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México D.F. Viernes 26 de septiembre de 2003
Llaman galenos a garantizar a la mujer los derechos sexuales y de reproducción
Los abortos clandestinos son la violación más grave a la ética médica: especialista
Para Ruy Pérez, en el tema no habrá soluciones fáciles, pues se involucra la irracionalidad
JOSE GALAN
La sociedad mexicana debe garantizar, especialmente a la mujer, los derechos sexuales y reproductivos como la planificación familiar, incluida la anticoncepción de emergencia. Además, el aborto debe ser incluido en los estudios universitarios, para que los estudiantes sean capaces de responder a los desafíos presentes y futuros, dentro de una perspectiva de ética médica laica, coincidieron médicos y activistas sociales que discutieron el tema.
Durante el foro Salud, ética y aborto, celebrado en el Hospital General de México, Gregorio Pérez Palacios, coordinador de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que se desempeña como profesor titular C de tiempo completo, sostuvo que en la discusión sobre el momento en que se inicia la vida humana "no es fácil trazar la raya, ya que desde una perspectiva biológica, es más que difícil señalarlo", y advirtió que la concepción no es sinónimo de fertilización. "No se puede dar respuesta a la interrogante de si el embrión ha iniciado su desarrollo o no en los primeros momentos de la fertilización", agregó.
Advirtió que la principal violación a los códigos de ética médica "es la práctica del aborto en pésimas condiciones sanitarias". Consideró que la clandestinidad pone en riesgo no sólo a la mujer sino también al producto, "lo que constituye un serio reto de salud pública". Reconoció que sobre el número de abortos clandestinos en México no hay datos precisos, pero las cifras oficiales los sitúan en cerca de 110 mil anuales, "aunque hay otros cálculos que ubican la cantidad en casi medio millón al año".
Ruy Pérez Tamayo, de amplia trayectoria en la medicina en México y actualmente miembro del Colegio de Bioética, se mostró pesimista sobre el tema del aborto al advertir que "no habrá soluciones fáciles, como pudiera ser la píldora abortiva", porque en el debate se introduce "un elemento de irracionalidad y, por ende, se genera un diálogo de sordos". Advirtió, sin embargo, que la ética no es sólo de libros o palabras, sino de acciones, y que se debe distinguir entre la ética general y la ética médica, que se refiere específicamente a la profesión.
En medicina la ética, agregó, tiene tres significados: preservar la salud, curar o aliviar, y evitar muertes prematuras o innecesarias, "y se debe enfocar una ética médica en función de esos tres puntos. Todo lo que interfiera es éticamente malo", dijo. "El médico no debe imponer sus creencias, su forma de vivir, al paciente para poder mantener una buena relación con él".
Coincidió con Marta Lamas, integrante del Grupo de Información en Reproducción Elegida, en que nadie está de acuerdo con el aborto.
"Es una tragedia, porque interfiere con la ética del médico, no con la ética médica", dijo.
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