''Paro nacional'' si no da marcha atrás en sus reformas, sostiene Rosendo Flores

Perdió el presidente Vicente Fox el control de la negociación, dice el SME

Dirigentes sindicales dan a conocer pormenores de la megamarcha del próximo día 27

PATRICIA MUÑOZ RIOS

El presidente Vicente Fox perdió el control de la negociación nacional y ha unificado a todos los trabajadores en su contra; si desoye las voces que le exigen dar marcha atrás en sus reformas y su proyecto de presupuesto tendrá que pagar un alto costo político, pues la megamarcha del 27 de noviembre es ''la vía pacífica que hemos elegido de manifestación'', sostuvo el secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Rosendo Flores.

Agregó que esta movilización será la mayor y más importante de los últimos años, por la cantidad de organizaciones que la apoyan y porque no sólo es contra la reforma eléctrica, sino también en rechazo a la fiscal, la laboral y otras, y exigirá frenar las acciones de privatización y las desincorporaciones que buscan dejar desnudo al sistema educativo y social de este país.

Flores afirma que el SME ha encabezado desde 1999 la lucha contra la privatización eléctrica y advierte que al insistir el gobierno de Fox ''en este engendro de apertura extranjera a la electricidad, que parió primero el gobierno de Carlos Salinas y que quiso tutelar después el de Ernesto Zedillo'', ahora el actual mandatario ha unificado a todas las organizaciones democráticas del país en torno a los electricistas. Pero la lucha, precisa, ''no es en contra de una iniciativa, sino para oponerse al nefasto proyecto económico de este gobierno''.

En la megamarcha del día 27 van juntos el SME, Unión Nacional de Trabajadores, Frente Sindical Mexicano, Promotora por la Unidad Nacional contra el Neoliberalismo, El Barzón, el movimiento El campo no aguanta más, Frente Continental de Organizaciones Comunales, Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos, Congreso Agrario Permanente, trabajadores de la UNAM, de salud, de organizaciones no gubernamentales, sindicatos independientes, promotoras para la defensa de la soberanía y muchas más.

Para Rosendo Flores, si no se logra con esta manifestación detener las reformas estructurales que pretende Vicente Fox, ''se estaría cometiendo un error de Estado que se revertiría en contra del propio gobierno''. Explica que si la marcha no detiene esta acción, diversas organizaciones han considerado pasar a la siguiente etapa de esta lucha, en la que se prevé una huelga nacional de electricistas y otros sindicatos.

''No pueden ir a más. Sería una provocación abierta no oír la inconformidad que se ha manifestado y que ha aglutinado todo este movimiento'', planteó. Dijo que ''lo más grave es que el gobierno de Fox ya perdió el control de la negociación nacional, está como asilado y aun así insiste en imponer políticas totalmente erráticas, pues el país no le va a permitir deshacerse ni desaparecer más instituciones ni más empresas ni más sectores.''

Desde siete ciudades han partido ya caravanas hacia el Distrito Federal, las cuales llegarán este lunes. La primera partió de Tijuana, la segunda de Ciudad Juárez, la tercera de Nuevo Laredo, la cuarta de Reynosa, la quinta de Cuernavaca, la sexta de Tapachula y la séptima de Mérida.

En la reunión del comité organizador de la marcha se dijo que una primera dificultad era que ante el cúmulo de gente faltaban accesos y vías para movilizar a los participantes; inclusive las autoridades del Gobierno del Distrito Federal pidieron revisar el tema de la seguridad.

Según han definido sus convocantes, esta no es una manifestación más, sino una jornada de lucha, ya que a la par se llevarán a cabo acciones de rechazo en todo el país, además de que el día 26 se realizará la convención nacional en defensa de la soberanía y por el crecimiento del empleo y el ingreso, de la cual saldrán un pronunciamiento conjunto y un plan de acción contra la política económica de este régimen.

A su vez, el dirigente de la presidencia colegiada de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Francisco Hernández Juárez, sostuvo que esta acción de lucha, que tendrá su punto máximo el 27 de noviembre, ''será definitiva para el curso de los acontecimientos que se lleven a cabo en materia de reformas''.

Consideró que el solo anuncio de la marcha ha generado un efecto en el Congreso de la Unión, ya que el ''costo político'' que tendrán que pagar los legisladores y los partidos que apoyen estas propuestas privatizadoras será muy alto. También insistió en que si el gobierno se mantiene insensible e insiste en sus planteamientos ''no quedaría más remedio que irse al paro nacional''.

Hizo ver que no hay ningún temor respecto de la capacidad para generar una movilización de este tamaño, pero lo que se busca es realizar una manifestación pacífica que dé valor al objetivo, pues no ayudarían en ''esta señal de fuerza de los trabajadores'' acciones de confrontación.