México D.F. Jueves 27 de noviembre de 2003
La reforma al sistema de salud para ancianos favorece intereses particulares: demócratas
Aprueban en EU ley que beneficiará a empresarios que apoyan a Bush
El mandatario y su equipo esperan recaudar 200 millones de dólares para la campaña de relección
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 26 de noviembre. El Congreso estadunidense aprobó esta semana una ley que beneficiará con miles de millones de dólares a un grupo de empresas constituido por algunos de los contribuyentes más generosos a la campaña de relección del presidente George W. Bush.
Que los políticos obran para beneficiar a quienes apoyan sus carreras no es nada nuevo, y fue práctica común durante el periodo del presidente demócrata Bill Clinton, o sea, no es algo exclusivo de los republicanos. Pero el monto total con que se beneficiarán esta vez los amigos y contribuyentes de Bush es mayor de lo que se ha visto en la historia de este país.
Tampoco es sorprendente. Si algo saben hacer los integrantes del gobierno de Bush es recaudar fondos y ganar dinero. El presidente ha instalado el gabinete más rico de la historia del país (sus secretarios tienen un valor neto en promedio de 11 millones de dólares). En sus primeros 30 meses de gobierno, este gabinete ha logrado promover medidas de reducción de impuestos para los más ricos, con las cuales también se beneficiará personalmente, con un ahorro de cada secretario en sus impuestos de unos 42 mil dólares anualmente en promedio. Sólo ese ahorro personal en la reducción de sus gravámenes es equivalente a lo que el censo nacional registra como el ingreso medio de un hogar en Estados Unidos en 2001.
Pero las reducciones de impuestos para los miembros del gabinete son una pequeña parte de lo que han logrado. Empresas vinculadas con el vicepresidente Dick Cheney y con el director de la Agencia para el Desarrollo Internacional ya se han beneficiado con más de 2 mil millones de dólares en contratos relacionados con la reconstrucción de Irak.
Y no son sólo los integrantes del gobierno quienes se benefician: casi cada proyecto legislativo promulgado por Bush desde que asumió la presidencia ha incluido beneficios destinados específicamente a los grandes contribuyentes de su carrera política.
Por el momento, Bush y su equipo están enfocados en su meta de recaudar 200 millones para la campaña de relección del presidente que culminará en los comicios de noviembre de 2004. Como parte de este esfuerzo, esa campaña ha solicitado de 300 grandes contribuyentes que garanticen personalmente que recaudarán entre 100 mil y 200 mil cada uno para la relección de Bush.
Por lo tanto, no es coincidencia que muchos de quienes se han comprometido en este esfuerzo financiero trabajan para empresas directamente beneficiadas por las políticas de Bush. Por ejemplo, la legislación aprobada esta semana por el Congreso para reformar el sistema de asistencia de servicios de salud para los ancianos, y que fue elogiada por Bush como un avance para millones de jubilados y otros que dependen de estos programas sociales, beneficiará con miles de millones de dólares a empresas del sector salud que emplean a 24 de estos principales contribuyentes de la campaña electoral de Bush.
Esta nueva legislación, que según Bush es un primer paso para ofrecer subsidios en la compra de medicinas recetadas a los ancianos, otorga hasta 400 mil millones en beneficios que en gran medida serán utilizados para la adquisición de productos de las grandes empresas farmacéuticas y para servicios de salud ofrecidos por enormes empresas de ese ramo.
Pero a solicitud de las empresas farmacéuticas, la legislación prohíbe explícitamente a Medicare -el programa federal de asistencia de salud- utilizar su enorme peso financiero para negociar contratos para medicamentos más baratos con las empresas. Algunos críticos calculan que esta legislación ofrecerá una ganancia de hasta 169 mil millones de dólares a las grandes farmacéuticas.
El Partido Republicano insiste en que la nueva ley ofrece la manera más eficiente para brindar beneficios de medicina a los ancianos, pero los críticos señalan que las empresas sólo reciben algo por lo cual pagaron. Por ejemplo, el Washington Post reportó que Hank McKinnell, presidente de la Pfizer Corporation -una de las farmacéuticas más grandes del país- se comprometió a recaudar por lo menos 200 mil dólares para la campaña de relección de Bush.
Munr Kazmir, quien encabeza Direct Meds, Inc., es otro ejecutivo que se ha comprometido a recaudar por lo menos 100 mil dólares para la campaña de Bush. Kazmir dijo al Post que ya tiene unos 100 mil clientes que adquieren medicamentos de su empresa que tendrán más dinero para hacerlo como resultado de la nueva ley.
Los precandidatos presidenciales demócratas fustigan esta nueva ley como un intento de beneficiar a los intereses íntimos de Bush y como un primer paso para privatizar el programa federal Medicare. "El gobierno se ha vendido a los intereses especiales", acusó el precandidato demócrata Howard Dean, mientras el senador John Edwards, otro aspirante presidencial demócrata, indicó: "esto es como una subasta..., pero los únicos a los que se permite hacer ofertas son los cabilderos empresariales".
Tal vez es sólo un ejemplo más de la política estilo estadunidense.
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