Violencias cotidianas, violencia de género
Susana Velázquez
Paidós, Argentina, 2003.

La violencia sexual contra las mujeres y su estrecha relación con la discriminación de género es analizada en el libro Violencias cotidianas, violencia de género desde tres diferentes ópticas: como víctimas, para sensibilizarnos al problema; como victimario, para la comprensión de los mecanismos sociales de desigualdad que adquirimos en la sociedad, y como terapeutas, para ofrecer una actitud de sostén y contención que disminuya o neutralice la ansiedad, la angustia y el miedo, todo lo cual da como resultado una investigación completa y detallada de un hecho que no debería ocurrir más en nuestra sociedad.

Desde una perspectiva de género, la autora rebasa el antiguo debate del ejercicio del poder y sus consecuencias, para ubicar una parte de su análisis en la esfera subjetiva de las y los individuos, y su manera de apropiarse de un discurso desigual y desaprobatorio hacia aquello que se considera femenino. La investigación, además de presentar estadísticas y testimonios, clarifica conceptos con argumentos extraídos de las vivencias cotidianas y propone conclusiones fácticas que favorecen la comprensión de un problema que hasta nuestros días sigue repercutiendo en las nuevas generaciones.

Uno de los ejes temáticos que recorren el estudio es el preocupante hecho de aceptación social con respecto a la violencia y sus diferentes formas de expresarse. En ocasiones, producto de una mala información derivada de los diversos medios de comunicación masiva y, por otro lado, reproducida socialmente como resultado de una cultura que visualiza como punto de origen al género masculino, descartando así la posibilidad de una creación de estereotipos de género igualitario.

El incremento de la violencia y su aceptación social en combinación con la desigualdad de género, constituyen una concepción de la realidad adversa para la integración de un tejido social con base en el respeto, la igualdad y el reconocimiento de la diversidad, con la cual deberíamos, todas y todos, estar comprometidos para lograr una convivencia pacífica y democrática.