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México D.F. Sábado 8 de noviembre de 2003
JAZZ
Antonio Malacara
Iraida Noriega
AL DECIR QUE Iraida Noriega es una de las mejores cantantes en la historia del jazz mexicano nos quedamos cortos, estamos pisando apenas el umbral de una realidad que se extiende y se reinventa a sí misma a cada instante; porque además de esa imponente voz que por igual te acaricia o te detona los sentidos, la Noriega fusiona con maestría las espirales de la composición con la magia de las palabras sencillas, y las vuelve mar.
CUANDO SE HABLA de Viaje de mar como su segundo disco solista, sin hacer referencia a las grabaciones que previamente nos había entregado, la bitácora de la artista se vuelve innecesariamente irreal. Porque Iraida grabó en 1996 Elementos, excelente disco a dúo con el guitarrista Emiliano Marentes, donde hasta el ácido de Jimi Hendrix hace acto de presencia. En 1998 aparece otro dueto, pero esta vez al lado del contrabajista Roberto Aymes y bajo el título de Reencuentros. Y para cerrar ese mismo '98 el grupo vocal Cuicanitl, del que Iraida era directora, sacó el álbum Sólo voces.
ASI, ESTA QUINTA aventura discográfica nos enfrenta a una cantante que no deja de sorprendernos en cada uno de los surcos. Los mil rostros del blues vuelven a ser el punto de partida y la fuente de su expresividad (una expresividad inusual, muy cercana a eso que los druidas llamaban el absoluto) aunque el destino "final" del viaje nos lleve (al) más allá. Y de regreso.
COMO COMPOSITORA, LA Noriega es nuevamente pieza fundamental al escribir siete de los 11 temas incluidos. Como arreglista, redescubre ya la dulzura de la pirecua michoacana con La Josefinita, ya la intimidad entre los lazos de Luis G. Urbina y Osvaldo Farrés con Sed y Tres palabras.
PERO LA EXPLOSION definitiva que zarandea las neuronas, en el colmo del goce, del groove y del buen humor, llega cuando a esta chava se le ocurre mezclar Es por amor, de los ochenteros años de rock en tu idioma (de GIT, me parece) con el Chicken de Jaco Pastorius. El Superratón, alias Carlos García, dibuja sobriamente los linderos con una trompeta líder que debería estar más seguido entre nosotros. Miguel Villicaña se encarga del órgano, Tony Cárdenas de la batería, Montserrat Revah de las percusiones, Joe D'Etienne de la segunda trompeta, Diego Maroto del sax alto y Rey David Alexandre. Es un bandononón impresionante, hay tiempo incluso de rapear con Freddy Noriega, pero el genio, la fuerza y la contundencia de Aarón Cruz en el bajo eléctrico son determinantes para que el círculo se cierre.
Y HAY MAS, porque los músicos se van rotando entre las rolas; así, tenemos una verdadera pléyade de invitados: Enrique Nery está en el piano, Agustín Bernal en el contrabajo, Alex Kautz en la batería, Magos Herrera y María en las voces. Mención aparte merece Freddy Noriega (1936-2001), papá de Iraida, quien luce esa particularísima voz de siempre, entre seca y vital, cantando Loving you, de Stephen Sondheim, a dúo con su hija. Enseguida, ella le dedica una más de sus composiciones: Alas de mar.
DECIA EL POETA que el mar empieza donde lo encuentras por vez primera; y aunque ésta no sea la primera... caramba, pareciera que es aquí precisamente donde empieza. Ni modo, nos emocionamos. [email protected]
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