Señalan su mala gestión

Destituyen al comisariado ejidal del Ajusco

JOSEFINA QUINTERO MORALES

Comuneros de San Miguel y Santo Tomás Ajusco destituyeron al comisariado de bienes comunales y a su presidente, Joel Othón Peña Martínez, por "malos manejos" durante los dos años que llevaban en la representación comunal. La destitución también fue por la incapacidad que mostraron para enfrentar el conflicto generado con la comunidad de Xalatlaco en días pasados, señalaron los integrantes de la comunidad.

Después de la revisión acordada en la asamblea del 13 de julio, la comunidad descubrió que Peña Martínez no había comprobado el gasto de cerca de 2 millones 500 mil pesos, por lo que decidieron la remoción del presidente del comisariado.

La molestia por la mala gestión había generado descontento y la gente ya no participaba en las asambleas; desde 1948, cuando se instituyó la figura de comisariado, nunca se había removido a nadie de su cargo, según dijeron.

Así, el pasado sábado 24, con la presencia de 241 comuneros se votó y por mayoría eligieron al nuevo comité, representado por José Guadalupe Romero como presidente y Felipe Solórzano como secretario; en la comisión de vigilancia quedó Efrén Mireles. La próxima semana llevarán a cabo una auditoría a la gestión de Peña Martínez.

José Guadalupe Romero comentó que se fincarán responsabilidades y habrá sanciones penales si es necesario, aunque el ex presidente del comisariado tiene derecho a demostrar su inocencia.

Explicó que su principal encomienda es fijar reglas, obligaciones y derechos para los integrantes de la comunidad. "El compromiso es elaborar el estatuto comunal, que será la ley interna, con el fin de tener reglas para preservar nuestras raíces indígenas y los usos y costumbres de nuestro pueblo. Por otro lado, la conservación de los bosques, que a la tierra se le dé el uso que merece y, por supuesto, defender el territorio, hasta con la sangre si es necesario".

Señaló que en el Ajusco la tierra es muy codiciada, y mencionó algunos de los litigios agrarios que lleva la comunidad en los tribunales, como el caso del predio conocido como La Venta, del que los descendientes de los hacendados porfiristas de la familia Entrambasaguas quieren apoderarse, "pero no se quedarán con él; antes muertos que permitir que nos lo arrebaten".