México D.F. Martes 28 de octubre de 2003
La Cruz Roja, el Ministerio de Salud y 4 comisarías,
blanco de ataques en sólo 45 minutos
Ola de atentados suicidas en Bagdad; al menos 43 muertos
Autoridades responsabilizan a Saddam Hussein La ofensiva
coincide con el inicio del Ramadán
AFP, THE INDEPENDENT, DPA Y REUTERS
Bagdad, 27 de octubre. Por lo menos 43 personas
murieron y más de 200 resultaron heridas este lunes en cinco atentados
suicidas, cometidos en un intervalo de 45 minutos contra la sede del Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR), el Ministerio de Salud y cuatro comisarías
iraquíes, actos que coincidieron con el comienzo del Ramadán,
el mes de ayuno musulmán.
La policía iraquí logró abortar un
sexto atentado en el barrio de Al-Jadida de Bagdad. Según el jefe
de la policía y el viceministro del Interior iraquí, Ahmad
Ibrahim, los agentes de esa comisaría interceptaron un automóvil
con una tonelada de explosivos en su interior, que era conducido por un
sirio.
La jornada más violenta desde la caída del
ex presidente Saddam Hussein estuvo marcada por un dramático vuelco
en las tácticas de la resistencia iraquí contra la ocupación
estadunidense y ocurrió 24 horas después del ataque contra
el hotel Rashid, donde se hospedaba el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz.
Los ataques de hoy demostraron, además, cómo
Estados Unidos ha fallado en asegurarse el control de Irak a seis meses
de que inició su invasión al lado de Gran Bretaña,
señaló The Independent.
El general estadunidense Mark Hertling afirmó que
las primeras pruebas indican que varios extranjeros se encuentran implicados
en los atentados. "Estos ataques no son similares a los cometidos por los
leales al antiguo régimen" de Saddam Hussein, afirmó.
No
obstante, el viceministro iraquí del Interior, Ahmad Ibrahim responsabilizó
a Hussein de dichos actos. "Es un ataque terrorista ejecutado por los hombres
de Saddam Hussein", afirmó.
En total, 43 personas murieron y 222 resultaron heridas,
entre ellas dos niños y 19 mujeres, según un cálculo
de Afp elaborado a partir de balances proporcionados por los nueve principales
hospitales de la ciudad y responsables militares.
En un reporte anterior, Ibrahim, en conferencia de prensa,
señaló que 34 personas murieron y 224 resultaron heridas.
Afirmó que 26 de los muertos eran civiles y ocho oficiales de policía,
y entre los heridos hay 159 civiles y 69 policías.
Entre los muertos figuran dos soldados estadunidenses,
uno de los cuales falleció en una de las explosiones contra el cuartel
policial de Al Bayya. No está claro dónde murió el
otro, informó la cadena CNN en su edición digital.
El vicecomandante de la primera división acorazada
estadunidense, general Mark Herling, también en conferencia de prensa,
agregó que el número de víctimas pudo haber sido mayor
si los policías y guardias iraquíes no se hubieran comportado
de manera tan "heroica". En algunos de los ataques abrieron fuego contra
los agresores, con lo que los explosivos no detonaron en el objetivo inicial.
Agregó que la serie de ataques "fue coordinada
en el sentido de que se cumplieron ciertos intervalos de tiempo, pero más
allá de ello fue un trabajo poco profesional", agregó.
Por lo menos 12 personas murieron y 25 fueron heridas
en el atentado contra la sede del CICR en Bagdad, según el hospital
Ibn Al-Nafis. Se trata del primer atentado contra esta organización
humanitaria -que comenzó sus actividades en Irak en 1980- en sus
casi 140 años de historia.
Un agente de la sede del CICR indicó que se utilizó
una ambulancia en el ataque. "Aceleró a toda velocidad e intenté
detenerla con mis brazos, pero chocó contra los bloques de hormigón
situados delante del edificio", dijo Sabah Ali Ihsan, agregando que "el
conductor murió".
