Margo Glantz

En París, el cuerpo femenino Ƒse viste o se desviste?

En París, cada vez más caro, se ha puesto de moda un tipo extraño de limosneros; varias mujeres musulmanas, con la cabeza bien cubierta, aunque no veladas, se sientan debajo de las cajas distribuidoras de dinero, colocadas en sitios estratégicos, directamente en las calles, afuera de los bancos. Y es curioso porque en Francia se sigue debatiendo el problema de la educación laica, avivado recientemente por la expulsión de Alma y Lila Levy-Omar que asistían a sus cursos con la cabeza cuidadosamente cubierta, contraviniendo las leyes republicanas que consideran que las manifestaciones religiosas son exclusivas del dominio privado y no del público.

Varios escritores han hecho suya la polémica en el diario Le Monde: Arnaud Viviant, periodista de la popular revista Les Inrockuptibles dice: ''La disyuntiva a la que se enfrentan actualmente las jóvenes francesas es mostrar lo máximo posible u ocultarse casi totalmente, en realidad las dos caras de la misma histeria".

Para Jean-Fabien Sptiz, profesor de filosofía política en Paris-1, parecería una actitud razonable, pero que encu-bre una evidente confusión, ''hace de la exclusión de esas dos muchachas un caso manifiesto de intolerancia y de violación al derecho de libertad de expresión, sin tomar en cuenta la muy grave discriminación que consiste en impedirles beneficiarse de la enseñanza pública que va en contra de cualquier prejuicio de color o de religión".

El abogado Laurent Levy, padre de las chicas, acusa de mala fe a un articulista del periódico: ''Se les ha exigido a Alma y a Lila que dejen ver la raíz de sus cabellos y sus orejas (y su cuello): sabían perfectamente que se rehusarían a hacerlo". Los filósofos contestatarios del movimiento del 68, Gabriel y David Cohn-Bendit consideran un escándalo lo ocurrido, y exclaman conmovidos: ''Lila y Alma, ustedes tiene un lugar en la escuela laica que se ha deshonrado al excluirlas".

Viviant concluye: ''En esta configuración inédita es triste que se haya decidido reducir en los liceos la enseñanza de la filosofía que trata de esos grandes problemas y se haya favorecido la de la historia de las religiones que trata muy poco acerca de ellos".

Y en el Louvre, una bella y pequeña exhibición, la de las figurillas del siglo II aC, encontradas en varias tumbas de la ciudad griega de Tanagra, bellísimas miniaturas descubiertas a finales del siglo XIX y que se pusieron de moda, esas figuras coloreadas de mujeres muy esbeltas, envueltas en elegantes mantos drapeados que envuelven todo su cuerpo, su cabeza y casi siempre las manos, aunque suela verse a alguna con un abanico que apenas sobresale. También hay mujeres desnudas o más ligeramente vestidas: son las diosas o las ninfas.

La misma historia reiterada: problemas de género, de clase y de raza indefectiblemente. Los emigrantes constituyen el grueso de los indigentes, aunque haya obviamente también mucha gente procedente de los antiguos países socialistas y bastantes franceses, pero escoger a las mujeres para que ejerzan la mendicidad revela una estrategia y nuevas maneras de explotación.

En realidad, parecería que la polémica reseñada se centrara exclusivamente en el cuerpo femenino, expuesto históricamente a los debates, ya sea porque vaya muy cubierto o porque se le haya despojado casi totalmente de sus vestiduras. ƑPor qué, cabe preguntarse, no se polemiza acerca del traje de los jóvenes musulmanes? ƑPor qué las jóvenes se adhieren tan ciegamente a la moda, nueva religión occidental con sus dosis excesivas de anorexia y de bulímico sectarismo? ƑSería lícito exigir que de ahora en adelante las jóvenes francesas laicas se presentaran un poco menos desnudas a sus clases, sobre todo en el verano en que llegan por lo general vestidas con un top muy escotado y unos shorts que en realidad son tangas, o como les llaman en Francia, strings (Ƒhilo dental?)?

''En efecto -señala de nuevo Viviant-, el string es un objeto más complejo que el velo o que por lo menos implica a mayor número de actores". Y agrega: ''Con su clarividencia de costumbre, Segolène Royal ha resumido muy bien el problema al declarar: 'A los ojos de los chavos, el string reduce a las chavas solamente a su trasero' (...) En este momento, concluye, se podría decir entonces que la educación nacional deberá enfrentarse ahora a un doble desafío: convertir a las adolescentes rebeldes a la laicidad en un país en el que se desarrolla el comunitarismo o convertir a las adolescentes rebeldes a las virtudes de la decencia, en un país en el que se protege a la vez la imagen de la mujer y su derecho a vestirse como quiera".