México D.F. Jueves 23 de octubre de 2003
Colaboradores de La Jornada presentan
libro sobre el tema hoy en la UNAM
Persisten en el país efectos de la crisis de
deuda de 82: Bendesky y González Amador
A dos décadas, México da la impresión
de estar en continuo proceso de reconstrucción
ISRAEL RODRIGUEZ
La crisis que estalló en 1982 dejó efectos
adversos en el ámbito productivo, financiero y laboral que prevalecen
después de dos décadas y que no tienen perspectivas de cambio;
dan la impresión de que el país está en un proceso
de reconstrucción casi permanente. Además, los ajustes que
se han aplicado, siguiendo las recetas de los organismos financieros internacionales,
no han funcionado y han demostrado ser un rotundo fracaso que incluso ha
debilitado el tejido social.
Estos
son algunos de los planteamientos del libro De apetitos e intemperancias.
Horizontes de la crisis mexicana, escrito por León Bendesky
y Roberto González Amador, editado por Océano, que será
presentado este jueves a las 18 horas en la Facultad de Economía
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Los
comentarios estarán a cargo de los catedráticos Rolando Cordera
Campos y Clemente Ruiz Durán.
León Bendesky, director del Sistema de Información
Regional de México (Sirem) y catedrático de la Facultad de
Economía, comentó en entrevista que el libro surgió
de que en 2002 se cumplieron 20 años de la crisis de la deuda externa,
cuyos efectos y fragilidad financiera se evidencian en el estancamiento
productivo general, fuertes desigualdades entre los grupos de la población,
las actividades económicas y las regiones.
"Me refiero a que se ha ocasionado un largo periodo de
empobrecimiento, caída del ingreso per cápita, una baja en
la inversión. Esas condiciones han hecho que el país haya
tenido muy poco crecimiento económico y se haya acumulado una enorme
cantidad de población en situación de pobreza".
El también colaborador de La Jornada aseguró
que el país vive todavía bajo los signos que han marcado
las pasadas dos décadas, y no hay aún evidencias de un cambio
decisivo de las tendencias prevalecientes que permitan emprender una etapa
de desarrollo.
Bendesky precisa que el eje es el aspecto financiero que
estalló con la crisis de la deuda de 1982 y que llegó primero
con la privatización de los bancos. Luego, la nacionalización
y después la crisis de 95.
"La crisis, como el título lo indica, se inició
en 1982, incluso un poco antes, con el surgimiento de excedentes petroleros
y después con las reformas económicas y los crecientes flujos
de capital en la década de
80 y 90. En México se generaron grandes apetitos por parte de todos;
por una lado el gobierno promovía grandes programas, como la insistencia
en la privatizaciones, la globalización comercial, la liberalización
financiera, la apertura comercial y las negociaciones de tratados comerciales
con prácticamente todo el mundo."
También generó grandes apetitos de los grandes
empresarios, sobre todo los que se dedicaron a la especulación.
Realmente lo que pasó en México, explicó el académico,
fue una enorme intemperancia especulativa. "La especulación, como
sabemos, es contraria a la generación de riqueza", afirma.
"Hay que recordar la afortunada frase de Keynes, que decía:
No importa que haya una burbuja de especulación en un mar de inversión,
pero el problema es cuando hay un mar de especulación con una burbuja
de inversión, y esto fue precisamente lo que ocurrió en México.
"Nos propusimos escribir un ensayo de interpretación
y, por lo tanto, el libro reseña los acontecimientos y los hechos
de las personas que participaron en los procesos y las posturas que siguieron
manejando tanto en el aspecto interno como externo del país."
El texto, añade, está bien documentado y
argumentado; "lo que aspiramos es que sea un punto de referencia para el
debate y la discusión de lo que ha ocurrido en México, pero
también para darnos cuenta de qué es lo que eventualmente
debemos hacer para superar esta condición de estancamiento de enorme
especulación y concentración de la riqueza que no favorece
para nada la situación económica del país".
Roberto González Amador, reportero de La Jornada
y experto en temas financieros, bursátiles y económicos,
señala: "La crisis que se ha extendido por más de 20 años
ha ceñido a la sociedad mexicana a diversos ajustes acompañados
de una degradación en la convivencia social que se expresa y se
observa todos los días. Incluso ha debilitado el tejido social".
González Amador menciona que la crisis mexicana
ha sido enfrentada con soluciones poco imaginativas por parte de los políticos
y más que resolver el problema se han acatado políticas que
ahora han mostrado sus deficiencias y su fracaso.
"Ha habido pobreza intelectual de los gobernantes." El
libro no es un texto académico, aclara. "Es un trabajo que mezcla
la parte académica y periodística y es un punto de vista
que permite la discusión y es un material para la reflexión."
El coautor destaca que los ajustes a los que se ha sometido
recurrentemente a la sociedad mexicana sólo han sido aplicados para
pagar los intereses de la deuda. "Los excedentes fiscales que se propone
obtener el gobierno, a partir de aplicar medidas antipopulares que van
en detrimento del nivel de bienestar de la población", así
como los mayores recursos que se obtendrán de la venta del petróleo,
se destinan y continuarán canalizándose al pago del débito
externo, mientras no haya un cambio de modelo.
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