.. |
México D.F. Miércoles 3 de diciembre de 2003
Primer libro de danza educativa para personas con síndrome de Down, en México
La danzaterapia permite a discapacitados comunicar miedos, necesidades e ilusiones
CRISTINA MARTIN URZAIZ ESPECIAL
La danza educativa es una herramienta para que las personas con algún tipo de discapacidad logren autosuficiencia, y la sociedad entienda que ''no hay ninguna diferencia en el interior, como personas, como esencia; solamente que sus características físicas son diferentes, nada más", expresan las danzaterapeutas Maro Wejebe y Mireya Ayala.
Coautoras con Mercedes Montes del libro Danza educativa para personas con síndrome de Down -primero sobre el tema escrito por mexicanas y presentado en días pasados- advirtieron que el sistema de educación especial se ha interesado fundamentalmente por el aspecto académico, ''pero hay partes en las que debe empezarse a trabajar como la toma de decisiones, el sentido del éxito y la identificación de los sentimientos"
Parte del proyecto, agregaron, es que mediante la danza, el movimiento, la música y las bases sicológicas y pedagógicas que se manejan los alumnos alcancen la independencia emocional, intelectual y física.
Maro Wejebe, quien además forma parte del equipo de danza en silla de ruedas del DIF, como coreógrafa, aseguró que la danza y las artes escénicas proporcionan a niños y jóvenes con síndrome de Down el reconocimiento, ''algo que les hace mucha falta: ser reconocidos y aceptados, tanto en su grupo como en la sociedad".
Según su experiencia de más de 10 años, los alumnos encuentran en la danza un camino para poder expresar y liberar emociones.
Al respecto, la también sicóloga Mireya Ayala habló de lo importante que resulta para quienes tienen alguna discapacidad, la forma en que se les mira, porque ''ellos buscan una mirada distinta, de aceptación como persona".
Lo que tratamos de decir en el libro es que cada una de las personas con síndrome de Down tiene una historia diferente, ''porque los cuerpos se construyen mediante otros cuerpos, otras miradas, de la familia, del padre, de la madre, de los contactos desde la primera infancia hasta la edad adulta", explican las terapeutas.
Debido a que una de las áreas que afecta el síndrome es el desarrollo del habla, ''les hace falta ser escuchados, porque no tienen la capacidad de decir yo necesito, me siento libre, solo, abandonado, sensual, pero no es necesario poder formular una frase, porque por medio del movimiento logran comunicar necesidades, miedos, ilusiones, fantasías, deseos y enojos, que no pueden ser expresados con lenguaje verbal, pero sí corporal".
Respecto de la danza como terapia, refirieron que tuvo sus inicios en Europa, poco después de la Segunda Guerra Mundial, en tanto que una de las precursoras en América fue Marian Chace, en Estados Unidos, quien a mediados del siglo pasado utilizó esta técnica con pacientes siquiátricos.
Mireya Ayala puntualizó que fue en la Inglaterra de la posguerra donde, buscando la manera de ayudar a los soldados afectados, empezaron a aplicar la danza como herramienta de rehabilitación y descubrieron que funcionaba.
La danzaterapia es muy reciente en México, señala, pero ya se aplica a personas con parálisis cerebral, audición limitada, ceguera y autismo. Y sostiene que la danza educativa funciona también entre los que sufren depresión, estrés ''o simplemente deseen sentirse bien".
|