José Antonio Rojas Nieto

Desmantelamiento y despojo del Estado mexicano

šEl gobierno actual pretende efectuar cambios radicales a la Constitución! Hoy el artículo 27 dice: "... Corresponde exclusivamente a la nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación del servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines...". Desean que diga: "... Corresponde exclusivamente a la nación la prestación del servicio público de energía eléctrica en los términos que establezca la ley. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares". Ya la nación no aprovechará nada. Hoy en materia eléctrica, mañana en materia petrolera. šQuién lo duda! Cambio drástico.

Dejar de aprovechar los bienes y recursos naturales en beneficio de la nación. Negar el carácter estratégico de la industria eléctrica y, por tanto, abandonar el sentido de su control estatal. Sólo conservar la exclusividad de un servicio público desdibujado, diezmado y radicalmente redefinido. No vale la pena introducirse en los argumentos que al menos tres entrevistadores genuflexos ponen en boca de un secretario de Energía que ni siquiera se respeta a sí mismo, y acaba asintiendo a voces abyectas convertidas en voces expertas: "sí, es obligación del Estado dar educación pública y salud pública, pero no se puede obligar a nadie a ir a la escuela pública ni a los hospitales públicos". Y se hace el silencio. Y no se dice -šclaro que no!- que el 27 ordena el control nacional de recursos naturales y sus rentas y, en consecuencia, la reserva al Estado del aprovechamiento de aguas, vapor geotérmico, vientos y demás recursos naturales que permitan generar electricidad, en virtud de que en ellos hay una renta natural (en este caso vinculada a las bondades naturales, como en el caso del petróleo) que debe beneficiar a la nación, nunca a algún particular.

Pero, además, tampoco se dice que por el 28 de la Constitución, el Estado debe controlar la industria eléctrica por su carácter estratégico, no sólo en términos de su aliento al desarrollo y su necesidad social generalizada, sino por que proporciona una renta eléctrica que también debe ser utilizada en beneficio de los mexicanos. Los inversionistas privados nacionales y extranjeros mueren por poseer estas rentas. Por eso quieren al Estado fuera de la industria o, al menos, fuera de la generación y del abasto a grandes consumidores. "Fuera... fuera... fuera..." es el grito unánime de los fanáticos de la privatización. Pero, lo peor, fuera también es el grito unánime de los personeros del gobierno: "fuera... fuera... fuera... fuera Estado del control de rentas naturales, de renta eléctrica... fuera". Y no tardan en gritar: "fuera... fuera... fuera Estado de la renta petrolera... fuera... fuera".

Por eso el abandono de una concepción del servicio público que incluye planeación del sistema eléctrico nacional; generación, conducción, transformación, distribución y venta de energía eléctrica; y realización de todas las obras, instalaciones y trabajos que requieran la planeación, ejecución, operación y mantenimiento del sistema eléctrico nacional.

De aquí que no sólo se busque modificar el 27 de la Constitución y desmantelar y despojar al Estado (divestiture, dicen en inglés en todo el mundo). Hay que cambiar el 28 Constitucional que dice: "... No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear; electricidad y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión".

Se pretende que diga: "No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: ... generación de energía nuclear; la prestación del servicio público de energía eléctrica y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión". Ocultan indicar que ni en el sector educativo ni en el sector salud hay rentas. Ni la renta natural que proviene de la utilización de los recursos naturales nacionales. Ni la renta eléctrica que proviene de la exclusividad de la nación en esta industria estratégica.

No se trata de locuras teóricas, por lo demás siempre importantes para indagar lo que las apariencias ocultan. No. Con la reforma se debilita a la nación al quitarle el control de estas rentas y entregarlas al capital privado básicamente extranjero. Y, todavía más, se altera de tajo la naturaleza e identidad de la nación y del Estado mexicanos, hasta hoy vinculado esencialmente al control de los recursos naturales, de sus rentas y de los sectores estratégicos que también proporcionan rentas.

Si bien es cierto que en el discurso oficial se justifican los cambios a la Constitución con el pretexto de alentar el desarrollo, crear empleos, emular a todos los países del mundo que hacen lo mismo, dar libertad a los consumidores para elegir su compañía eléctrica, entre otros, la razón de fondo es entregar estas rentas de la nación a inversionistas privados, nacionales y extranjeros. ƑPor que? Francamente es difícil entenderlo, pero no olvidemos que el borrador original de la propuesta foxista de reforma eléctrica provino de las mentes y de las computadoras de los ladrones de Enron. šNunca olvidemos eso, por favor!

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