Alejandro Brito

Pilatos Obrador

En el PRD, el reconocimiento de derechos a homosexuales y lesbianas siempre ha sido un tema incómodo, asociado al "desprestigio" político. En su esquema de revolución democrática, no termina por encajar esa opción. En parte por la homofobia tan presente aún entre sus filas, pero en parte también por oportunismo político. Por mucho que promulguen en sus principios dicho precepto, no están dispuestos a jugársela por un asunto de dudosa reputación o, mejor todavía, de dudosa ganancia política, aun cuando se trate de una tímida reforma o iniciativa de ley como la de Sociedades de Convivencia. En el cálculo de legisladores, dirigentes partidarios y gobernantes perredistas, el partido tiene más que perder que ganar en esta apuesta.

Desde que se presentó en abril de 2001 esta iniciativa en la Asamblea Legislativa, que reconoce derechos mínimos de tutela, sucesión, alimentación y arrendamiento a compañeros permanentes, parientes o parejas de distinto o del mismo sexo, el PRD evadió entrarle de lleno al tema. Las veces en que se dictaminó dicha iniciativa, su posición fue ambigua y vergonzante, y en el mejor de los casos la fracción perredista se presentó dividida. En aquella ocasión se tenía la oposición del PAN y del PRI, y el PRD temía cargar con toda la responsabilidad. Pero ahora las condiciones son más favorables: se cuenta con amplia mayoría de diputados de diversos partidos, incluidos los del PRI, para aprobarla. Por ello, resulta sorpresiva y sospechosa la propuesta de Andrés Manuel López Obrador de someterla a consulta ciudadana. De nuevo, desde el propio partido que supuestamente la impulsa, se le bloquea.

El jefe de gobierno del Distrito Federal afirma que el desconocimiento de la iniciativa ha generado polémica y por tanto debe ser sometida a plebiscito, lo que daría oportunidad a difundirla en sus justos términos. ƑDe verdad lo cree? La supuesta polémica generada en torno a la iniciativa es más producto de su tergiversación programada por parte de la jerarquía católica y grupos afines, que de su desconocimiento. ƑQuiénes se oponen? Los grupos y protagonistas de siempre, ya muy conocidos por su oposición al aborto en cualquier circunstancia, a los anticonceptivos, al uso del condón y a la educación sexual, con sus muy sobadas argucias. En cambio, las voces a favor son múltiples y plurales, desde los propios grupos gays hasta abogados especialistas, defensores de derechos humanos, intelectuales, artistas y magistrados de los tribunales. ƑDónde están los argumentos jurídicos de sus impugnadores?, Ƒdónde las disertaciones opositoras basadas en el derecho? Lo único que tenemos enfrente son los vulgares exabruptos de Serrano Limón y seguidores, sobre la supuesta amenaza a la institución familiar y la corrupción de menores.

Contrario a lo que sostiene el jefe de Gobierno defeño, someter a debate público un asunto que por principio constitucional y del derecho no puede sujetarse a reglas de decisión mayoritaria es abrir la puerta a la legitimación del estigma y la homofobia. ƑO qué? ƑEntonces también hay que someter a consulta si la ayuda mensual de su gobierno a la senectud debe incluir a los adultos mayores homosexuales y lesbianas?

Para evitar embarrarse en un asunto de "moralidad dudosa", López Obrador ha optado por la salida más cómoda: lavarse las manos. Si en la consulta resulta ganador el NO, dirá a la sociedad civil y a la izquierda: "Ya ven, es el pueblo el que la rechaza". En caso contrario dirá a la Iglesia y a los conservadores: "Ya ven, es el pueblo el que la apoya". Su cálculo político le dice que en cualquiera de las dos respuestas caerá parado.

Pero lo más peligroso y lamentable de su propuesta de consulta es la concesión que hace a la jerarquía católica. No es difícil imaginar la llamada del cardenal Rivera detrás de la propuesta de López Obrador. Por ello, sostengo que en la aprobación o no de esta ley está en juego algo más que el reconocimiento de derechos a un sector de la población. Está en juego también la autonomía y el carácter laico de los poderes públicos.