito escolar buscando acrecentar el respeto y confianza
de los padres de familia en la escuela y en las autoridades educativas.
c) Cambiar el esquema tradicional de participación social
encaminado a cubrir insuficiencias escolares, particularmente de recursos
materiales y mantenimiento de la infraestructura, a un esquema de involucramiento
y colaboración para el mejoramiento de la calidad de la educación.
A continuación el análisis de cada una.
PARTICIPACION A NIVEL LOCAL. Según el secretario
técnico del Consejo Nacional de Participación Social en la
Educación (Conapase) de diciembre de 2001 a finales de 2002 se instalaron
54 consejos municipales llegando a un total de mil 293 consejos. Aunque
estas cifras no pueden subestimarse, preocupa saber que aún faltan
por poner en operación mil 134 consejos para cubrir los 2 mil 427
ayuntamientos que existen a nivel nacional. Pero avanzar en la constitución
de mayor número de consejos municipales no significa que automáticamente
la comunidad se involucre en el desarrollo escolar.
SE REQUIERE QUE LA SEP y las autoridades educativas
de cada estado muestren en qué grado estas valiosas formas de participación
social están logrando el impacto deseado en el ámbito escolar.
Necesitamos conocer el "funcionamiento efectivo" de los consejos de participación
social (Comunicado 1, 20/01/99). Y las preguntas en este sentido
son innumerables. Es muy difícil pensar que un mismo modelo de participación
trabaja de la misma manera en un contexto empobrecido en el que hay poco
acceso a la información y al conocimiento, que en uno donde los
ciudadanos pueden informarse ampliamente acerca de lo que ocurre en su
entorno. Además, llama la atención la forma vertical en que
se constituyeron los consejos de participación social y los lentos
pasos para restructurar estos valiosos mecanismos de participación
ciudadana.
PREOCUPA QUE EN el documento de la SEP: A mitad
de la jornada. Avances en la educación 2001-2003 no se haga
mención alguna sobre la "restructuración" del Conapase, anunciada
en el PNE como meta para 2002.
CONSTRUCCION DEL RESPETO y la confianza hacia
la escuela y las autoridades. A pesar de que se
dio a conocer un Programa de Reconocimiento Social a alumnos, padres de
familia, docentes y directivos, se desconocen los datos que sustentan el
hecho de que las nuevas formas de participación social elevan la
confianza de los padres y madres de familia en la escuela y en las autoridades
educativas.
COLABORACION PARA EL mejoramiento de la calidad
educativa. En febrero de 2003, un boletín
de la SEP anunció que ésta "promueve la participación
de la sociedad a favor de la educación" y mostraba los avances en
infraestructura y re equipamiento que se obtuvieron en una secundaria "gracias
a la participación de padres de familia y ex alumnos". El esfuerzo
de los ciudadanos por mejorar sus condiciones de estudio es un hecho ejemplar
e indiscutible, más bien lo que se cuestiona es la demora para transitar
del esquema tradicional encaminado a la solución de "insuficiencias
escolares" a uno de "involucramiento y colaboración para el mejoramiento
de la calidad de la educación", que fue lo que propuso el PNE. Los
ciudadanos aún estamos a la espera de conocer en qué grado
la calidad de la educación en México mejora al involucrar
a los actores sociales.
INTERROGANTES. En términos de equidad, en
algunos casos el gobierno ha logrado magros resultados que ponen en riesgo
el cumplimiento de las metas propuestas. ¿Es un problema de implementación
de política pública? ¿Hasta dónde la impericia
política ha sido una barrera para cumplir con los compromisos adquiridos?
¿Qué deberá hacer al gobierno, especialmente la SEP,
para contrarrestar la inercia del sistema y demostrar que la educación
mexicana está cambiando favorablemente? La política de participación
social del gobierno abre otros cuestionamientos: ¿las organizaciones
de la llamada sociedad civil poseen la autoridad suficiente para decidir
sobre los asuntos educativos del país? ¿Qué actores
deberían tener mayor injerencia en las decisiones escolares? ¿Es
la participación social basada en el asambleísmo la manera
más eficiente de elevar la calidad académica? Preguntas aún
sin respuesta, que deberían servir para abrir el diálogo
entre los ciudadanos interesados en la educación.
Todos los ciudadanos están cordialmente invitados
a sumarse a nuestra iniciativa. Favor de enviar sus nombres con sus datos
de localización e identificación al correo electrónico:
[email protected]
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Visítenos en:
http://www.observatorio.org
Escúchenos por:
Radio UNAM (860 AM)
en el programa Deslinde,
el primer lunes de cada mes
a las 19 horas
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