México D.F. Domingo 7 de diciembre de 2003
Comienza la iniciativa América Profunda;
denuncian "guerra de baja intensidad"
Pueblos indios debaten en busca de una denominación
común
El neoliberalismo es el problema central en el mundo,
señala dirigente cocalera boliviana
ARTURO JIMENEZ
La necesidad o no de definir el "quiénes somos"
de los pueblos originarios del continente dominó hoy el debate en
el primer día de la iniciativa América Profunda, que comprende
un coloquio, un simposio y un foro público y se inauguró
ayer en un hotel del Centro Histórico, con la participación
de más de 50 dirigentes e intelectuales "indios" y "no indios" y
las presencia de la directora de Culturas Populares, Griselda Galicia.
Dos ejemplos enriquecedores son la experiencia en Bolivia,
donde asumirse "pueblos y naciones indígenas", ante la denominación
homologadora de "campesinos", ha sido parte fundamental de su autoafirmación
y demanda de reconocimiento como tales de los territorios de ese país
andino, en el cual ellos acaban de expulsar al presidente de la república.
Y el caso de Guatemala, donde se tiende a desechar la
calificación de "indio" para utilizar mejor la de "maya" y "movimiento
maya", pues, como dijeron algunos participantes de ese país, "primero
somos mayas y luego somos guatemaltecos".
En la búsqueda de una denominación común
a los pueblos originarios de América que dé unidad a sus
demandas y no ignore su enorme diversidad, ayer comenzaron a explorarse
designaciones como la misma "América profunda", "pueblos y naciones
hermanos", "pueblos de la esperanza", "hermanos de maíz", e "hijos
del sol" (Abya Ayala, en quechua), entre otros.
Felipe Quispe, aymara, uno de los dirigentes de la Confederación
Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia y del Movimiento Indio
Pachacutik, así como diputado y ex candidato a la presidencia, describió
la grave situación de racismo en su país, en el que 80 por
ciento de la población es indígena, lo cual explica el sentido
de sus reivindicaciones como tales.
La diferencia, entre ricos y pobres
Para
Leonilda Zurita, dirigente de mujeres indígenas y cocaleras a nivel
nacional y en la región del Chapare, en Cochabamba, Bolivia, el
problema central es el neoliberalismo, pues afecta no sólo a los
indios, sino a diversos sectores sociales en todo el mundo.
Agregó: "Aquí todos somos hermanos y somos
iguales, y la palabra indio es sólo para pelearnos entre nosotros.
Todos somos de carne y hueso, todos somos originarios. La diferencia es
entre ricos y pobres. Por eso acabamos de sacar a (Gonzalo) Sánchez
de Lozada, que es enviado de Estados Unidos".
El sociólogo y politólogo ecuatoriano Felipe
Burbano, un tanto en coincidencia con el boliviano Felipe Quispe, afirmó
que en su país la palabra "indio" ha sido "resignificada" por las
luchas del movimiento indígena.
Añadió que la hermandad entre los movimientos
ecuatorianos ha surgido no tanto por una cuestión racial, sino de
solidaridad en la resistencia.
Alvaro García Linera, investigador boliviano, expresó
que en México, Ecuador y su país la idea de "nación
indígena" y la respectiva lucha de esos pueblos apunta a reorientar
el carácter de esos estados nacionales.
Alianzas y cariño
Para Marcela Machaca, agrónoma, promotora e intelectual
quechua de Perú, buscar una denominación común es
"generalizante" y una actitud "colonial", y lo mejor sería centrarse
en las alianzas entre los pueblos indígenas del continente.
Además, introdujo la idea de "amor y cariño"
como elemento fundamental de una lucha común y solidaria.
Grimaldo Rengifo, peruano y organizador con el mexicano
Gustavo Esteva de la iniciativa América Profunda, comentó
que aunque las denominaciones son importantes, lo es aún más
recuperar los "atributos" de los pueblos indígenas: el cariño,
los rituales, lo comunitario. Si un pueblo se denomina "indio" o no lo
hace, es parte de "la diversidad que somos", abundó.
Domingo Pérez López, tzeltal de Chiapas,
hizo un planteamiento que causó coincidencias, pues manifestó
que los pueblos indígenas viven una "guerra de baja intensidad".
Xuno Setet Sian, también tzeltal de Chiapas, agregó
que esa "guerra de baja intensidad" contra indígenas zapatistas
o simpatizantes de ese movimiento, también se reproduce en otras
partes del mundo.
Sobre el tema central estuvo de acuerdo con la necesidad
de definir el "quiénes somos".
Insistió: "Nos toca definirnos, saber quiénes
somos. Debemos definirnos como bloque frente a ese otro bloque que quiere
desaparecernos".
Andrés Pablo Escobar, dirigente maya guatemalteco,
un tanto en relación con los antropólogos y las políticas
indigenistas, demandó: "Que nos dejen respirar. Nosotros mismos
nos vamos a quitar esa enfermedad del miedo generada en 500 años".
Ramón Velasco Pérez, tzeltal, comentó
que algunos pueblos ya han logrado definirse y otros aún no, y que
el reto es revisar la vida de las comunidades.
"No importa mucho si somos o no indígenas, sino
tener claro el objetivo, que es un paso para lograr una vida digna."
Y en referencia a un fragmento del Popol Vuh (se cortaron
las hojas, ramas y el tronco del árbol, pero no la raíz),
indicó que, en Chiapas, con el trabajo zapatista de autogobierno
y de los Caracoles, "ese árbol ya ha comenzado a retoñar".
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