México D.F. Miércoles 3 de septiembre de 2003
La necesidad de entender el tema acompañó
a Palou durante la escritura de Malheridos
"Aún sin respuesta, cómo un pueblo educado
se dejó seducir por Hitler"
La ocupación de la isla de Sark y una historia
de amor, otros hilos conductores del libro
CESAR GÜEMES
La ocupación del único territorio inglés
que durante la Segunda Guerra Mundial consiguió tomar Alemania,
una historia de amor referida por el filósofo peruano Fernando Carvallo
y la necesidad de explicarse literariamente cómo un país
entero se dejó seducir por las ideas de Hitler, son los elementos
que dieron origen a Malheridos, la más reciente novela de
Pedro Angel Palou, que acaba de entrar en circulación bajo el sello
de Joaquín Mortiz.
Los
hechos de Malheridos se viven en la isla inglesa de Sark, a la cual
acudió hace un par de años el filósofo, periodista
de Radio Francia y profesor del Instituto de Altos Estudios Latinoamericanos
de París Fernando Carvallo, para dar fin a uno de sus varios libros.
Ahí, Carvallo tuvo noticia de cierta historia de amor que refirió
a Palou. Ese fue el disparador de la trama: "Como el sitio era muy singular,
en vez de ocupación hubo una especie de coexistencia pacífica
entre los alemanes y los habitantes de Sark. Ante las referencias de Carvallo,
decidí investigar sobre la isla y al paso del tiempo logré
armar un buen archivo, tanto bibliográfico como visual. Ese contexto
geográfico e histórico me permitió situar una trama
de amor con triángulos paralelos en la que venía trabajando
desde tiempo atrás".
En cuanto a las razones que llevan a un prosista mexicano
a interesarse por la Segunda Guerra Mundial, expresa el también
autor de La nómada tristeza y actual secretario de Cultura
de Puebla: "Pocas generaciones tienen la posibilidad de enfrentarse al
mal absoluto, como lo definimos quienes podemos observar el resultado del
nazismo. La pregunta que sigue sin respuesta es cómo un pueblo educado,
que dio a enormes escritores, músicos y filósofos, se dejó
seducir por el proyecto de Hitler y los suyos. Es muy extraño que
un país entero abrace una idea como la propuesta por los nazis.
En la novela intento una explicación literaria que coincide con
la de varios historiadores: el nazismo funcionó gracias al enorme
desencanto de los alemanes luego de los tratados que firmaron al término
de la Primera Guerra Mundial. Esa es una de las maneras que me parecen
más atinadas para explicar cómo pudieron los alemanes dejarse
llevar por el despropósito de un charlatán, de un sujeto
que a la luz de los especialistas era francamente elemental".
El enamoramiento, inclusive en un territorio sometido
por el nazismo, tiene espacio: "Es muy complicado, pero se da. En uno de
los triángulos, una de las mujeres que aparecen está enamorada
nada menos que de su enemigo, del ocupante de su territorio. Las relaciones
de pareja surgen en los lugares y los tiempos más inesperados o
aparentemente opuestos. Encontré que el sentimiento amoroso se exacerba
en situaciones extremas, se percibe con mayor intensidad, aunque desde
luego es una vivencia incapaz de vencer la adversidad o la muerte. En una
circunstancia de guerra el amor aparece entonces con un sentido de preocupación
moral".
-Pese a varios momentos de plenitud, en Malheridos
no hay vencedores.
-No los hay del todo, inclusive el cuerpo es un fracaso.
Una de las parejas pasa del descubrimiento casi lírico al absoluto
desencuentro afectivo y físico. Es una novela de caídas.
Para mi gusto, no hay ningún personaje que termine con un buen asidero
al mundo, y sin embargo cada uno de ellos ofrece su batalla personal.
Antes de dirigir la Escuela de Escritores de la Sogem,
en Puebla, o hacerse cargo de la Secretaría de Cultura de ese estado,
Palou adquirió el hábito de escribir pese a las 28 horas
semanales de clase que impartió a lo largo de ocho años en
secundaria y preparatoria. Por ello no se concibe como autor que sólo
se dedica a sus libros: "No tendría de qué hablar. Después
de estar frente a la máquina o la computadora cuatro o cinco horas
seguidas el cerebro pide una dinámica distinta. El trabajo en otros
terrenos me permite encontrar historias, personajes y maneras de narrar;
me ofrece un contacto con la realidad que de otro modo no tendría.
El resto es encontrar y establecer el ritmo de trabajo. Basta con dedicarse,
me parece".
|