La causa es que mucho tiempo el instituto fue utilizado como caja chica: Alonso Raya

Señala el ISSSTE "quiebra técnica" por el "aumento de beneficios a derechohabientes"

ROBERTO GARDUÑO Y ENRIQUE MENDEZ

El déficit histórico en el sistema de pensiones del ISSSTE genera un estado de "quiebra técnica" en el instituto, porque desde 1983 comenzó un fenómeno de "aumento de beneficios -para los derechohabientes- sin reciprocidad de ingresos", advierte el Diagnóstico general 2003 de ese organismo de seguridad social, en el cual se agrega que de mantenerse esa tendencia, en 2009 será necesario que el erario entregue un subsidio calculado entre 50 y 60 mil millones de pesos.

A esa grave estrechez económica se suma otro problema relacionado con la atención a la salud de los usuarios, porque el fondo médico del instituto tendrá, al concluir el presente año, un déficit de 2 mil 728 millones de pesos, cifra que representa 14 por ciento del gasto total en ese sector. En caso de no reformarse las estructuras financieras del ISSSTE, para 2016 el faltante presupuestal se calcula en 20 mil 267 millones de pesos.

El documento, que hoy será analizado en el Palacio Legislativo de San Lázaro entre la Comisión de Seguridad Social -encabezada por Miguel Alonso Raya- y el director general del instituto, Benjamín González Roaro, atribuye el grave desajuste financiero del organismo al incremento de beneficios para los derechohabientes y el estancamiento de los ingresos.

En 1983, señala, se estableció la cesantía en edad avanzada y se fijó en 100 por ciento en la pensión indirecta; tres años después se redujo de tres a un año la base de cálculo para la pensión, se autorizó la pensión mínima en un salario mínimo vigente en el Distrito Federal y también se negoció la jubilación de mujeres con 28 años de cotización.

En 1992 se eximió a los pensionistas del 4 por ciento de contribución al fondo médico. En 2000 se estableció que las trabajadoras del instituto podían registrar a sus parejas, y en 2002 las autoridades y el sindicato negociaron el aumento a las pensiones en proporción con la inflación o incremento salarial. Este último capítulo implicó la reforma al artículo 57 de la Ley del ISSSTE, y el costo financiero se calculó en mil millones de pesos cada año.

El escenario de catástrofe financiera en el fondo de pensiones que amenaza al organismo se coloca como una de las vertientes del Diagnóstico general, porque en 1990, año en que comenzó el desajuste financiero, los ingresos totales del instituto llegaron a 755 millones de pesos y el gasto de nómina para las pensiones se ubicó en 925 millones. Ocho años después los ingresos ascendieron a 5 mil 778 millones de pesos y las erogaciones para los trabajadores en retiro o sus viudas alcanzaron 11 mil 171 millones. En el presente año los recursos propios se calculan en 10 mil 261 millones, mientras que la nómina de pensiones será de 29 mil millones.

De tal forma, la tendencia del fondo de pensiones para 2003 es la siguiente: los ingresos por cuotas y aportaciones alcanzan para cubrir 37 por ciento del total, por lo que será necesario un subsidio federal de 63 por ciento faltante. Para año 2010 los ingresos cubrirán 20 por ciento de las erogaciones el sector, y el 80 por ciento restante se tendría que cubrir con nuevos recursos del erario.

Los préstamos personales en el instituto también se han incrementado, porque en el 2000 el monto fue de 4 mil 358 millones de pesos, y en 2003 esa cifra se incrementó en 35 por ciento, al alcanzarse 5 mil 930 millones de pesos. Sin embargo, ante la crisis que afecta a los derechohabientes se logró abatir la morosidad, al disminuirse la cartera vencida del 1 a 0.6 por ciento, con lo que se logró la recuperación de mil millones de pesos, de los cuales 500 ya ingresaron a las cajas del instituto.

Las cifras del Diagnóstico general 2003 contrastan con el documento Logros y avances de la gestión institucional 2001-2003, que repartió ayer el jefe de prensa del instituto, Carlos Olmos Tomasini, quien además opera comisiones que le encarga la coordinadora del PRI en la Cámara de Diputados, Elba Esther Gordillo.

El documento sólo dedica una de las 85 páginas que contiene al tema de las pensiones, y se limita a señalar, por el contrario de lo que hace en su diagnóstico -entregado ya a los legisladores federales-, que actualmente el pago a pensionados es de 3.47 salarios mínimos en promedio.

"Gracias a que el Congreso reformó el artículo 57 de la Ley del ISSSTE, a partir de 2002 el instituto actualiza las percepciones de los pensionados de acuerdo con el porcentaje que resulte más alto entre el aumento salarial a los trabajadores activos o el índice inflacionario anual".

Ante la ambigüedad de los informes del ISSSTE, Miguel Alonso Raya consideró al instituto como un organismo en riesgo de viabilidad, porque "está en quiebra técnica debido a que mucho tiempo fue usado como caja chica y no hubo control de los recursos, además que se atiende a los derechohabientes en condiciones deprimentes que causan impacto en cualquiera".

El presidente de la Comisión de Seguridad Social consideró que hasta la fecha la autoridad del instituto sólo ha emitido declaraciones y no un planteamiento formal y claro. En el resto de los actores, dijo, hay conciencia de que se debe realizar una reforma, pero no va a ser la que trate de imponer el Banco Mundial ni la que se le ocurra al gobierno, debe ser una reforma consensuada.

"Queremos garantizar las pensiones, las de hoy y las de mañana. Debe haber una reforma estructural. Debemos revisar los comités que deciden la conformación de la junta directiva del ISSSTE, porque son delegados que nombra la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, no hay mayor capacidad de incidir hasta el fondo".

Alonso Raya manifestó que la seguridad social requiere de una ley marco, con la idea de regular el régimen de pensiones, incluidas las especiales, "y eso implica tocar tres o cuatro artículos que son claves para resolver este asunto, y lo correcto es que el gobierno haga formalmente el planteamiento".