LETRA S
Noviembre 6 de 2003
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"Basta de esconderse"
ls-vihvencias
Rocío Sánchez

Raúl Juárez Morales descubrió que vivía con VIH/sida cuando residía en Nueva York. La información que tenía sobre el virus le permitió tomar la noticia con tranquilidad y convencerse de que con los cuidados adecuados tendría una buena calidad de vida. Sin embargo, al volver a México, su país de origen, se encontró con una arraigada estigmatización a las personas que viven con VIH/sida (PVVS), lo que incluso lo llevó a enfrentarse a la Secretaría de la Defensa Nacional.

"Supe que estaba infectado en 1992, cuando acudí a hacerme algunos análisis. En ese tiempo vivía en Nueva York y tenía mucha información sobre el VIH/sida. Supe que no me iba a morir porque ya había medicamentos y el padecimiento puede ser controlable. Estaba viviendo en una ciudad donde la actitud hacia las PVVS era maravillosa. Cuando regresé a México encontré una discriminación terrible.

"Me dio miedo ser VIH+ en México. Cuando fui a atenderme me dijeron que me iba a morir en dos años. Mi familia se alejó de mí, me estigmatizó. Algunas personas me comentaban que yo sabía a lo que le tiraba siendo gay, que yo ya sabía que me iba a morir de esto. Además de estas reacciones me encontré con una desagradable experiencia.

"Yo pagué para sacar una cartilla falsa, que no me sirvió de mucho. Cuando intenté obtener la auténtica en el Campo Militar Nº1 me hicieron un examen médico. Acababa de pasar por herpes zoster y cuando me revisaron la doctora me preguntó si la enfermedad me había dado por inmunodeficiencia. Tuve que decirle que vivía con VIH. Me dijeron que no podría hacer el servicio militar y que liberarían mi cartilla en un mes.

"Regresé en un mes y me entregaron la hoja de liberación con la leyenda 'No apto para servicio por ser VIH positivo'. Le dije a la doctora que no iba a aceptar eso, pero ella me dijo que esa era la leyenda necesaria. Fui a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y demandé a la Defensa. La Comisión me comunicó que aceptaba mi caso y después me mandaron una carta diciéndome que habíamos ganado. Me llamaron al mes y me dieron la nueva cartilla con una leyenda diferente.

"Me sentí muy bien porque yo estaba consciente de que tenía una infección, pero una infección nada más, que era como cualquier otro enfermo crónico y que no por vivir con VIH iba a ser rechazado. No me iba a dejar. Y en el momento en que gané decidí luchar siempre por mis derechos, contra quien sea.

"Hoy quiero dar la cara porque siento que no debo esconderme. Como homosexual siempre me escondí de todos. Basta de esconderse, no me tengo que avergonzar. No me avergüenzo de ser una persona viviendo con el VIH. Me gustaría que la gente dejara a un lado el miedo y comenzara a mostrarse ya. A la sociedad en general le digo que ya dejen de negarnos cariño, afecto, amor, porque lo necesitamos."