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México D.F. Lunes 24 de noviembre de 2003
La cinta, invitación a realizarnos dondequiera
que estemos, explica la protagonista
Nada, ni parternalista ni anticastrista
La actriz Thais Valdés considera que una película
no cambia un país, pero sí invita a reflexionar
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Ninguna obra de arte o película va a cambiar la
situación política de un país, pero sí provocará
una reflexión interna, expresa la actriz cubana Thais Valdés,
protagonista de la cinta Nada, opera prima del director cubano Juan
Carlos Cremata que hoy se proyecta en la Muestra Internacional de Cine
de la Cineteca Nacional.
Nada forma parte de una trilogía que se
completará con las películas Nadie y Nunca, y
es la novena en la filmografía de la actriz nacida en La Habana,
en 1963.
''Todos
los largometrajes en los que ha participado se caracterizan por el mensaje:
están cargadas de deseos que cambien las cosas en Cuba y fuera de
ella, como puede ser la tolerancia, la necesidad de realización
de cada persona, el respeto por la diferencia y la necesidad de que desaparezca
la censura y la burocracia", dice en entrevista con La Jornada.
En la cinta de Cremata, Thais interpreta a Carla, una
empleada del servicio postal cubano que, a causa de un accidente, comienza
a intervenir algunas de las cartas que caen en sus manos con el afán
de cambiar la vida de la persona a la que está dirigida. La parte
central de la película es la decisión que Carla tiene que
tomar: quedarse o salir de la isla.
La cinta sale de los esquemas del cine sobre Cuba, que
tiene dos grandes corrientes: una, la visión paternalista de lo
que sucede en la nación caribeña, y la otra, la óptica
construida fuera de ella que tiende más hacia el anticastrismo.
En Cuba, la cinta, que fue escrita pensando en ella como
protagonista, ha tenido un buen recibimiento, señala, y eso se debe
a que los cubanos "tenían necesidad de ver también una película
que no fuera tan paternalista con la situación del cubano y su gobierno.
Los cubanos, y sobre todo los jóvenes, tenían ganas de ver
una película como esta, que dijera 'puedes irte o no', pero también
'tienes la posibilidad de moverte adonde quieras. Decir que también
se pueden hacer cambios desde dentro".
El mensaje de Nada es que ''debemos estar más
unidos, comunicarnos más, respetar el deseo de realización
de cada uno, dígase en Cuba, dígase fuera de ella. Todos
tenemos el derecho de realizarnos como persona, como creadores, como amantes
dondequiera que estemos. Para mí ese es el mensaje de la película,
más que si debemos quedarnos o salir de la isla. Es un mensaje de
comunicación".
Hacer películas con temáticas más
abiertas en cuanto a la situación cubana no es fácil, agrega,
porque además del aspecto económico está la cuestión
de la censura, problema que "existe en todas partes; en Cuba también.
''Se tiene mucho cuidado por cómo se van a plantear
los temas, porque existe mucho el temor de que una película pueda
cambiar un país, y es evidente que una película o una obra
de arte no va a cambiar completamente una situación política.
Lo que sí va a producir es un estado de reflexión.
''En materia de censura se tiene que aflojar un poco.
Hay que tener menos miedo, hay que confiar más primero en el país
que tienes, en el pueblo que tienes, en las convicciones, en tus valores,
y perderle el miedo a la cultura, a la plástica, a la música,
a los trovadores, al cine contemporáneo. No vas a hacer más
que darte un punto de vista que la gente va a reflexionar pero eso no va
a cambiar nada. En mi país sí existe censura, como en todas
partes. Aunque se aparente más apertura no es así. En países
capitalistas, por ejemplo, te dejan decir las cosas, pero finalmente también
están controlando".
Nada, cinta que ha obtenido premios en los festivales
de Miami, Kiev, Cartagena, y La Habana, se exhibe este lunes 24 y martes
25 de noviembre en la Cineteca Nacional.
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