México D.F. Domingo 12 de octubre de 2003
El alcalde de Bogotá explica su proyecto
para contrarrestar la violencia urbana
La cultura contiene la agresividad: Antanas Mockus
DANIELA PASTRANA
Hace tres días una bomba terrorista provocó
la muerte de seis personas en Bogotá, y el viernes Antanas Mockus,
el polémico alcalde de la capital colombiana, estaba cortando el
listón de inauguración de la feria de libro de la ciudad
de México. Como nadie, el ex rector de la Universidad Nacional de
Colombia (que saltó a la fama en 1994, cuando se bajó los
pantalones en una conferencia ante estudiantes) es promotor de las expresiones
culturales como medio para contrarrestar la violencia urbana.
''Las manifestaciones culturales -dice Mockus a La
Jornada- ayudan a que la gente tenga identidad compartida, que tenga
más formas de expresar sus emociones. Una emoción casi siempre
contiene una orientación a la acción. Si a uno le da miedo,
lo enfrenta o corre. Si tiene vergüenza, se esconde. Si siente culpa
usualmente se orienta hacia pedir perdón. Entonces, si tu repertorio
cultural es muy pobre, en todos esos saltos a la acción pueden pasar
cosas trágicas". La conclusión parece obvia: "Vía
cultura construyes identidad y la identidad cultural entraña deberes
y criterios de excelencia".
Este
colombiano de origen lituano sabe de lo que habla. En dos gestiones como
alcalde mayor de Bogotá ha hecho de lo que llama "cultura ciudadana"
una política de gobierno. "Filósofo, matemático y
loco", como le dicen los bogotanos, está convencido de que una de
las explicaciones de la violencia es que la gente se queda sin opciones
para expresar las emociones. "Conseguirse una foto y chuzarla con alfileres,
quizá no es muy atractivo para usted ni para mí, pero para
una persona puede ser una alternativa muy seria para no atacar a otra físicamente",
dice. Igual hay muchos ejemplos de comunidades donde el castigo cultural
es tan fuerte que hace el mismo daño que el castigo físico.
El slam, por poner un caso, "a primera vista es
casi un culto a la agresión, pero realmente es todo un ejercicio
de contención de la agresividad''.
-El tema de la semana aquí ha sido que la policía
no actuó en contra de los jóvenes que saquearon comercios
durante la marcha del aniversario del 2 de octubre... ¿Qué
hacemos con los jóvenes, que en muchos casos buscan provocar enojo
de la sociedad?
''Hay un poema de (Gioavani) Pico della Mirandola que
dice que Dios creó al ser humano y a diferencia de todas las demás
criaturas lo dejó incompleto para que él mismo se acabara
de hacer. La juventud está en el momento de máxima distancia
de la ley. Y lo es en parte porque es el momento de máxima exploración
de identidad propia. El '¿quién voy a ser yo?' Y aunque se
plantea en primera persona, es sumamente influido por modelos externos.
Los jóvenes tienen muy claro lo que quisiéramos los adultos
que ellos fueran, pero no necesariamente tienen claro que esa sea la mejor
opción. Están buscando, y además eso es placentero,
es la libertad, el descubrimiento".
Sin embargo, dice Mockus, aún en estas manifestaciones
pueden encontrarse "fenómenos interesantísimos de autoregulación".
En eso influye mucho la presión de los grupos.
"Si eres parte de una banda, si en tu grupo de pares te
acreditas como un tenaz, como un súper sardina, haciendo cierto
tipo de cosas, entonces hay reconocimiento social por hacerlas y hay amenaza
de exclusión si no lo haces. Pero en una manifestación están
también otros grupos, entonces lo que claramente muestran estos
hechos es que la capacidad de presión del grupo grande, pacífico,
no fue suficiente para frenar el desmadre de esos grupos pequeños.
El problema es que nuestros jóvenes son muy poco organizados".
Pero la alternativa, sostiene Mockus, no puede ser la
impunidad, sino la búsqueda de opciones para la construcción
de nuevas reglas de grupo.
Bogotá, donde la cultura cívica ha tenido
una transformación de 180 grados en menos de 10 años, es
un buen ejemplo. "A veces ni siquiera necesitas que la ley o la moral o
la cultura te lo digan, a veces el puro pronóstico y consecuencia,
la pura coherencia con tus objetivos te dice: 'oye, no fastidies a la gente'".
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