México D.F. Domingo 2 de noviembre de 2003
Apoyan campesinos sin tierra al oficialismo,
pero mantienen su autonomía
"Nuestro enemigo no es el gobierno de Lula, sino el
latifundio", afirma el MST
Admite el movimiento que la comercialización
de soya transgénica fue un duro golpe
STELLA CALLONI ENVIADA
Sao Paulo, 1º de noviembre. El Movimiento
de los Campesinos sin Tierra (MST) aseguró que "nuestro enemigo
no es el gobierno" de Luiz Inacio Lula da Silva, sino "el latifundio",
al denunciar campañas que buscan mostrar que existe enfrentamiento
entre ambos.
Sin embargo, esa organización mantiene su autonomía
y reconoce que al interior del gobierno hay "algunos funcionarios" que
prefieren grandes espacios de producción mecanizada para exportación
de transgénicos como modelo agrario.
El MST evalúa la actuación del gobierno,
a un año del triunfo electoral de Lula da Silva, quien en los años
80 fuera uno de los símbolos de resistencia a la dictadura militar
al frente del sindicato de los metalúrgicos del cordón industrial
de Sao Paulo.
Al
ratificar su apoyo al gobierno y al oficialista Partido de los Trabajadores
(PT), los dirigentes campesinos aprovecharon para denunciar campañas
que tratan de mostrar un rompimiento con el gobierno de Lula, falsificando
informaciones.
Esto no quiere decir que estos dirigentes no reivindiquen
también su derecho a la crítica y la demanda, y que estudien
las formas para encarar el problema que plantea el manejo del gobierno.
Una idea clave es estar siempre en el lugar de la petición, y tener
claro que un reclamo al gobierno no significa estar en contra del mismo.
Por el contrario, estiman que las movilizaciones -no como
presión sino como demanda legítima- fortalecen al gobierno,
muestran la participación colectiva y advierten a los interesados
en quebrar "la esperanza" que existe un pueblo atento a los sucesos y que
no se dejará robar por los intereses externos su derecho a crear
nuevos caminos y a participar en el poder.
Adelar Joao Pizetta, de la coordinación nacional
del MST, quien representa a la or-ganización en momentos en que
Joao Pedro Stédile, su líder, está de viaje, sostiene
que a 10 meses de gobierno de Lula "apostamos a avanzar en varios caminos,
como la reforma agraria, y establecemos que sabíamos que se trataba
de un gobierno de alianza del PT con sectores liberales. Así que
teníamos muy claro lo que hacíamos".
Añade que "nuestro enemigo no es el gobierno y
nuestra lucha es contra el latifundio Consideramos al gobierno aliado y
lo apoyamos en medidas que significan cambios, pero mantenemos nuestra
autonomía".
El MST, por ejemplo, participa activamente, junto a Frei
Betto, en el programa gubernamental Hambre Cero, en las propuestas de educación
y alfabetización, en el Consejo de Seguridad Alimentaria y en el
desarrollo so-cioeconómico, "en los espacios que el go-bierno abrió
a la participación".
Pizetta también recuerda que el movimiento tiene
responsabilidad en el Plan Nacional de Reforma Agraria acompañando
a Plinio de Arruda Sampaio, quien coordina el Movimiento de Desarrollo
Agrario.
Allí aporta sus propios programas, elaborados a
partir de su experiencia de tantos años de lucha en Brasil, que
han convertido al movimiento en un referente en el mundo.
Responsabilidad crítica
"En el plan que se está elaborando se establece
la meta de asentar a un millón de familias, pero esto significa
tierra, infraestructura básica, vivienda, financiamiento, escuela,
asistencia médica, motivo por el que está presupuestado que
deben participar varios ministerios en el esfuerzo. Participamos y tenemos
autonomía, libertad, responsabilidad crítica y acción
práctica. No dejamos de hacer la lucha", insiste.
Así, "planteamos demandas, negociamos, apoyamos
movilizando. En este año creció el número de familias
acampadas y se está diciendo al gobierno y al pueblo que ellos necesitan
ya la tierra", señala.
Pero también el movimiento tiene lo que llama sus
"límites de contradicciones". Algunas de ellas podrían percibirse
con algunos funcionarios que ven otro modelo agrícola de Brasil,
que prefieren grandes territorios para espacios de producción mecanizada,
para exportación de transgénicos.
