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México D.F. Sábado 22 de noviembre de 2003

El presidente de EU terminó su visita a Londres en medio de nuevas protestas

Bush "comprendió cuán impopular es en Europa", afirma The Washington Post

Compartió un almuerzo con Blair en Sedgefield; posteriormente se despidió de Isabel II

REUTERS Y AFP

Sedgefield, 21 de noviembre. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, concluyó este viernes su visita de Estado a Gran Bretaña tras compartir un almuerzo con el primer ministro británico, Tony Blair, en esta localidad, donde cerca de 500 personas se ma-nifestaron contra la presencia del mandatario estadunidense.

Antes, la reina Isabel II se despidió de Bush y de su esposa Laura en el palacio de Buckingham, lugar donde se hospedó du-rante su estancia en Londres.

Posteriormente, el mandatario estadunidense tomó el té con Blair y comió pescado, papas fritas y guisantes cocidos, antes de observar una práctica de futbol en el distrito rural de Sedgefield, en el norte de Inglaterra, donde más de mil policías formaron un cordón de seguridad.

A la caída de la noche, el helicóptero de Bush despegó para poner fin a una visita de tres días, marcada por la suntuosidad, las manifestaciones y ataques devastadores contra objetivos británicos en Turquía.

Posteriormente, el gobernante abordó el avión presidencial en el aeropuerto de Teesside, para regresar a Estados Unidos.

Juntos en la invasión y ocupación de Irak, Bush y Blair dijeron que las explosiones del jueves anterior en Estambul fortalecieron su determinación.

"Irak es un frente (de guerra), Turquía es otro frente", dijo Bush a periodistas en el frío campo deportivo de Sedgefield, mientras observaba a un grupo de niños locales que practicaban futbol.

Cerca de 300 manifestantes pacifistas se agruparon en las áreas verdes aledañas a la parroquia de Sedgefield, construida en el siglo XIII, como pequeño eco de las concentraciones masivas del jueves anterior en el centro de Londres.

Los manifestantes, contenidos a cierta distancia de las vías que debía recorrer el jefe de la Casa Blanca, intentaban hacerse escuchar, a pocos metros de los micrófonos y cámaras de televisión.

"Estados Unidos no sólo es el país más agresivo del mundo, sino también uno de los que más contamina", acusó un concejal del Partido Liberal Demócrata, rodeado de manifestantes de todos los medios, estudiantes, representantes de asociaciones islámicas o simples habitantes de la comuna.

"Para derrotar al terrorismo Estados Unidos está creando más de lo mismo -dijo el ingeniero retirado Malcolm Jones-. "Se atrevió a colocar su poderío militar en el mundo musulmán, y están llegando las represalias."

La visita de tres días que Bush y Blair, en algún momento, esperaron fuera una celebración de la victoria militar en Irak, se convirtió de hecho en una cumbre de crisis, indicaron analistas políticos.

A su regreso a Estados Unidos, Bush in-dicó que su visita de Estado a Gran Bretaña permitió reafirmar los lazos amistosos entre ambos países. "Tenemos una relación especial con Gran Bretaña y fue reafirmada en los pasados tres días", declaró Bush a los periodistas en Washington.

En Londres, el mandatario estadunidense logró en buena medida eludir las manifestaciones de protesta contra su política respecto a Irak. "Laura y yo acabamos de regresar de Gran Bretaña, donde tuvimos un viaje fantástico", declaró.

La visita de Estado permitió a los estadunidenses constatar el contraste entre la calidez del recibimiento oficial y la impopularidad de su política en Europa.

La prensa estadunidense se encargó, además, de terminar con las ilusiones de aquellos que aún tenían esperanzas de que la política de su país fuera apreciada del otro lado del Atlántico, afirmaron analistas.

Un cronista del diario The Washington Post, David Ignatius, estimo que Bush, al igual que la opinión pública, también "comprendió cuán impopular es en Europa". 

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