Un empleado del CICR, Haidar Mustafá, indicó
que sólo había una decena de personas en el interior de las
oficinas debido al comienzo del Ramadán, ya que "la mayoría
de los empleados comenzaba (su jornada) a las 9 horas local en vez de a
las 8:15".
Se trata del atentado más sangriento en Irak desde
el cometido en la gran mezquita de Najaf el 29 de agosto, con saldo de
83 muertos, entre ellos el gran ayatola Mohammad Baqer Al Hakim, y 125
heridos; el 19 de agosto, el enviado de la Organización de Naciones
Unidas, Sergio Vieira de Mello, y 23 personas más murieron en otro
ataque similar.
"Siempre creímos que estábamos protegidos
por la labor humanitaria que llevamos a cabo", señaló a Reuters
la vocera de la Cruz Roja, Nada Doumani, tras la explosión. "Creíamos
que la gente nos conocía y que estábamos protegidos por nuestra
labor. Creíamos que éramos distintos al resto", agregó.
Un miembro del personal de la Cruz Roja informó
que alguien comenzó a disparar un arma automática inmediatamente
después de la explosión. "Cerca de 100 balas o más",
afirmó el testigo, quien agregó que se trató de un
hombre que de alguna manera estaba relacionado con el suicida, informó
la cadena CBS.
Una segunda explosión ocurrió unos minutos
más tarde cerca de la sede del Ministerio de Salud, según
un jefe militar estadunidense, que no informó si hubo muertos o
heridos. Los edificios del CICR y el ministerio se encuentran en cada margen
del río Tigris, que divide en dos a Bagdad.
Casi al mismo tiempo, un coche bomba explotó ante
un puesto de policía en Bagdad, matando a tres policías iraquíes
e hiriendo a otros, al igual que a 10 soldados estadunidenses, según
el ejército invasor.
En el noreste de Bagdad al menos ocho personas murieron
en una explosión ocurrida cerca de la estación de policía
del distrito de Shaab.
Trabajadores de un hospital indicaron que al menos 15
personas perecieron en ataques a estaciones de policía en el distrito
de Jadra, al oeste, y en el distrito de Baya, al suroeste de Bagdad, donde
el soldado estadunidense perdió la vida.
El sexto atentado fue frustrado en el puesto policial
de en Nuevo Bagdad. Según Ibrahim, los agentes de esa comisaría
interceptaron un automóvil con una tonelada de explosivos en su
interior que era conducido por un sirio, que resultó herido y se
encuentra arrestado.
Acciones previas
Horas antes de esta oleada de atentados, la resistencia
iraquí realizó al menos tres ataques con cohetes contra sedes
de las fuerzas estadunidenses y hoteles de lujo en la capital iraquí,
según un portavoz militar estadunidense y periodistas.
El Palacio de la Conferencia frente al hotel Rashid, sede
de la autoridad provisional, también recibió los disparos
de cohetes, al igual que el Al Mansur Meliá, que fue abandonado
tras la guerra.
El tercer cohete fe contra los hoteles Sheraton y Palestina,
donde se encuentra alojada la prensa internacional.
Asimismo, tres soldados estadunidenses murieron y otros
cuatro resultaron heridos en dos ataques diferentes también la noche
del domingo. Dos militares perecieron y dos resultaron heridos al estallar
un artefacto explosivo al paso de su patrulla en Bagdad.
En otro incidente, un militar estadunidense murió
y otros dos resultaron heridos al ser atacada con morteros su unidad, encargada
de la vigilancia de la cárcel Abu Ghoreib, ubicada a 30 kilómetros
al oeste de Bagdad.
Soldados estadunidenses ametrallaron este lunes un microbús
civil en Fallujah, 70 kilómetros al oeste de Bagdad, matando a cinco
ocupantes e hiriendo a otros tres, según testigos.
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