"Defendiendo esto se forzó la comercialización
de la soya transgénica -afirma-, y eso golpeó a varios sectores
del movimiento, que ven la propuesta de reforma agraria co-mo una visión
de agricultura volcada al mercado interno. Nosotros decimos que no existirá
el plan Hambre Cero si la agricultura brasileña muestra esas contradicciones
y se traba. Se necesita por eso activar a la sociedad, al gobierno, al
MST".
Hay otro aspecto candente en estos días y es lo
que Pizetta llama "la criminalización del conflicto social y la
violencia". Considera que ante la llegada al gobierno de Lula, quien apoya
al MST, los latifundistas se rearticularon rápidamente.
"Crearon ahora fuertes grupos privados de seguridad, contrataron
empresas de seguridad y a pistoleros, y esto sucede bajo gobiernos locales
de derecha y con el Poder Judicial en su favor. Así, vemos compañeros
en prisión y 50 campesinos han sido asesinados por estos hacendados.
Estos matan y el Po-der Judicial detiene en estados como Sao Paulo, Mato
Grosso Sur y otros", afirma.
Continúa: "Nosotros recordamos que la justicia
en Brasil es independiente y autónoma y que el Ejecutivo no puede
actuar en ese caso. Entonces, esas decisiones no pueden deshacerse. Ni
los gobiernos estatales ni federales pueden con la disposición de
un juez. Son cuestiones políticas y la pelea por la libertad es
política", dice.
Interrogado por La Jornada en qué figura
jurídica se amparan los jueces actuantes para detener a los campesinos
del MST, Pizetta advierte que es falsa, ya que se habla de "bandas" y cuadrillas,
pero "Lula no puede meterse con el Poder Judicial", insiste.
Ante esta situación, el MST plantea lograr una
reforma agraria verdadera, y el camino "va a ser una conciencia social.
Por la naturaleza del gobierno esa reforma requiere un proceso de acumulación
de fuerzas integrando a una gran parte de la sociedad, para que sea esto
parte de un conjunto de cambios".
También el dirigente sale al paso de los que hablan
de divisiones y peleas al interior del movimiento: "Que no se equivoquen,
nosotros mantendremos la unidad. Tenemos de-bates internos como siempre.
Corremos riesgos. Eso no significa que hay un grupo radical y otro conservador.
Asimismo, podemos discutir con el PT, pero somos nosotros quienes definimos
nuestras tácticas (...) Que no se equivoquen los que tratan de desunir.
Tampoco aquéllos que hablan de que tenemos grupos armados. Nuestra
arma mayor es la conciencia masiva."
El MST explora todos los caminos, une experiencias y trata
de estar al día sobre todo lo que sucede en el mundo y puede afectar
su marcha:"Hay alguna prensa que dijo que el MST estaba con Sendero Luminoso
y con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Hemos exigido
investigar esto. No vamos a entrar en la lógica de ellos ni detener
nuestra marcha. Hemos logrado una gran red de solidaridad. También
el movimiento, junto a otros, está empeñado en su tarea para
detener el Acuerdo de Libre Co-mercio de las Américas (ALCA), y
activamente se participa en lo que llaman 'Mercado Común del Sur
de los Pueblos', con organizaciones similares de toda la región".
Los folletos de educación popular (utilizados por
el MST), continúa, "son muy explícitos e incluyen no sólo
la visión de lo que es el ALCA, sino los designios del Plan Colombia,
sus orígenes y sus alcances, previniendo contra la militarización
y la política estadunidense de recolonización".
Por otro lado, aunque ahora "sienten los dirigentes que
perdieron una batalla contra los transgénicos al autorizarse la
presencia de la trasnacional Monsanto, no es la última palabra.
Hay gobiernos que están fiscalizando que no entre soya transgénica,
y otros se han declarado libres de transgénicos".
Es en el área de política exterior donde
el MST advierte menos contradicciones oficiales, y destaca la presencia
de figuras muy importantes en defensa de la soberanía de Brasil
en lugares claves de la cancillería.
Con todo, son horas de definiciones, "pero para andar
y mostrar que podemos. Sí mantendremos siempre nuestra dinámica
de lucha, que ha sido y es nuestra historia".
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