México D.F. Lunes 6 de octubre de 2003
TOROS
Ejercerá presión para obligarlo a anular
el castigo que pesa sobre Enrique Ponce
Herrerías prepara una campaña de medios
en contra de López Obrador
Comienza esta semana el canje de los derechos de apartado
Elenco de "momias"
LUMBRERA CHICO
Gracias a los extraordinarios reportajes que Enrique Méndez
publicó el viernes y el sábado en la contraportada de La
Jornada, el gran público no especializado en cuestiones taurinas
conoce ahora, con lujo de detalles, las inaceptables trapisondas del empresario
de la Monumental Plaza México, que violan flagrante y reiteradamente
la ley, atentan de punta a cabo contra los actores más importantes
de la fiesta brava y atropellan los derechos más elementales de
quienes asisten al coso de Insurgentes.
Nada, sin embargo, parece conmover a las autoridades del
Gobierno del Distrito Federal (GDF), que prefieren adoptar la odiosa postura
de "ni los oigo ni los veo", de tan triste recuerdo, con tal de garantizar
la continuidad del espectáculo en la ciudad que administran. Por
desdicha, en virtud de este criterio erróneo, los dueños
de las tarjetas del derecho de apartado serán víctimas de
una nueva estafa, por un valor aproximado a 20 millones de pesos.
Rafael
Herrerías, develado ahora como testaferro de Miguel Alemán
Magnani, ha anunciado el elenco de la próxima temporada "grande",
afirmando que no contratará a ningún diestro español
de a pie debido a que todas las figuras de la península ibérica
se negaron a actuar en la México "en solidaridad con Enrique Ponce",
el tramposo matador valenciano castigado por la delegación Benito
Juárez con una suspensión de un año por haber violado
el reglamento vigente durante la corrida del 5 de febrero pasado.
Esta, quizá valga la pena recordarlo, es una descarada
mentira. En la España de Juan Carlos I nadie se ha "solidarizado"
con Ponce. Esta página, y las secciones taurinas de todos los periódicos
del país, dieron a conocer en mayo que el apoderado de Julián
López El Juli declaró a la prensa de allá que
su ex niño prodigio no regresará a México mientras
Herrerías siga siendo el cacique de Mixcoac.
Por su parte, Joselito tampoco vendrá, habida cuenta
de la falsificación de su contrato que Herrerías cometió
el año pasado, caso en el que también se encuentra José
Tomás. Las denuncias penales por ese doble fraude siguen empolvándose
en la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, donde hay consigna
de no darles seguimiento.
En las mismas circunstancias se hallan 11 toreros ibéricos
más, a quienes Herrerías también falsificó
sus contratos. O sea que de "solidaridad" con Ponce no hay ni un ápice.
Lo que Herrerías pretende es que la afición, y la prensa
incondicional a sus órdenes, inicien una campaña contra Andrés
Manuel López Obrador para exigirle que levante el castigo a Ponce,
de modo que éste retorne y traiga del brazo a los toreritos de allá.
Mientras tanto, el prestanombres de Alemán Magnani
sacará a la venta el derecho de apartado esta misma semana, y a
los tenedores del mismo no les quedará más remedio que canjear
sus tarjetas, porque si no las perderán para siempre. O sea que
se verán obligados a conservarlas, porque Herrerías los ha
sometido a un chantaje con el pleno respaldo de la autoridad. Pero además
de ser tratados como víctimas de tal extorsión, sufrirán
el correspondiente aumento de 20 por ciento en los precios que la "empresa"
les impondrá como todos los años.
Entrevistado por Méndez, Jorge de Jesús
El Glison aseguró que "López Obrador no parece darse
cuenta de la mancha que esta decisión absurda dejará en la
historia de su gobierno". Porque, si todo transcurre como en el pasado
inmediato, después del incremento a los derechos de apartado vendrá
el de las entradas a cada corrida. ¿Y qué ofrecerá
Herrerías a cambio a los aficionados? Un catálogo de toreros
viejos, en plena decadencia, que ya nada tienen que decirle a nadie, junto
a los cuales pondrá a los ex novilleros más recientes, de
los cuales ninguno ha alcanzado el grado de figuras.
En virtud de todo lo anterior, quedará sin efecto
la denuncia por amenazas de muerte que el juez Ricardo Balderas, a quien
Enrique Méndez describe como "un anciano de 80 años", interpuso
contra Herrerías. Si no se atiende esta queja, Balderas se convertirá
en la única persona de la tercera edad a quien el GDF niega la protección
debida.
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