México D.F. Sábado 22 de noviembre de 2003
Persistía estado policiaco no obstante
fin de la reunión del ALCA; reinó la intimidación
Usan en Miami recursos que eran para ocupar Irak: Global
Exchange
Más de 200 detenidos y quejas por brutalidad
de la policía; se criminalizó la protesta: AFL-CIO
Critican detractores posición cómoda
para empresarios de EU; el acuerdo, sólo ilusión, dicen otros
JIM CASON, DAVID BROOKS Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADOS
Miami, 21 de noviembre. A pesar de que los ministros
que vinieron a negociar un acuerdo continental de libre comercio abandonaron
esta ciudad, permaneció en el lugar el estado policiaco impuesto
aquí, que dejó saldo de más de 200 detenidos en dos
días de protestas, quejas de brutalidad policiaca y la revelación
de que la partida para la seguridad de la cumbre formó parte del
mismo paquete presupuestario aprobado para la ocupación de Irak.
"Esto parece Beirut", comentó este viernes un abogado
que salió de sus oficinas para presenciar un arresto masivo de manifestantes
frente a la cárcel municipal de esta ciudad, donde se realizó
un mitin para pedir la libertad de sus compañeros arrestados ayer.
"Liberen a los prisioneros, no el comercio", coreaban, mientras se desplegaban
columnas de policías antimotines con sus nuevos equipos.
Mientras
tanto, los opositores al Area de Libre Comercio de las Américas
(ALCA) opinaron que como quedó el borrador oficial acordado anoche,
se dejó "cómoda" a la comunidad empresarial estadunidense.
Sin embargo, críticos señalaron que en verdad no hubo gran
avance en el acuerdo oficial, sino más bien una decisión
para mantener la ilusión de que el ALCA sigue en proceso.
Durante todo el día, la abrumadora presencia policiaca
vigiló a nada. Las calles del centro estaban vacías, pero
cualquier pequeño grupo de manifestantes que se atrevía a
moverse era seguido por fuerzas del doble o triple de su tamaño
que se dedicaban a intimidarlos. Las quejas se repetían porque,
sin provocación, manifestantes sufrieron desde insultos hasta golpes
y heridas de balas de hule entre anoche y a lo largo del día.
La gente contaba sus desventuras con la policía.
Un sindicalista jubilado de 72 años de edad fue arrestado y pasó
la noche en la cárcel sólo por preguntarle a cada policía
si no les daba vergüenza ser parte de esta represión. Jóvenes
muestran sus moretones y heridas provocadas por balas de hule, y abogados
de manifestantes denunciaron el maltrato a los detenidos, privados de alimento,
agua y hasta de hacer uso del sanitario.
El grado de represión llegó a lo absurdo.
A tres hombres que fumaban cigarros frente a una iglesia, donde participaban
en un foro de una ONG, la policía les ordenó acabar de fumar
y retirarse del lugar. Este tipo de episodios se repitió una y otra
vez en diversos puntos de la ciudad.
Medea Benjamín, directora de Global Exchange, declaró
que "cabe recordar que los 8 millones 500 mil dólares empleados
en financiar el operativo de seguridad de Miami fueron parte del
mismo presupuesto de 87 mil millones aprobados por el Congreso de Estados
Unidos para la ocupación de Irak". Señaló que la policía
gastó así unos 600 dólares por cada manifestante "para
asegurar que los manifestantes no incomodaran a los ministros del ALCA".
Contrastó el comportamiento de la policía aquí con
la experiencia en Cancún, donde la policía mexicana permaneció
desarmada, en permanente negociación con los manifestantes y asegurando
sus espacios de protesta.
"Esto fue atroz", afirmó Thea Lee, economista internacional
de la central obrera nacional AFL-CIO. En entrevista con La Jornada,
señaló que la policía y el gobierno municipal "criminalizaron
a todos los manifestantes" y violaron todos los acuerdos previos que se
habían negociado para una marcha y mitin desde hace seis meses.
"Esta fue una estrategia deliberada para desalentar la participación
en una protesta legal. El mensaje que dio la policía es que tú
no tienes derechos de expresar tu oposición".
Una tercera parte de la membresía local de Public
Citizen, organización nacional de defensa del consumidor, optó
por no participar en sus tareas de voluntarios para estas protestas por
miedo a la policía.
Y todo esto se hizo para una reunión de 34 ministros
que sólo duró nueve horas.
El Waterloo del acuerdo
Los resultados de la reunión ministerial fueron
considerados por los opositores casi un fracaso. Lori Wallach, directora
del proyecto sobre comercio internacional de Public Citizen, comentó
a La Jornada que "la única cosa sobre la cual podrían
acordar fue diluir el acuerdo y aplazar todas las decisiones difíciles
para asegurar que Miami no se convirtiera en el Waterloo del ALCA".
Thea Lee, de AFL-CIO, coincidió en que lo logrado
aquí por los ministros fue para "mantener las apariencias" del ALCA,
"pero -advirtió- esto no satisfará a ninguno de los sectores
que participan en este proceso: ni a empresarios ni a sindicatos".
Pero a pesar de la represión afuera y los pocos
resultados adentro, lo que sí se logró en Miami es constatar
que nueve años después de que se anunció la intención
de un ALCA en esta misma ciudad, hay un movimiento social internacional
a nivel hemisférico cuya oposición implica una amenaza a
toda sede donde se discute el tema.
A la vez, en Miami se logró, por vez primera, una
alianza explícita entre la cúpula laboral sindicalista estadunidense
y el movimiento altermundista. La Jornada ha confirmado que
se realizó una reunión entre representantes de los activistas
de las acciones directas en las calles, incluyendo a los jóvenes
anarquistas vestidos de negro, y el secretario general y su segundo,
John Sweeney y Richard Trumka, en el centro de convergencia aquí.
"La realidad es que estamos encarrilando de nuevo este
movimiento a lo que habíamos empezado en Seattle", comentó
Patrick Reinsborough, un estratega del movimiento altermundista.
"Está claro que las autoridades están muy temerosas de esta
alianza entre sindicalistas y los activistas en las calles". De hecho,
uno de los objetivos de las autoridades aquí fue intentar romper
esta alianza naciente, acusó. Reinsborough cree que la ofensiva
policiaca aquí también tenía el objetivo de arrestar
a activistas que anticipan participarán en acciones en el futuro,
en particular la convención nacional del Partido Republicano en
agosto de 2004.
Tom Hayden, líder del movimiento contra la guerra
en Vietnam y uno de los famosos Ocho de Chicago detenidos en 1968,
participo aquí en las protestas. En entrevista con La Jornada,
Hayden comentó: "recuerden que la estrategia nacional de seguridad
de George W. Bush incluye, como parte integral, la promoción del
ALCA. Por lo tanto, uno de los aspectos más importantes de estas
acciones aquí es que ahora forman parte de un movimiento más
amplio contra la ambición imperial de Estados Unidos".
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