México D.F. Lunes 10 de noviembre de 2003
REPORTAJE /EL SECTOR
MANUFACTURERO
Al año ingresa al país mercancía
ilegal por 9.4 millones de dólares, afirman los empresarios
Cárcel a contrabandistas y más decomisos,
exigen textileros a Fox
En el sector 25% de los empleos formales se han perdido,
revelan datos oficiales
Los industriales mexicanos únicamente atienden
20% del marcado doméstico
FABIOLA MARTINEZ/II Y ULTIMA
Empresarios y sindicatos de la industria textil y del
vestido exigieron al gobierno federal aplicar "medidas contundentes contra
las cabecillas" del contrabando de estos productos, quienes mantienen en
jaque al sector desde 2000.
Como tabla de salvación y alternativa para recuperarse,
los industriales claman porque no sólo se multipliquen los decomisos,
sino también se encarcele a los presuntos delincuentes, pues actualmente
tienen acaparado casi 60 por ciento del consumo de prendas en México,
lo cual representa el ingreso de mercancía ilegal por 9.4 millones
de dólares al año.
De acuerdo con información de la Cámara
Nacional de la Industria Textil (Canaitex), las prácticas ilegales
y la caída de las ventas al exterior han dejado a las empresas nacionales
sólo 20 por ciento (3.4 millones de dólares) del mercado
doméstico.
Un panorama casi idéntico reportan las importaciones
registradas o legales respecto del consumo total de 16.3 millones de dólares.
Algunos estudios, como los elaborados por Huberto Juárez,
investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,
señalan que el mercado mexicano es de 20 mil millones de dólares
(porcentaje mínimo respecto a los 166 mil millones en Estados Unidos);
de esta cifra, 50 por ciento se refiere al "mercado informal", toda vez
que el contrabando representaría -según el especialista-
entre 9 y 11 mil millones de dólares.
El crecimiento del contrabando y la reducción de
las exportaciones y del mercado interno arrojan únicamente resultados
negativos para esta rama, que contribuye con 8 por ciento del producto
interno bruto (PIB) manufacturero.
Ya
con los primeros impactos de este fenómeno el PIB de la industria
textil tuvo en 2001 una caída sin precedente de 10.6 por ciento;
el año siguiente presentó una mejoría y se ubicó
en menos 5.5 por ciento, y hasta el segundo semestre del presente año
los focos rojos se prendieron nuevamente al reportar niveles negativos
de 12.5 por ciento.
Una situación casi idéntica ocurrió
en la industria del vestido al comenzar el presente sexenio, con un saldo
negativo de 10.4 por ciento; en 2002 registró una mejoría
casi imperceptible, y este año continúa en un balance negativo
de 10.2 por ciento.
Debido a este declive se ha perdido cerca de 25 por ciento
de los empleos formales en el rubro. Datos del Instituto Mexicano del Seguro
Social revelan que en el sector textil la pérdida de plazas hasta
julio de este año era de 38 mil 183, mientras que en el del vestido
el acumulado negativo se ubicó en 147 mil 300.
Por lo anterior, los industriales solicitan la aplicación
de "medidas efectivas" que detengan el paso ilegal de mercancías.
"No nos vamos a dar por vencidos. No estamos dispuestos a ceder a los delincuentes
generaciones enteras de trabajo", advirtió el joven presidente de
la Canaitex, Rosendo Vallés Costas, y directivo de Convertex, fabricante
de hilos.
"El problema en nuestro país -agrega- es de proporción;
es decir, la mayor parte de la mercancía es ilegal, por lo que si
se redujera al menos 20 por ciento el nivel de contrabando y se sancionara
a los responsables, podríamos tener un auge tremendo y generar 100
mil empleos, cuyas inversiones ya están hechas."
Por ejemplo, en la llamada Ciudad de la Confección,
en el Desarrollo Industrial Emiliano Zapata, Morelos, de 4 mil empleos
programados, de acuerdo con el potencial de la inversión, ahora
quedan 400. Lo mismo ocurrió con cinco plantas en Altamira, Tamaulipas:
al momento de construirlas había una previsión de generar
15 mil empleos, de los cuales actualmente no hay ninguno.
"Le hemos dicho al presidente Vicente Fox que las plantas
ya están paradas. Bastaría con un contexto favorecedor para
contratar a ese número de personas."
Al respecto, comentó que el presidente Fox anunciará
en breve diversas medidas para castigar las prácticas de contrabando
y otras formas de introducción ilegal de textiles y ropa al país.
De acuerdo con información proporcionada por fuentes
sindicales, lo anterior podría representar el envío de una
iniciativa de reforma al Congreso de la Unión para establecer en
el Código Penal Federal no sólo el decomiso de cargamentos,
sino la prisión, sin derecho a fianza, de los delincuentes.
En este sentido se pronunciaron los dirigentes gremiales
de los 10 sindicatos más grandes del sector, al detallar la problemática
que se agudiza día tras día.
Por ejemplo, precisa Mario Alberto Sánchez, dirigente
del Sindicato Nacional Francisco Villa de la industria textil y de la confección,
los empresarios mexicanos invierten alrededor de 18 pesos para fabricar
un metro de popelina; es decir, precio costo, sin ganancia.
Mientras tanto, ese mismo producto proveniente de Pakistán
es vendido en México a 12 pesos; el de Malasia, a 10 pesos, y el
de origen chino a ocho pesos. Más aún: si un país
lo "triangula" a través de Estados Unidos para beneficiarse de los
acuerdos arancelarios, el precio real con que es comprado por grandes cadenas
comerciales para colocarlo en el mercado doméstico puede caer a
seis pesos. Por ello las empresas, en particular las pequeñas y
medianas, están cerrando.
Ayer, por ejemplo, "me habló el propietario de
una fábrica de suéteres de capital ciento por ciento mexicano
para decirme: 'Mario, ya no puedo más, no ajusto ni para la nómina
de 120 empleados'.
"Por eso no nos quedó más remedio que hacerle
un préstamo, para que cubra los salarios y pueda aguantar una semana
más, a ver si en ese lapso logra colocar su mercancía. Pero
¡cómo hacerlo si el precio de sus suéteres es de 240
pesos y uno chino -muy parecido- se puede conseguir en 60!"
En tanto, Fermín Lara y Adolfo Gott Trujillo, dirigentes
sindicales a escala nacional del sector, siguen incrédulos, preocupados.
La entrevista con los dirigentes se realiza en la Secretaría del
Trabajo, minutos después de haber aceptado un magro aumento salarial
de 3.5 por ciento.
Aunque lograron echar abajo la propuesta patronal de pasar
dos años sin aumento, saben que no hay ninguna buena noticia que
dar, pues el sueldo seguirá prácticamente en el mismo nivel
y el riesgo de perder más plazas sigue latente.
La cosa está grave, dice Gott, mientras avanza
a paso lento hacia al auditorio de la dependencia, donde se encontrará
con sus afiliados. "¿Y ahora qué? -responde mostrando las
palmas de las manos- ¡Pues ni modo, a dar la cara a los compañeros!
Mire nada más cuántas plazas se han perdido y ahora el aumento
que se consiguió."
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