México D.F. Domingo 12 de octubre de 2003
Informe de especialistas denuncia concesiones
irregulares y subsidios a empresas privadas
Documentan estrategia oficial para debilitar a la CFE
y privatizarla
"De continuar esa práctica, se traducirá
en un aumento brutal en tarifas para usuarios menores"
ANDREA BECERRIL
El gobierno federal no sólo ha permitido un comercio
ilegal de electricidad al otorgar permisos irregulares para que empresas,
en su mayoría extranjeras, hagan "un gran negocio" al generar fluido
eléctrico, sino que además las subsidia al permitirles el
uso casi gratuito de la red nacional y otorgarles tarifas de respaldo muy
por debajo de su costo real.
Tan sólo en el caso de las 14 concesiones más
importantes, de un total de 225 otorgadas a trasnacionales, el subsidio
fue de 3 mil 339 millones de pesos durante el año pasado, cifra
que se habrá de elevar anualmente, lo que representa un grave daño
patrimonial a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Pero hay más. Esas 14 empresas privadas, que operan
bajo la simulación de las figuras de abastecimiento y cogeneración
-con permisos expedidos entre abril de 1996 y diciembre de 2002-, le han
quitado a la CFE 550 de sus principales usuarios, que representan 22 por
ciento de sus ingresos y significan una pérdida anual estimada en
20 mil millones de pesos.
La
estrategia es muy clara: se busca debilitar a la CFE, hacerla aparecer
como ineficiente, para luego tener argumentos que justifiquen la privatización,
ya en marcha, del sector eléctrico, se advierte en un estudio elaborado
por especialistas en la materia, incluido en uno de los anexos de la denuncia
que el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales del
Senado, Manuel Bartlett, presentó ante la Auditoría Superior
de la Federación (ASF).
Ese documento y otros escritos sobre el debate de la reforma
eléctrica que se ha dado en los pasados tres años, entre
ellos los dictámenes por los que se rechazaron las iniciativas de
Ernesto Zedillo, del PAN y de Vicente Fox, fueron compilados por Bartlett
en un volumen de 500 cuartillas, que se entregará este lunes a todos
los senadores para su conocimiento y análisis. Será el punto
de partida para el debate que se dará en la fracción priísta
el próximo día 22.
En el estudio se señala que, pasando por encima
de la Constitución, la administración de Ernesto Zedillo
y la actual de Vicente Fox han otorgado 240 permisos para la generación
eléctrica, de los cuales 225 siguen vigentes y en su conjunto producen
19 mil 973 megavatios, 54 por ciento de la capacidad del parque de generación
de la CFE.
Se trata, añade, de un comercio ilegal de electricidad,
ya que se simulan sociedades de autoabastecimiento, cogeneración,
productores independientes, además de permisos de exportación,
cuando en realidad se trata de producir electricidad para venderla. Además
de ello, a las empresas privadas se les subsidia con tarifas de respaldo
y de porteo, que están muy por debajo de su costo real.
Se precisa en el documento que las empresas privadas contratan
con la CFE lo que se conoce como servicio de respaldo, es decir, que cuando
deje de funcionar alguna de sus unidades generadoras, lo que normalmente
puede prolongarse por semanas o meses, de inmediato entra a la suplencia
la CFE y cobra por ello una tarifa mensual que varía en función
del tipo de falla que se trate.
Las tarifas que estableció la Comisión Reguladora
de Energía son en promedio de 9.84 pesos por kilovatio de demanda
reservada para respaldar la generación eléctrica por falla,
precio muy bajo que no cubre los costos de amortización de las inversiones
en plantas que tendría que construir la CFE para suministrar electricidad
ante eventuales salidas de las centrales eléctricas de empresas
privadas.
Igualmente sucede con las tarifas de porteo, es decir,
el cobro que la CFE hace a las trasnacionales por el uso de los servicios
de transmisión, ya que no cuentan ni con líneas eléctricas
ni con centrales propias. Además de que las empresas ya instaladas
se encuentran en lugares remotos al sitio donde se localiza la central
o el sistema de cogeneración al que están vinculadas, hace
necesario que usen la red pública. Por ese servicio de transmisión
se les fijó una tarifa de 0.0284 pesos por kilovatio hora -era la
vigente hasta agosto de 2002-, que es excesivamente baja, ya que esa cifra
sólo cubre una parte de los costos reales de la CFE.
Las tarifas medias europeas por transmisión eléctrica
son tres veces mayores que las que se han estado aplicando en México.
De ahí resulta que las tarifas de porteo y de respaldo que la CFE
aplica, por instrucciones del gobierno federal, representan un subsidio
implícito a las corporaciones privadas. En el caso de los 14 permisos
citados, el monto del subsidio se estimó en 3 mil 339 millones de
pesos durante 1992.
Esos subsidios no están contemplados en el Presupuesto
de Egresos de la Federación y afectan además las finanzas
de la paraestatal y su capacidad para atender a otros usuarios.
Esto contradice también el supuesto de que el gobierno
federal no tiene recursos para invertir en plantas destinadas al servicio
público, pero sí tiene para construir centrales que habrán
de respaldar los proyectos de las trasnacionales
Se destaca también que en la estimación
de inversiones para mantenimiento contempladas en la iniciativa del presidente
Fox para la apertura eléctrica, se incluye presupuesto para los
productores privados de electricidad.
Aunado a ello, la CFE ha perdido a buena parte de sus
clientes. Las 14 empresas privadas que ya operan recibieron la transferencia
de 550 usuarios de la paraestatal, lo que le significa una pérdida
de 22 por ciento de sus ventas y 20 mil millones de pesos de sus ingresos
anuales.
De continuar esas prácticas fraudulentas, a la
larga se traducirá "en un brutal incremento a las tarifas para los
usuarios menores", que son la mayoría, concluye.
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