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México D.F. Lunes 24 de noviembre de 2003

Faltan especialistas capacitados, afirma en Turquía sociedad europea de medicina

Minimiza el sistema de salud la atención de la disfunción sexual femenina: expertos

ANGELES CRUZ ENVIADA

Estambul, Turquia. Una deficiente erección o de plano su ausencia, el dolor durante el coito o la falta de deseo sexual afectan a la mitad de los hombres y las mujeres en México y el mundo. Son enfermedades sexuales no reconocidas todavía entre las prioridades de los sistemas públicos de salud, pero cuya existencia es una de las principales causas de otros desórdenes como alcoholismo, depresión y conflictos de pareja.

Tanto la disfunción eréctil en los varones como la disfunción sexual en la población femenina han existido desde siempre, pero sólo en los años recientes han adquirido mayor relevancia. Por una parte, debido a la exigencia de médicos y sexólogos para que se reconozca la salud sexual entre los derechos humanos de las personas, y por la otra, a la guerra comercial que a diario protagonizan los laboratorios farmacéuticos para lograr la preferencia de especialistas y hombres que padecen esa incapacidad.

Expertos reunidos en el sexto Congreso de la Sociedad Europea de Medicina Sexual (ESSM, por sus siglas en inglés) realizado en esta ciudad, admitieron que para las mujeres la situación es diferente. La disfunción femenina todavía no ha merecido la atención de investigadores ni de empresas farmacéuticas. Recientemente inició en algunas universidades el estudio de las causas del padecimiento y las posibles formas de tratamiento.

A diferencia de lo que ocurre con los hombres, se desconocen los factores de riesgo de la disfunción sexual femenina, aseguró Andrea Salonia, catedrático en el área de Urología de la Universidad Vita-Salute San Rafael de Milán, Italia. Algunos sondeos realizados en diferentes países de Europa y América Latina indican que 46 por ciento de las mujeres padecen algún tipo de incapacidad sexual.

El también responsable del Departamento de Sexología de la Mujer de la ESSM explicó que en el diagnóstico del mal existen diversos obstáculos, entre ellos que no existe un servicio médico específico de atención para las mujeres. De hecho, afirmó, prácticamente ningún médico general pregunta a sus pacientes sobre su salud sexual.

Ricardo Munárriz, profesor asistente de Urología en la Universidad de Boston, comentó que la disfunción sexual femenina afecta tanto a las jóvenes como a las de edad avanzada. Debido a la falta de investigación científica, sólo de manera anecdótica se ha relacionado el uso de anticonceptivos orales con la discapacidad sexual, la cual se manifiesta en dolor durante el coito. Otras expresiones son el escaso o nulo deseo sexual e inclusive la incapacidad para lograr el orgasmo.

En el otro extremo se encuentran las mujeres en la pos menopausia, quienes a causa de las alteraciones hormonales también padecen disfunción. Mencionó que existen algunos estudios piloto sobre los efectos del uso de la testosterona para aliviar una parte de los síntomas, pero todavía son insuficientes.

Por su parte, Andrea Salonia resaltó que el problema en mujeres se ha abordado principalmente desde el punto de vista sicológico. Los primeros reportes científicos datan de finales de la década de los 40, mientras que el estudio del ámbito biológico que es el más importante, apenas inició en los 90.

Otro de los obstáculos que enfrenta la atención de la disfunción femenina, señaló el especialista italiano, es la falta de capacitación de los médicos sobre el tema, pues mientras 90 por ciento de los sexólogos y urólogos están compenetrados en la atención de la disfunción eréctil, apenas 10 por ciento ha tenido algún contacto con las afecciones sexuales de la mujer.

La guerra de los laboratorios

En el tratamiento de la disfunción eréctil el panorama es diferente. En múltiples investigaciones se ha documentado lo relativo con este padecimiento, caracterizado por la incapacidad persistente para lograr y/o mantener una erección suficiente que permita al hombre alcanzar la actividad sexual satisfactoria.

Los especialistas han documentado que la disfunción eréctil está en constante aumento. Debido al incremento en la esperanza de vida, estimaron que en el año 2025 habrá alrededor de 322 millones de hombres con este padecimiento, el cual está íntimamente relacionado con patologías crónicas como diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y prostáticas. En algunos casos, el origen es sicológico.

Dimitrios Hatzichristou, presidente de la ESSM, afirmó que la mitad de los hombres mayores de 40 años, sobre todo quienes sufren alguno de los padecimientos señalados, padecen disfunción eréctil. Sin embargo, dijo, es un hecho que "cualquier cosa que sea mala para el corazón, representa un peligro para la salud sexual de las personas. Es el caso del tabaquismo, la mala alimentación y el sedentarismo, entre otros".

Aun cuando en diversas instituciones del mundo se ha abordado la problemática, en algunas naciones prevalece el desconocimiento e incluso la idiosincrasia que se oponen al análisis y resolución de la enfermedad, dijo.

Durante el congreso -el cual careció de asistentes a causa de los atentados registrados en Estambul- se puso de manifiesto la lucha que existe entre los laboratorios fabricantes de inhibidores de la fosfodiesterasa 5, enzima causante de la flacidez del pene. Prácticamente todas las ponencias se enfocaron en resaltar las bondades de cada uno de los fármacos y las ventajas sobre sus competidores.

La realidad, señaló Hatzichristou, es que el tratamiento de la flacidez requiere de muchos fármacos, porque no hay uno que sea útil para todos los pacientes. La tarea de los laboratorios es producir y vender, y la de los médicos prescribir a los enfermos lo que mejor satisfaga sus necesidades.

No se trata sólo de restaurar la erección, puntualizó, sino de ver que en la disfunción están involucradas personas con relaciones deterioradas de pareja.

La medicina es herramienta de médicos. Cuando surge un nuevo fármaco, "nuestra obligación es dar la información a los pacientes, trabajar la relación de pareja y proporcionar un tratamiento integral".

En entrevista por separado, Munárriz recordó que en 1974 aparecieron los implantes penianos y en los 80 las inyecciones, pero lo que revolucionó el campo de la disfunción eréctil fue la introducción de los fármacos orales.

En 1998 salió al mercado Sildenafil (Viagra), primer medicamento oral que logró inhibir a la fosfodiesterasa 5. A la fecha más de 20 millones de hombres han sido tratados con este fármaco.

Sus principales competidores son Tadalafil (Cialis) y Vardenafil (Levitra), con el mismo mecanismo de acción, pero algunas características que los distinguen. El primero, explicó Ricardo Munárriz, tiene especificaciones farmacológicas específicas, y sobre todo una duración de vida media de 17 horas, a diferencia de las otras dos, cuya presencia en el organismo de los pacientes no se prolonga más allá de cuatro horas y media.

A mediados de 2003 salió a la venta Vardenafil, fármaco que ha demostrado tener más potencia que sus competidores, incluso en aquellos pacientes que no respondieron al tratamiento con Sildenafil. Según el experto esto no significa que desde el punto de vista clínico el producto elaborado por Bayer y Glaxo Smith Kline sea el más efectivo. Habrá que esperar los efectos secundarios de su acción.

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