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E C O N O M I A
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México D.F. Viernes 26 de septiembre de 2003

MEXICO SA

Carlos ernández-Vega

Mal negocio pedir préstamos cuando se necesita dinero

Por cada dólar de crédito, América Latina pagó 3 de intereses sin que baje la deuda

EL GOBIERNO ARGENTINO HIZO público un plan para renegociar 94 mil 300 millones de dólares de su débito externo, con una "quita" cercana a 75 por ciento de su valor nominal, propuesta que de inmediato fue rechazada por los acreedores de esa nación.

LA RECURRENCIA DE LA crisis de la deuda externa no ha sido una exclusiva argentina (México y Brasil, por ejemplo, pueden dar cátedra del tema) en América Latina, pero en esta ocasión el país conosureño reúne tres condiciones para que los organismos financieros internacionales y los acreedores privados ponderen el mencionado plan, bajo el esquema "de lo perdido, lo que aparezca".

AUN ASI, DE SER APROBADO el nuevo plan del presidente Néstor Kirchner atemperaría el problema de la deuda, pero no lo resolvería, toda vez que quedarían pendientes otros 84 mil 493 millones de dólares. De hecho, el cálculo oficial indica que para diciembre de este año el saldo de dicho débito llegaría a 178 mil 795 millones de dólares.

DE IGUAL MANERA, SE estima que la fuga acumulada de capitales reportada por el país conosureño ronda los 140 mil millones de dólares, depositados en cuentas privadas en bancos de otras naciones.

A LO LARGO DE LAS DOS décadas anteriores, Argentina, al igual que México, Brasil y demás naciones latinoamericanas, ha cubierto con creces los préstamos originalmente concedidos, y aún así el saldo de su deuda es voluminoso y creciente. Para la región, el acumulado roza los 750 mil millones de billetes verdes.

POR ELLO, Y JUNTO CON SU plan de restructura, el presidente Kirchner exigió ayuda internacional desde la tribuna de la ONU para que los países endeudados puedan reconstituir su solvencia económica y su capacidad de pago. "Nos hacemos cargo como país de haber adoptado políticas ajenas para llegar a tal punto de endeudamiento, pero reclamamos que aquellos organismos internacionales que contribuyeron, alentaron y favorecieron esa deuda también asuman su cuota de responsabilidad. Cuando una deuda adquiere tal magnitud, la responsabilidad no es sólo del deudor sino también del acreedor".

EL MANDATARIO ADVIRTIO que "resulta paradójico y casi ridículo que se pretenda que paguemos nuestra deuda y al mismo tiempo se nos impida comerciar y vender nuestros productos", al tiempo que reclamó ayuda internacional concreta, medidas que promuevan crecimiento y desarrollo sustentable, así como acceso a los mercados de los países desarrollados, sin lo cual "el pago de la deuda se vuelve una verdadera quimera... Nunca se supo de nadie que pudiera cobrar deuda alguna a los muertos".

EFECTIVAMENTE, LA "SOLUCION" que los organismos financieros internacionales y los acreedores privados han promovido a lo largo de los años para "superar" la crisis de la deuda ha sido un rotundo fracaso para las naciones endeudadas, pero un excelente negocio -económico y político- para ellos. Sólo en el aspecto financiero se estima que por cada dólar concedido como crédito original, América Latina ha pagado hasta tres dólares por concepto de intereses, sin que el saldo del débito original descienda.

EN TORNO A LA CRISIS de la deuda, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz ha dicho que "los banqueros son amigos en tiempos de bonanza: están dispuestos a prestar cuando los países no necesitan dinero. Y los países cometieron la insensatez de dejarse seducir por el atractivo de los préstamos. Pero cuando las cosas se ponen difíciles, los bancos exigen la devolución de su dinero. América Latina ciertamente ya había visto todo esto, y con creces, 20 años antes, cuando al entrar en recesión los prestamistas no sólo se habían negado a concederle créditos, sino que le habían pedido la devolución de su dinero".

ADEMAS, SI BIEN SE SUPONIA que los acreedores multilaterales tenían el deber de ayudar a los países en épocas de necesidad, "con frecuencia sólo servían para agudizar los problemas. Generalmente, en esos periodos de crisis, cuando los países están en una situación desesperada, lo único que se plantea es cuánto dinero devolverán a Estados Unidos y a los demás países industrializados avanzados. Hay una corriente neta de capital que sale del país, y no que entra. Las conversaciones entre el Fondo Monetario Internacional y Argentina no versaban acerca de los préstamos adicionales que se otorgarían, sino sobre cuánto de lo que debía ese país se tendría que devolver al año siguiente".

SIN EMBARGO, EL FONDO, en las políticas que se adoptaron en forma tan generalizada en América Latina, que promovían activamente la liberalización de los mercados de capitales, "pareció estimular las mismas fuerzas que originaban el problema. La disposición a contraer préstamos con un financiamiento a corto plazo fue particularmente descaminada. No se pueden construir fábricas con dinero que puede entrar o salir del país de un día para otro. La prudencia aconseja hoy en día a los países mantener reservas por un monto equivalente al de sus deudas de corto plazo en moneda extranjera".

LO ANTERIOR SIGNIFICA que si un país contrae un préstamo por 100 millones de dólares, debe tener en reserva ese mismo monto -es decir, 100 millones de dólares de dinero público- que podría haberse utilizado para construir escuelas o carreteras. "Esas reservas le generan una ganancia, pero la situación del país en conjunto es peor, porque las reservas se mantienen normalmente en letras del Tesoro estadunidense a corto plazo en dólares que hoy en día tienen, digamos, una rentabilidad de menos de 2 por ciento, mientras el país tiene que pagar tal vez 18 por ciento o más al banco estadunidense. El costo neto para el país es de 16 millones de dólares, una transferencia neta de la nación en desarrollo a Estados Unidos. Esto puede contribuir al crecimiento de Estados Unidos, pero es difícil imaginar que pueda favorecer el crecimiento de los países en desarrollo pobres. Esta situación que acabo de describir demuestra que el costo total de los préstamos no corre por cuenta del prestatario, y esto es también una falla del mercado".

Las rebanadas del pastel:

FELIZ, EL GOBERNADOR DEL Banco de México, Guillermo Ortiz, celebra que la economía nacional "ya no se desajusta tan fácil como antes"... Qué bueno, pero el problema es que tampoco se ajusta y allí están los resultados.

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