Voluntades comprometidas
Antonio Chamorro
Hace unos días tuve la oportunidad de conocer
algunas de las acciones en prevención de VIH/sida en HSH que se
están realizando en Brasil, específicamente en la ciudad
de Curitiba: ciudad moderna con contrastes interesantes.
En la actualidad este país es reconocido como uno
de los mejores en el combate al VIH/sida. Se realizan acciones directas
y efectivas de prevención y atención, con enfoques integrales;
principalmente con la participación de la sociedad civil organizada.
Según la voz de los protagonistas brasileños, el proceso
requirió romper barreras: que cada uno de ellos se "bajara de su
estrella" y colaborara para un beneficio común, sin soslayar sus
diferencias. Esto en un proceso largo, de años: voluntades comprometidas
a una causa colectiva.
En México actualmente se cuenta con redes y organizaciones
que desempeñan una labor importante contra el VIH; no obstante,
no hay voluntades comprometidas. El gobierno federal destina pocos recursos
para la población de hombres gay y HSH, que provoca que los diferentes
grupos se confronten por ellos y generen diferencias y resentimientos.
Hay, además, "estrellas" o "vacas sagradas", intocables e incuestionables,
que eclipsan el desarrollo de nuevos liderazgos. Ciertamente, su labor
debe reconocerse como importante en los avances obtenidos, pero es necesaria
la participación de más sectores para un combate real: fomentar
las voluntades comprometidas de jóvenes, mujeres y transgéneros,
entre otros.
¿Qué es una voluntad comprometida?
Es un proceso personal; es la inspiración para
el trabajo; es soñar que mañana será mejor que hoy,
gracias al esfuerzo que puedo realizar este día; es reconocerme
como parte de mi comunidad y ser empático con ella y sus necesidades;
es poder estar en las nubes sin perder los pies del suelo; es compartir
la información; es dar mi mano; es ver a los otros como compañeros;
es reconocer que me equivoco y puedo aprender mucho de los demás;
es dar las gracias; es sonreír. Es respetar al otro como me respetaría
a mí mismo(a); es también darme mi tiempo de reflexión;
es querer ser feliz con todas las ganas y así poder hacer un poco
más feliz a los que me rodean.
¿Cómo lograr una voluntad comprometida
en todo el país?
Comenzando por un trabajo personal, una dosis de "ubicatex"
para saber dónde estoy parado, porqué estoy ahí y
dónde quiero estar; después, mirar a nuestro alrededor y
reconocernos como compañeros en un mismo ideal. No es necesario
aclarar que todos pretendemos una misma finalidad: un país que no
se vea vulnerable al VIH. Cada uno con sus ideologías, con sus trabajos,
con su visión; pero todos con la misma voluntad. También
fortaleciendo las redes municipales, estatales para conformar una nacional
que incluya todos los aspectos relacionados con el VIH/sida: médico,
psicológico, sociológico; con hombres, mujeres, jóvenes;
homosexuales, heterosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénero;
que cubra también aspectos religiosos, culturales y económicos.
Gobierno y sociedad.
Dirigente de Juventud Alfa, de Puebla, Puebla.