Rocío Sánchez
Raúl Juárez Morales descubrió
que vivía con VIH/sida cuando residía en Nueva York. La información
que tenía sobre el virus le permitió tomar la noticia con
tranquilidad y convencerse de que con los cuidados adecuados tendría
una buena calidad de vida. Sin embargo, al volver a México, su país
de origen, se encontró con una arraigada estigmatización
a las personas que viven con VIH/sida (PVVS), lo que incluso lo llevó
a enfrentarse a la Secretaría de la Defensa Nacional.
"Supe que estaba infectado en 1992, cuando acudí
a hacerme algunos análisis. En ese tiempo vivía en Nueva
York y tenía mucha información sobre el VIH/sida. Supe que
no me iba a morir porque ya había medicamentos y el padecimiento
puede ser controlable. Estaba viviendo en una ciudad donde la actitud hacia
las PVVS era maravillosa. Cuando regresé a México encontré
una discriminación terrible.
"Me dio miedo ser VIH+ en México. Cuando fui a
atenderme me dijeron que me iba a morir en dos años. Mi familia
se alejó de mí, me estigmatizó. Algunas personas me
comentaban que yo sabía a lo que le tiraba siendo gay, que yo ya
sabía que me iba a morir de esto. Además de estas reacciones
me encontré con una desagradable experiencia.
"Yo pagué para sacar una cartilla falsa, que no
me sirvió de mucho. Cuando intenté obtener la auténtica
en el Campo Militar Nº1 me hicieron un examen médico. Acababa
de pasar por herpes zoster y cuando me revisaron la doctora me preguntó
si la enfermedad me había dado por inmunodeficiencia. Tuve que decirle
que vivía con VIH. Me dijeron que no podría hacer el servicio
militar y que liberarían mi cartilla en un mes.
"Regresé en un mes y me entregaron la hoja de liberación
con la leyenda 'No apto para servicio por ser VIH positivo'. Le dije a
la doctora que no iba a aceptar eso, pero ella me dijo que esa era la leyenda
necesaria. Fui a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y demandé
a la Defensa. La Comisión me comunicó que aceptaba mi caso
y después me mandaron una carta diciéndome que habíamos
ganado. Me llamaron al mes y me dieron la nueva cartilla con una leyenda
diferente.
"Me sentí muy bien porque yo estaba consciente
de que tenía una infección, pero una infección nada
más, que era como cualquier otro enfermo crónico y que no
por vivir con VIH iba a ser rechazado. No me iba a dejar. Y en el momento
en que gané decidí luchar siempre por mis derechos, contra
quien sea.
"Hoy quiero dar la cara porque siento que no debo esconderme.
Como homosexual siempre me escondí de todos. Basta de esconderse,
no me tengo que avergonzar. No me avergüenzo de ser una persona viviendo
con el VIH. Me gustaría que la gente dejara a un lado el miedo y
comenzara a mostrarse ya. A la sociedad en general le digo que ya dejen
de negarnos cariño, afecto, amor, porque lo necesitamos." |