México D.F. Domingo 2 de noviembre de 2003
REPORTAJE /ORGANIZACION
DE PUEBLOS INDIGENAS
Policía Comunitaria, opción en Guerrero
ante la ola de inseguridad
A 8 años de su fundación, el cuerpo de
vigilancia cuenta con 500 elementos en 4 municipios
"En 1995 había mucha violencia, asaltos, violaciones
sexuales e infinidad de casos de abigeato. Los hurtos eran cometidos por
bandas de 15 a 30 delincuentes, quienes detenían hasta 20 carros
para asaltarlos, y la gente se cansó de esperar la respuesta del
gobierno"
MISAEL HABANA DE LOS SANTOS CORRESPONSAL
San Luis Acatlan, Gro., 1º de noviembre. Durante
la fiesta de San Francisco, patrono de la comunidad mixteca Yolotxochitl
-en San Luis Acatlán, municipio de la región de la Costa
Chica-, resguardaron el orden poco más de 100 elementos de la Policía
Comunitaria (PC). Su labor fue tan efectiva en los días de la celebración,
7 y 8 de octubre pasados, que la cárcel municipal resultó
insuficiente para recluir a borrachos y buscapleitos, por lo que debió
improvisarse como celda una oficina del ayuntamiento.
Cuando terminó la festividad los calabozos que
alojaron a decenas de detenidos quedaron vacíos, sólo un
hombre reclamaba atención o maldecía en lengua mixteca a
los comunitarios que lo vigilaban. Poco a poco la PC liberó a la
mayoría de los arrestados, los entregó a familiares o amigos
libres de "la huma" (borrachera, en mixteco) y así evitó
riñas o que "alguien en copas fuera y le pegara a su mujer", como
señaló un policía comunitario.
Entre otras acciones, la labor preventiva de la PC ha
hecho que crezca su prestigio en las 48 comunidades de Metlatónoc,
Malinaltepec, Marquelia y San Luis Acatlán, comunidades donde funciona.
La reputación del organismo propició que en los municipios
de Copanatoyac y Cualac, en la región de La Montaña, se analice
aplicar este proyecto popular.
Autoridades
judiciales de Guerrero afirman que donde opera la Policía Comunitaria
el índice delictivo bajó hasta 90 por ciento en comparación
con 1995, cuando los delincuentes que operaban en Malinaltepec y San Luis
Acatlán rebasaron a policías convencionales y soldados. Adulfo
Morán, fundador y comandante de la agrupación en San Luis
Acatlán, recuerda: "estaban duros los asaltos y los asesinatos en
Cuana -nombre que da la gente al poblado Cuanaxcatitlán-,
donde murieron arriba de 80 gentes".
Organizaciones sociales como la Unión de Ejidos
Luz de La Montaña, Unión Regional Campesina, Consejo de Autoridades
Indígenas, Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena
y Centro Comunitario de Abasto han propuesto que la PC tenga reconocimiento
legal.
Por evitar asaltos a viajeros, originalmente se le denominó
Policía Auxiliar de Caminos, la cual estaba integrada por campesinos
armados con machetes y escopetas. En un principio eran 17, luego ocho y
finalmente quedaron seis policías que sortearon la época
de mayor violencia en Cuana. A ocho años de su fundación,
la PC cuenta aproximadamente con 500 efectivos, que portan armas permitidas
por el Ejército Mexicano, algunos uniformados en color verde, otros
con pantalones de mezclilla, unos de huaraches, la mayoría en botas
de montaña.
"En 1995 murieron 10 policías; yo fui balaceado
dos veces, en el estómago y en el brazo, con escopeta 16. En ese
tiempo nosotros pasamos hambre porque en la cabecera municipal no nos daban
apoyo. Vino el capitán del 18 Batallón, que está en
Cruz Grande, y nos dijo: 'ustedes creen que es bueno lo que están
haciendo, pero es una bronca más dura, porque los delincuentes les
van a caer a cada uno de ustedes. Al último su misma gente va a
desconocerlos'. Pero en ese tiempo ya no se aguantaba la violencia. Antes
de que oscureciera todas las puertas de las casas estaban cerradas, nadie
salía después de las 7 de la noche; no había personas
en la calle porque andaban los delincuentes dándole duro, mataban
hasta a las señoras", dice el comandante Morán.
En un documento difundido a propósito del octavo
aniversario de la PC, la Comisión Pastoral Social de la diócesis
de Tlapa destacó que la corporación "tiene su origen en las
comunidades organizadas, no viene de otros estados ni países". Comentó
que fue respuesta a un contexto de violencia del orden común, a
la incapacidad de las autoridades estatales y federales para enfrentarla,
unida a la corrupción que generaba la acción policiaca al
combatirla.
En el escrito se acotó que hasta 1995 "había
mucha inseguridad por la violencia, los asaltos, las violaciones sexuales,
los asesinatos -cerca de 80 en un año- e infinidad de casos de abigeato.
Los hurtos eran realizados por bandas de 15 hasta 30 delincuentes, ya casi
se había hecho normal. Detenían hasta 20 carros en fila para
asaltarlos".
Pero no había respuesta del gobierno. El Ejército
Mexicano, las policías Motorizada y Judicial aplicaban operativos
y la delincuencia continuaba. Por ejemplo, una maestra embarazada fue violada
y abortó; se ultrajó a una niña de seis años.
Fueron hechos que agotaron la paciencia de la población. Para justificar
su incapacidad y la red de corrupción, el gobierno exigió
a las víctimas pruebas de los crímenes.
