México D.F. Jueves 27 de noviembre de 2003
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Megamarcha o el poder a prueba
ESTE DIA la ciudad de México verá cuando menos una de sus principales avenidas repletas con miles y miles de personas contrarias a la política que Vicente Fox y su grupo (PRI y PAN) pretenden imponer en el país.
POR MAS que las campañas de propaganda han tratado de advertir las supuestas bondades del proyecto, los mexicanos que hoy estarán en las calles demostrarán, entre otras cosas, que no permitirán más engaños.
ES FACIL. Nada más hay que recordar la campaña de Fox de 2000, tener presentes todas y cada una de las mentiras con las que el candidato panista alentó las buenas voluntades de la gente, cansada de la corrupción engendrada por el neoliberalismo, y mirar los resultados.
SE MINTIO entonces como se miente hoy; se engañó a la gente de la misma manera y aquella vez, en su desesperación, los mexicanos cayeron en la trampa que ahora los tiene a punto de perder sus vastas riquezas naturales y también su identidad.
PERO ESTA gente, que desde hace tres o cuatro días ha empezado a llegar a la capital, parece vacunada contra el mal gobierno y, aunque a muchos les pese, marchará por las calles y avenidas para mostrar el orgullo que aún sienten de ser mexicanos.
ES VERDAD que el recurso de la marcha y el mitin se ha desgastado en muchas concentraciones necias, faltas de motivo real, que sólo han servido para que a todas se las condene.
TAMBIEN ES cierto que para poco han servido este tipo de manifestaciones, aunque, si no fuera por las molestias viales que representan, nadie se enteraría de sus fines. Hasta la derecha ha realizado mítines con los que, más que hacer valer sus derechos ciudadanos, ha pervertido el sentido de la protesta. Recuérdese a un ex delegado político con apellido de ladrido inconformarse frente a las oficinas del gobierno de la ciudad.
PERO LO que no se debe olvidar es el motivo, el motor de la marcha de esta tarde, que representa la voz contraria a la orden dada desde otros ámbitos del poder, con el fin de aplastar, de una vez por todas, la posibilidad de que este país siga siendo el país de los mexicanos.
CLARO QUE habrá quienes digan que para qué continuar con la necedad de ser pobres y subdesarrollados, si resulta tan sencillo dar el brinco. La respuesta se tendrá esta tarde en los pies, en las mantas de quienes ya se dieron cuenta de que el brinco no será, desde la perspectiva de este gobierno, hacia una mejor vida.
LO QUE realmente se propone es seguir siendo pobres, seguramente más pobres, como los argentinos, pero también esclavos, y eso es lo que aún no entienden quienes condenan la marcha.
ESO ES lo que no entienden quienes ahora le dicen a la gente que hoy manifestará su repudio a las políticas neoliberales, que deberían tomarse otras vías para expresar su desacuerdo, pero son incapaces de señalarle al poder que hay otros caminos para hacer del país una nación mucho más productiva, siempre que se deje de cobijar a los intereses del capitalismo feroz, que los tiene atados.
EN FIN, esta tarde el poder podrá palpar, podrá ver en vivo y a todo color, para que lo entienda, que la opción que ha tomado es errada y que aún está a tiempo de enmendar lo que se ha andado. A lo mejor le cae el veinte.
POR LO pronto, no nos queda más que recordar lo que los partisanos italianos decían en 1944 en el periódico mural de la 19 Brigata Eusebio Giabone:
"DESPUES DE la revolución francesa ha tenido lugar en Europa una revolución rusa, que una vez más ha enseñado al mundo que incluso los invasores más fuertes pueden ser rechazados cuando el destino de la patria está verdaderamente en manos de los pobres, los humildes, los proletarios y el pueblo trabajador." (Historia del Siglo XX, Eric Hobsbawm).
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