Temporada en el teatro Raúl Flores Canelo

Reponen dos coreografías sobre la cuarta y quinta décadas de la mujer

CARLOS PAUL

Las bailarinas, madres, esposas y luchadoras comprometidas con su tiempo, Mirta Blostein, Cecilia Appleton, Beatriz de Miranda y Cecilia Múzquiz generosamente exponen sus ideas, sentimientos y emociones, mediante la danza, para volver a dar vida a las coreografías El pie, los pies o la historia en el zapato y Cincuenta y pico... Ƒy los hombres?

Estos trabajos, estrenados el año pasado, forman parte del proyecto Tiempo-Vida-Movimiento, generado por Blostein, cuyo propósito es crear obras de danza contemporánea inspiradas en las diversas etapas de vida por las que atraviesa el ser humano. En este caso se abordan dos décadas en la vida de una mujer: los 40 y 50 años.

''Para la sociedad en la que vivimos la mujer después de los 45 años no existe como tal, no se le da un lugar, y esto se vive también dentro del arte, en el que no existen producciones destinadas a esa dama madura que aún tiene muchas cosas por decir, cosas que pueden convertirse en hechos artísticos", comentó en su momento Blostein (La Jornada, 02/05/02).

En los dorados 40 años -apunta ahora la coreógrafa-, ''el cuerpo de la mujer aún conserva la piel tersa, pues las arrugas apenas se dibujan y resultan algo así como un testimonio de las risas que colmaron las esperanzas realizadas y los llantos de los momentos difíciles. Es un periodo de la vida pleno, donde aún existe una presencia de la juventud, matizada y enriquecida por el camino andado. Y es a partir de los pies que se entreteje la trama de esta coreografía.

''De esas pequeñas bases que sustentan nuestro existir -que son nuestros cómplices del andar sin descanso ni respiro- es que surgen los personajes: seres fantásticos, oníricos, deseados, dolidos, amados y odiados que de diferentes maneras están presentes en cada sujeto."

Otro elemento de esta coreografía son los zapatos. ''Cientos de ellos, que desde una metáfora audaz, unos bajan del cielo, y otros están en el piso, como destino trágico de la vida y de la lucha cotidiana. Cada par de zapatos puestos reflejan los sueños, los deseos, las fantasías que perviven en cada ser humano".

Jugar con el deseo y la soledad

Tener 50 años, continúa Blostein, ''es una edad difícil. Hay cambios fuertes en el cuerpo. Ya no es el mismo y tiene que adaptarse a la nueva situación que implica la baja de hormonas y los trastornos de orden físico y emotivo que eso conlleva.

''En el hogar también hay cambios, pues generalmente los hijos, si los hubo, se van de casa y ese tiempo dedicado a ellos queda libre, por lo que es el momento de aprender a construir para nosotras y compartir toda la experiencia acumulada y seguir creciendo."

En Cincuenta y pico... se juega con el deseo y la soledad. Temas que giran en torno a la cuestión de: Ƒqué es lo que acontece en el interior de una mujer respecto de la ausencia de un hombre en su vida?

Sin embargo -añade la creadora- ''la coreografía no se queda en ello, sino que recuperó la fuerza de cambio, de lucha, de construcción de las mujeres de mi generación, pues no se debe olvidar que nos tocó impulsar la liberación sexual, así como el hecho de participar y tener una relación distinta con los problemas políticos-sociales y con la educación de los hijos".

Ayer comenzó temporada de ambas piezas para concluir el domingo 30 de noviembre. Las funciones son los viernes, sábados y domingos, a las 20, 19 y 18 horas, respectivamente, en el teatro Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco y calzada de Tlapan).