El 15 de octubre de 1995 se celebró en Santa Cruz
del Rincón una asamblea con representantes de 38 comunidades, autoridades
municipales, organizaciones indígenas y parroquias para fundar lo
que ahora se conoce como Policía Comunitaria, con el objetivo de
"rescatar la seguridad". Con machetes, rifles calibre .22 y escopetas .16,
los comunitarios iniciaron la tarea que la población les encomendó.
El comandante de la PC en Cuana, Sabás Rosario,
recordó que durante los años violentos los indígenas
hacían fila en la agencia del Ministerio Público (MP) para
exigir justicia, situación que disminuyó con la entonces
Policía Auxiliar de Caminos. "Ahora tenemos en contra no sólo
a los maleantes, sino también al gobierno, porque nosotros sabemos
hacer las cosas de otra manera. Y la inconformidad nace porque el dinero
que llegaba a las manos del MP o a la Judicial ya no es el mismo. Los licenciados,
los comandantes de la Judicial, los ricos y los comerciantes acaparaban
todo lo que llegaba a sus manos. los comerciantes recibían vacas
y chivos y los vendían a su precio, mientras que nosotros aquí
perdíamos. Esa es la inquietud del gobierno y de los funcionarios,
y por eso toman a mal la creación de la Policía Comunitaria",
dijo Rosario.
En boca de un policía convencional estas frases
sonarían huecas, pero no al expresarlas Sabás, hombre con
más de 40 años, calzado con huaraches. "Estamos organizados
en cada pueblo, somos pueblo, y si éstos dicen que la Policía
Comunitaria va a desaparecer tal vez desaparecezca, pero si dicen que no,
vamos a mantenerla porque cuidamos a nuestra gente, ya que el gobierno
nunca nos trató bien", comentó.
En español claro, pero con rasgos sonoros de mixteco,
su idioma materno, Rosario añadió: "no queremos que el gobierno
nos reconozca, sino que nos respete, porque nosotros somos respetuosos
con él. Si ponen un destacamento cerca de donde estamos nosotros
vamos y nos identificamos con ellos y les decimos cuál es nuestro
trabajo".
El síndico procurador de San Luis Acatlán,
Aniceto Ventura, dijo que el gobierno de Guerrero y la Secretaría
de la Defensa Nacional (Sedena) consideran ilegal a la PC. Explicó
que el organismo se basa "en la Ley Orgánica del Municipio, que
dice que cada ayuntamiento tiene facultad para formar un grupo que le dé
seguridad. Entonces no estamos fuera de la ley. Los comunitarios están
en una posición de no provocar a las autoridades, pero nunca hemos
recibido un trato favorable del Ejército ni del gobierno estatal".
El ejemplo de los policías comunitarios se extendió
por La Montaña, donde se integró una fuerza que hoy reúne
a casi 500 hombres armados, con escasa disciplina militar. En ocho años
de combate a la delincuencia ha rehabilitado a 150 infractores según
tradiciones indígenas, y actualmente obliga a 12 criminales a realizar
trabajos forzados en diversos poblados.
El síndico Ventura indicó que las comunidades
y su cuerpo policiaco resuelven los delitos de poca monta, pero los "crímenes
o robos mayores" los atiende la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias,
con sede en San Luis Acatlán. "El delincuente tiene que trabajar
para el pueblo si quiere comer; de día trabaja, de noche duerme
en la cárcel. Va al concejo para platicar y reducarse, y puede ver
a sus familiares", afirmó.
El procurador de Justicia de Guerrero, Jesús Ramírez,
quien asistió con otras autoridades, organizaciones indígenas
y de derechos humanos a los festejos por el octavo aniversario de la PC,
realizados el 14 y 15 de octubre pasados en la comunidad Buena Vista, municipio
de San Luis Acatlán, reconoció la necesidad de modificar
las constituciones nacional y local para que se regule la acción
del cuerpo de seguridad de los pueblos indios de La Montaña.
"De acuerdo con la ley, cuando ven cometer un delito todos
tienen que actuar, y si la comunidad se organiza para atender ese tipo
de situaciones es correcto, porque deben defenderse de cualquier acto delictivo."
Pero el 12 de octubre pasado, en el retén del paraje
Arrollo Limón, la policía estatal desarmó y obligó
a regresar a sus comunidades a 100 comunitarios que se dirigían
a los festejos en Buena Vista, lo que se habría evitado si la PC
tuviera la Licencia Colectiva 110 que da la Sedena a los municipios para
que sus policías porten armas, pero la corporación no la
ha conseguido porque sus elementos no llenan los requisitos de edad, cartilla
liberada, estatura, estudios y antidoping.
La fiesta en Buena Vista reunió a indígenas
y mestizos que vieron desfilar a más de 300 hombres armados que
durante los pasados ocho años han vigilado su seguridad sin percibir
honorarios, con el argumento de que "cuando la policía tiene un
salario se vuelve corrupta".
Durante la celebración se denunció que seis
comandantes de la PC están presos, acusados de supuestos delitos
relacionados con su participación en el proyecto comunitario. Además,
la Unión de Mujeres Indígenas Lucero de La Montaña
recordó que desde la creación de la comunitaria han sido
asesinados cinco de sus elementos.
"El gobierno quiere que desaparezca la PC por la situación
que se vive en Chiapas y por la guerrilla que existe en Guerrero desde
hace varios años, ya que teme que el grupo en algún momento
esté en su contra, pero es erróneo, porque la PC siempre
buscará la paz", aseguró el síndico procurador de
San Luis Acatlán.
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