México D.F. Martes 23 de septiembre de 2003
Se esperaba que el presidente recibiera a Norm Coleman
Senador estadunidense concluye gira en Cuba sin entrevistarse con Castro
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 22 de septiembre. El senador estadunidense Norm Coleman concluyó hoy un viaje de cuatro días a Cuba, en el que se entrevistó con integrantes de la mermada oposición interna, pero no logró hablar con el presidente Fidel Castro.
Castro suele recibir a políticos estadunidenses de ese nivel, como lo hizo la semana anterior con el también senador Max Baucus y el diputado Dennis Rehberg, como parte de una política de diálogo entre el gobierno cubano y sectores del Congreso de Estados Unidos que discrepan con la política oficial de represalias económicas contra Cuba.
Baucus y Rehberg, ambos del estado de Montana y activos impulsores de una legislación en favor de la libertad de viajar a la isla, hablaron cuatro horas con Castro, en la noche del domingo 14 al lunes 15. Antes habían visitado en su casa al opositor Osvaldo Payá, uno de los líderes de la disidencia local que permanece en libertad, tras la detención y condena de 75 activistas hace seis meses.
Coleman, republicano de Minnesota, presidente del Subcomité para el Hemisferio Occidental y miembro del Comité de Agricultura del Senado, también habló con Payá y comió con otros dos de los dirigentes opositores que están libres, Vladimiro Roca y Elizardo Sánchez.
Fue la primera ocasión en que Sánchez se reunió con un visitante extranjero, después de haber rechazado la versión del gobierno, difundida hace un mes, de que el activista colaboró durante cinco años con la policía política.
El viaje de Coleman parecía un eslabón más de una cadena de contactos, hasta que este lunes se supo que no fue recibido por Castro el domingo en la noche, como se esperaba. La clave pudiera estar en que Coleman dijo a periodistas estadunidenses en La Habana que había cambiado de opinión respecto a su precedente oposición al bloqueo económico contra la isla y ahora pensaba que éste no es el momento de levantarlo.
Coleman agregó que el obstáculo principal eran los 75 presos y, antes de modificar la política de coerción hacia Cuba, él esperaba algún "gesto" de Castro, como la liberación de los detenidos.
Baucus y Rehberg dijeron aquí en una conferencia de prensa que abogarían ante Castro por los presos, pero no dudaron en mantener su oposición al embargo; asimismo, alentaron a los empresarios de Montana a concertar negocios con Cuba y firmaron una carta de intención por 10 millones de dólares para operaciones entre agricultores de ese estado y la isla.
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