México D.F. Sábado 18 de octubre de 2003
Sánchez de Lozada "no renunció,
el pueblo lo corrió", dice el dirigente opositor
Larga todavía, la batalla en Bolivia contra
el mercado y las trasnacionales: Evo Morales
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 17 de octubre. Gonzalo Sánchez
de Lozada no renunció, "el pueblo lo corrió", pero ahora
hay que estar atentos para que no haya un final con impunidad, porque ésta
es una batalla larga contra el mercado y las trasnacionales, dice Evo Morales.
La tarde de este viernes era de tensa espera en Bolivia,
con la virtual huida del presidente Sánchez de Lozada, quien sin
dar la cara dejó en manos del Parlamento la resolución de
la crisis: búsqueda de un consenso ante la emergencia, en horas
de reuniones y consultas para evitar cualquier intento golpista y lograr
una salida constitucional, pero sin dejar afuera a los protagonistas del
levantamiento popular en Bolivia.
En ese contexto, La Jornada habló telefónicamente
con Morales, diputado indígena y líder del Movimiento al
Socialismo (MAS), quien se encontraba en Cochabamba, la tercera ciudad
del país, deliberando con el llamado Estado Mayor del Pueblo.
Este
líder de los cultivadores de coca de la región de Chapare,
en el centro de Bolivia, quien obtuvo un histórico apoyo en las
ur-nas hace poco más de un año, es uno de los dirigentes
más destacados en estos días, con una fuerte presencia a
nivel nacional.
Con Felipe Quispe, también indígena co-mo
él y con quien se ha enfrentado en algunos momentos, se convirtieron
en cabezas visibles de la rebelión, en una unidad difícil
pero que resultó efectiva a la hora de la gran insurrección
popular que se inició hace un mes y fue creciendo hasta paralizar
La Paz y otras ciudades.
Pero comienza ahora otro momento, no menos complejo, mientras
corrían especulaciones sobre un posible golpe de Estado auspiciado
por Washington, que -dicen- no se resigna "ni entiende el golpe a la mandíbula
que le dio un pueblo pobre y olvidado".
"Sánchez de Lozada escapa, huye como rata, pero
nosotros decimos que no puede haber un final con impunidad para quienes
sembraron muerte entre nuestros hermanos. Lo que él cometió
aquí son delitos de lesa humanidad; recién estamos conociendo
realmente la cantidad de víctimas. Estamos dispuestos a ir a donde
debamos ir, si es posible a las cortes internacionales, a la Corte Penal
Internacional", señala Morales, quien representa a miles de familias
aimaras y quechas que viven del cultivo de la hoja de coca.
"No puede ser que en Bolivia nadie haya pagado por crímenes
contra el pueblo", dice.
Morales prefería no cantar victoria sino mantener
cautela, a la espera de la sesión del Congreso: "No es sólo
decir que el Goni renunció, como si lo hubiera hecho por
su voluntad. Es el pueblo boliviano el que lo corrió, porque a pesar
de las matanzas estuvo de pie y cada vez movilizando a más sectores.
Esta ha sido una enorme derrota para ese poder de mafias, pero tenemos
que estar atentos. Hay una historia en Bolivia que nos llama a estar alertas.
Por eso nos mantuvimos aquí reunidos con el Estado Mayor del Pueblo,
porque éstas son horas muy decisivas, de aquí a mañana
y de ahí adelante".
El Estado Mayor del Pueblo considera que el sucesor de
Sánchez de Lozada debe convocar a todos los sectores protagonistas
de estas jornadas, que comenzaron hace más de un mes en la llamada
"guerra del gas".
Terminar con las mafias
"No se trata sólo de una renuncia, sino de acabar
con historias de mafias, de corrupción, y también de acabar
para siempre con la impunidad -insistió. Se ha ganado mucho, una
enorme batalla, pero no aún esta guerra que nos llevó a todos
a estar en las calles y en las rutas. Hemos logrado consensos sobre diferencias,
pero éstas pueden volver a ser agitadas. Este triunfo popular debe
ser un ejemplo a escala nacional para continuar en nuestra labor de unidad,
para avanzar en la organización, en la movilización", añadió.
Aclaró sin embargo que "el MAS no planea cogobernar
con nadie. Hemos sido protagonistas con nuestros hermanos, y nuestra voz
y demandas deben estar allí, pero difícilmente podríamos
compartir gobierno, porque hay grandes diferencias de todo tipo".
Cualquier proyecto en Bolivia debe estar consensuado con
todos, "integrar a todos", sostuvo, y precisó que el Estado Mayor
del Pueblo consultará cada paso con sus bases, y que existe convocatoria
a reunión nacional.
Detrás quedan decenas de muertos y centenares de
heridos. Evo Morales pertenece a una familia indígena de la comunidad
aimara y a los 43 años disputó la presidencia con el empresario
multimillonario que terminó siendo corrido por la insurrección,
a la que no pudo vencer pese a la brutal represión.
En las elecciones de junio de 2002, como candidato del
MAS, Morales llegó hasta el final, pero su posibilidad se vio frustrada
por una votación del Congreso, sometido a presiones de la embajada
estadunidense. El gobierno de George W. Bush amenazó suspender la
ayuda a Bolivia si Evo ganaba.
Morales
surgió como dirigente en Chapare, en el trópico boliviano,
en los 80. Allí viven productores de la hoja de coca, de uso tradicional
en las comunidades indígenas co-mo medicina, para resistir las alturas
y también la desnutrición, gracias al porcentaje de calorías
y carbohidratos que contiene.
Son "los países ricos, con sus productos químicos
a los que nosotros no tenemos acceso, los que la convierten en droga, en
cocaína. Por eso luchamos para terminar con esa hipocresía,
que nos convierte a nosotros en culpables", ha afirmado Morales, electo
en 1997 diputado por el MAS.
"Bolivia tiene casi 8 millones de habitantes. La mayoría
somos quechuas, aimaras, guaraníes. Por eso los pueblos originarios,
campesinos y trabajadores, luchan para cambiar el modelo. Hemos visto que
es posible construir un movimiento político alternativo a las políticas
neoliberales, gracias a la conciencia del pueblo y a las organizaciones
sociales del país. Este sistema y este modelo significan la destrucción
de los pueblos, por eso este levantamiento", asegura.
"Hemos luchado contra las trasnacionales -recuerda-, el
poder hegemónico mundial y sus representantes aquí, y también
contra el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, instrumento
económico de dominación, so-metimiento y recolonización.
Hemos luchamos contra proyectos militaristas como el Plan Colombia, por
eso quisieron aterrorizarnos con masacres y represión".
Ahora "tenemos claro que el gran problema es que la próxima
guerra aquí no sólo va a ser por los recursos naturales,
como petróleo, gas y agua, sino también por el mercado. (...)
siempre dijimos que había que librar esta batalla para que el mercado
sea controlado por los pueblos y no por las trasnacionales. Bolivia ha
dado un paso, con mucho dolor y mucho sacrificio", dijo por último.
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